¡Ay, Dios mío, qué torta! La Selección Nacional cerró el 2025 con un sabor amargo, terminando en el puesto 49 del Ranking FIFA. Un resultado que duele, vamos, porque nadie esperaba ver a nuestra Tricolor tan abajo en el escalafón internacional. Parece mentira, pero hace unos años éramos la sensación, le hacíamos cosquillas a equipos potentes... y mira dónde estamos ahora.
El 2025 ha sido un capítulo nefasto para la Sele. Desde las Eliminatorias, donde nos despedimos con la cola entre las patas, hasta la Copa Oro, donde nos comimos un sapo frente a Estados Unidos. Diay, si parecía que estábamos jugando a otra cosa, desorganizados y sin una idea clara en la cancha. Miguel Herrera, bueno, ahí queda su paso por la banca; aunque se le dio duro encontrar la fórmula correcta, la verdad.
No es solo cuestión de los resultados finales, mae. Lo que preocupa es la falta de evolución del equipo. Parecía que íbamos dando hacia atrás en vez de avanzar. Dependencia de algunos jugadores, juveniles que no terminaron de pegar, y una transición generacional que se quedó atascada en el barro. Se intentó cambiar cosas, sí, pero al final, el resultado fue el mismo: frustración y decepción para todos los hinchas.
Si te pones a pensar, nos superaron hasta equipos que siempre hemos tenido arriba en el radar. Panamá, Canadá, Estados Unidos y México ya no solo nos miran por encima del hombro, nos dejaron comiendo polvo. Eso demuestra que mientras ellos estaban trabajando duro, nosotros andábamos dando tumbos buscando el balón perdido. ¡Qué carga!
Esta caída en el ranking no es solo un número, chunche. Tiene consecuencias reales. En los próximos sorteos, nos van a poner en grupos complicadísimos, tendremos menos margen de maniobra en las competiciones y perdemos credibilidad a nivel internacional. No es buen augurio para el futuro cercano, pues vamos a tener que sudar la gota gorda para poder competir en igualdad de condiciones.
Ahora, la Federación Costarricense de Fútbol tiene que ponerse las pilas a toda máquina. Ya no puede haber excusas ni justificaciones. Hay que analizar fríamente lo que salió mal, evaluar el pasado proceso y tomar decisiones contundentes para reflotar el barco. Fortalecer las divisiones inferiores es fundamental, buscar técnicos que tengan visión y capacidad de renovar el equipo, y volver a inculcarle orgullo y pasión a la camiseta nacional. No podemos seguir así, diay.
Pero ojo, no todo está perdido. Este golpe puede ser la oportunidad de reinventarnos, de construir un nuevo proyecto desde cero, basado en jóvenes talentos y una filosofía de juego moderna y atractiva. Tenemos que aprender de nuestros errores, reconocer nuestras debilidades y trabajar incansablemente para superar nuestras limitaciones. Demostrar que Costa Rica todavía tiene fútbol para dar y regalar, como siempre hemos hecho.
Después de tanto revés, ¿cree usted que la Federación debería apostar por un técnico extranjero para revitalizar la Sele, o sería mejor darle una oportunidad a un entrenador nacional con nuevas ideas y ganas de demostrar su valía? ¡Compártanos su opinión en el foro, mae! ¿Cuál considera que es el cambio más urgente que necesita la Selección para empezar a mejorar su desempeño?
El 2025 ha sido un capítulo nefasto para la Sele. Desde las Eliminatorias, donde nos despedimos con la cola entre las patas, hasta la Copa Oro, donde nos comimos un sapo frente a Estados Unidos. Diay, si parecía que estábamos jugando a otra cosa, desorganizados y sin una idea clara en la cancha. Miguel Herrera, bueno, ahí queda su paso por la banca; aunque se le dio duro encontrar la fórmula correcta, la verdad.
No es solo cuestión de los resultados finales, mae. Lo que preocupa es la falta de evolución del equipo. Parecía que íbamos dando hacia atrás en vez de avanzar. Dependencia de algunos jugadores, juveniles que no terminaron de pegar, y una transición generacional que se quedó atascada en el barro. Se intentó cambiar cosas, sí, pero al final, el resultado fue el mismo: frustración y decepción para todos los hinchas.
Si te pones a pensar, nos superaron hasta equipos que siempre hemos tenido arriba en el radar. Panamá, Canadá, Estados Unidos y México ya no solo nos miran por encima del hombro, nos dejaron comiendo polvo. Eso demuestra que mientras ellos estaban trabajando duro, nosotros andábamos dando tumbos buscando el balón perdido. ¡Qué carga!
Esta caída en el ranking no es solo un número, chunche. Tiene consecuencias reales. En los próximos sorteos, nos van a poner en grupos complicadísimos, tendremos menos margen de maniobra en las competiciones y perdemos credibilidad a nivel internacional. No es buen augurio para el futuro cercano, pues vamos a tener que sudar la gota gorda para poder competir en igualdad de condiciones.
Ahora, la Federación Costarricense de Fútbol tiene que ponerse las pilas a toda máquina. Ya no puede haber excusas ni justificaciones. Hay que analizar fríamente lo que salió mal, evaluar el pasado proceso y tomar decisiones contundentes para reflotar el barco. Fortalecer las divisiones inferiores es fundamental, buscar técnicos que tengan visión y capacidad de renovar el equipo, y volver a inculcarle orgullo y pasión a la camiseta nacional. No podemos seguir así, diay.
Pero ojo, no todo está perdido. Este golpe puede ser la oportunidad de reinventarnos, de construir un nuevo proyecto desde cero, basado en jóvenes talentos y una filosofía de juego moderna y atractiva. Tenemos que aprender de nuestros errores, reconocer nuestras debilidades y trabajar incansablemente para superar nuestras limitaciones. Demostrar que Costa Rica todavía tiene fútbol para dar y regalar, como siempre hemos hecho.
Después de tanto revés, ¿cree usted que la Federación debería apostar por un técnico extranjero para revitalizar la Sele, o sería mejor darle una oportunidad a un entrenador nacional con nuevas ideas y ganas de demostrar su valía? ¡Compártanos su opinión en el foro, mae! ¿Cuál considera que es el cambio más urgente que necesita la Selección para empezar a mejorar su desempeño?
