¡Ay, Dios mío! Resulta que el Ministerio de Justicia anda con un problemón: ¡tiene 430 vacantes de policías penitenciarios sin llenar! Sí, así como lo escuchan, casi el 11% de la planilla del cuerpo policial está parada, esperando que alguien se anime a cuidar nuestras cárceles. Y pa’ colmo, ahora la Contraloría sale con un informe diciendo que el proceso de selección está más que chueco, ¡una torta!
Según la Contraloría, esto pone en riesgo la seguridad en los centros penitenciarios. Imagínense, menos ojos cuidando a los delincuentes... ¡qué sal! No es precisamente la imagen que queremos proyectar, ¿verdad? Además, andan revisando unos expedientes y encontraron que algunas cositas no cuadran, como que en muchos casos les faltaba documentación clave para saber si los candidatos eran aptos.
Y eso no es todo, mae. Parece que los anuncios de empleo solo se publican en la página web del Ministerio, y ni siquiera tienen fechas límite claras para cada etapa del proceso. Esto dificulta mucho planificar cuándo tendrán nuevo personal y cómo medir si están haciendo bien su trabajo. Es como intentar armar un puzzle sin ver la caja, pura frustración.
Lo peor de todo es que han nombrado a 419 agentes entre 2023 y 2024 sin hacer un buen análisis de riesgos, ¡ni modo! Pura jugada a ciegas. Y aunque hay estudios de riesgo disponibles, parecen estar totalmente desconectados entre sí. ¿Será que nadie se da cuenta de lo que está pasando ahí dentro?
Pero espérense, que hay más. También descubrieron que no piden permiso expreso a los aspirantes para usar sus datos personales, ¡y qué barbaridad! Además, el formulario para evaluar a los nuevos policías durante el período de prueba está incompleto. No parece que realmente estén verificando si cumplen con las funciones del puesto, sino más bien echándole ganas a ver qué pasa. Una verdadera breva.
Pa' remate, los manuales de clases y de cargos de la Policía Penitenciaria están desactualizados desde 2016. ¡2016, diay! Eso significa que no reflejan las nuevas competencias necesarias para el trabajo. Y lo que es aún más grave, no hay un análisis profundo sobre los riesgos asociados al reclutamiento y la selección de personal. Los controles actuales son como poner curitas a un elefante herido, simplemente no sirven.
Consideremos esto: los policías penitenciarios representan el 57% del personal y se llevan el 34% del presupuesto – unos 70 milloncitos. Y aun así, no hay un estudio serio que evalúe los riesgos operativos, legales, de integridad o de corrupción. Antes hicieron un estudio llamado SEVRI 2025, pero solo se enfocaron en riesgos normativos, financieros y de suministros. ¡Se perdieron las cosas importantes, los chunches que pueden arruinar todo!
Ahora, la Contraloría le ha dado un susto al Ministro Gerald Campos Valverde y le pide que implemente controles más estrictos antes del 26 de enero. Que asegure que el proceso de contratación siga la ley y que actualicen toda la normativa. Pero bueno, la pregunta que queda es: ¿será que estas medidas serán suficientes para solucionar el problema de raíz o simplemente estamos parcheando una situación que necesita una reforma profunda? ¿Ustedes creen que este cambio será efectivo o seguirá siendo un despiche generalizado en el sistema penitenciario?
Según la Contraloría, esto pone en riesgo la seguridad en los centros penitenciarios. Imagínense, menos ojos cuidando a los delincuentes... ¡qué sal! No es precisamente la imagen que queremos proyectar, ¿verdad? Además, andan revisando unos expedientes y encontraron que algunas cositas no cuadran, como que en muchos casos les faltaba documentación clave para saber si los candidatos eran aptos.
Y eso no es todo, mae. Parece que los anuncios de empleo solo se publican en la página web del Ministerio, y ni siquiera tienen fechas límite claras para cada etapa del proceso. Esto dificulta mucho planificar cuándo tendrán nuevo personal y cómo medir si están haciendo bien su trabajo. Es como intentar armar un puzzle sin ver la caja, pura frustración.
Lo peor de todo es que han nombrado a 419 agentes entre 2023 y 2024 sin hacer un buen análisis de riesgos, ¡ni modo! Pura jugada a ciegas. Y aunque hay estudios de riesgo disponibles, parecen estar totalmente desconectados entre sí. ¿Será que nadie se da cuenta de lo que está pasando ahí dentro?
Pero espérense, que hay más. También descubrieron que no piden permiso expreso a los aspirantes para usar sus datos personales, ¡y qué barbaridad! Además, el formulario para evaluar a los nuevos policías durante el período de prueba está incompleto. No parece que realmente estén verificando si cumplen con las funciones del puesto, sino más bien echándole ganas a ver qué pasa. Una verdadera breva.
Pa' remate, los manuales de clases y de cargos de la Policía Penitenciaria están desactualizados desde 2016. ¡2016, diay! Eso significa que no reflejan las nuevas competencias necesarias para el trabajo. Y lo que es aún más grave, no hay un análisis profundo sobre los riesgos asociados al reclutamiento y la selección de personal. Los controles actuales son como poner curitas a un elefante herido, simplemente no sirven.
Consideremos esto: los policías penitenciarios representan el 57% del personal y se llevan el 34% del presupuesto – unos 70 milloncitos. Y aun así, no hay un estudio serio que evalúe los riesgos operativos, legales, de integridad o de corrupción. Antes hicieron un estudio llamado SEVRI 2025, pero solo se enfocaron en riesgos normativos, financieros y de suministros. ¡Se perdieron las cosas importantes, los chunches que pueden arruinar todo!
Ahora, la Contraloría le ha dado un susto al Ministro Gerald Campos Valverde y le pide que implemente controles más estrictos antes del 26 de enero. Que asegure que el proceso de contratación siga la ley y que actualicen toda la normativa. Pero bueno, la pregunta que queda es: ¿será que estas medidas serán suficientes para solucionar el problema de raíz o simplemente estamos parcheando una situación que necesita una reforma profunda? ¿Ustedes creen que este cambio será efectivo o seguirá siendo un despiche generalizado en el sistema penitenciario?
