Ay, Dios mío, qué torta nos tocó vivir este miércoles. Las lluvias, que ni les cuento, dejaron un reguero de problemas por casi medio país, pero parece que el distrito de Lepanto en Puntarenas se llevó el peor gato. Imagínate, 63 incidentes por inundación solamente. ¡Un festín de agua, pero de los que nadie quiere!
Según la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), la cosa se salió de control porque el sistema de drenaje simplemente no aguantó. Se saturo todo, los ríos se desbordaron, las quebradas hicieron de las suyas… Un verdadero despache generalizado. Don Alejandro Picado, el presidente de la CNE, no se anduvo con rodeos: dijo que el centro de Jicaral fue el más afectado, y vaya que lo estaba. Fotos espeluznantes de calles convertidas en ríos circulando por todas partes.
Pero eso no fue todo, chunches. También tuvimos que lidiar con fuertales vientos, esos que te hacen temblar las paredes. Tres viviendas sufrieron daños por láminas voladoras y hasta un árbol decidió echarse una siesta encima de una cochera. ¡Imagínate llegar a casa y encontrarte con eso! Los comités municipales de emergencia tuvieron que moverse rápido para atender estas situaciones, demostrando que sí tienen sus bretes bien organizados.
Afortunadamente, y esto es bueno que lo resalten, las autoridades aún no tuvieron que abrir albergues. Parece que la gente pudo refugiarse en casas familiares o en lugares seguros. Aunque todavía están haciendo valoraciones de los daños en las viviendas afectadas, lo cual es importante para saber a dónde enfocar los esfuerzos y quién necesita ayuda urgente. En Tambor, en la ruta 160, también hubo complicaciones en la carretera, pero ya le están echándole ganas para arreglarlo y que podamos movernos tranquilos.
Ahora, diay, aquí viene lo preocupante. Nos mantienen bajo alerta amarilla en toda la vertiente del Pacífico y verde en el Valle Central y la Zona Norte. Esto significa que debemos estar ojo avizor porque no se acaba la cosa. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) dice que se esperan lluvias más fuertes en los próximos días. ¡Se armó el pastel! El suelo ya está empapado, totalmente saturado, y cualquier aguacero extra podría causar nuevos deslizamientos o inundaciones.
Y hablando de deslizamientos, don Alejandro insistió en que hay que tener cuidado con ríos, quebradas y zonas que sean propensas a estos accidentes. “Siempre estén atentos a las informaciones oficiales,” recalcó. Como dicen por ahí, mejor prevenir que lamentar. No vayan a andar buscando problemas donde no los hay, ¿eh?
Lo que me da más lata es que esta zona de convergencia intertropical, esa que siempre anda dando problemas, va a seguir trayéndonos aguaceros y tormentas eléctricas. Ya estamos acostumbrados a este tipo de clima, pero nunca está de más recordar que la naturaleza manda y nosotros tenemos que obedecerla. Por mucho que nos guste salir a pasear o disfrutar del fin de semana, la seguridad primero, ¿me entienden?
En fin, amigos, esta situación nos recuerda que necesitamos mejorar nuestra infraestructura y prepararnos mejor para enfrentar estos fenómenos naturales. Pero ahora, cuéntenme, ¿qué medidas han tomado ustedes para proteger sus hogares y familias ante la posibilidad de más lluvias? ¿Creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para mitigar los riesgos y ayudar a las comunidades afectadas?
Según la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), la cosa se salió de control porque el sistema de drenaje simplemente no aguantó. Se saturo todo, los ríos se desbordaron, las quebradas hicieron de las suyas… Un verdadero despache generalizado. Don Alejandro Picado, el presidente de la CNE, no se anduvo con rodeos: dijo que el centro de Jicaral fue el más afectado, y vaya que lo estaba. Fotos espeluznantes de calles convertidas en ríos circulando por todas partes.
Pero eso no fue todo, chunches. También tuvimos que lidiar con fuertales vientos, esos que te hacen temblar las paredes. Tres viviendas sufrieron daños por láminas voladoras y hasta un árbol decidió echarse una siesta encima de una cochera. ¡Imagínate llegar a casa y encontrarte con eso! Los comités municipales de emergencia tuvieron que moverse rápido para atender estas situaciones, demostrando que sí tienen sus bretes bien organizados.
Afortunadamente, y esto es bueno que lo resalten, las autoridades aún no tuvieron que abrir albergues. Parece que la gente pudo refugiarse en casas familiares o en lugares seguros. Aunque todavía están haciendo valoraciones de los daños en las viviendas afectadas, lo cual es importante para saber a dónde enfocar los esfuerzos y quién necesita ayuda urgente. En Tambor, en la ruta 160, también hubo complicaciones en la carretera, pero ya le están echándole ganas para arreglarlo y que podamos movernos tranquilos.
Ahora, diay, aquí viene lo preocupante. Nos mantienen bajo alerta amarilla en toda la vertiente del Pacífico y verde en el Valle Central y la Zona Norte. Esto significa que debemos estar ojo avizor porque no se acaba la cosa. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) dice que se esperan lluvias más fuertes en los próximos días. ¡Se armó el pastel! El suelo ya está empapado, totalmente saturado, y cualquier aguacero extra podría causar nuevos deslizamientos o inundaciones.
Y hablando de deslizamientos, don Alejandro insistió en que hay que tener cuidado con ríos, quebradas y zonas que sean propensas a estos accidentes. “Siempre estén atentos a las informaciones oficiales,” recalcó. Como dicen por ahí, mejor prevenir que lamentar. No vayan a andar buscando problemas donde no los hay, ¿eh?
Lo que me da más lata es que esta zona de convergencia intertropical, esa que siempre anda dando problemas, va a seguir trayéndonos aguaceros y tormentas eléctricas. Ya estamos acostumbrados a este tipo de clima, pero nunca está de más recordar que la naturaleza manda y nosotros tenemos que obedecerla. Por mucho que nos guste salir a pasear o disfrutar del fin de semana, la seguridad primero, ¿me entienden?
En fin, amigos, esta situación nos recuerda que necesitamos mejorar nuestra infraestructura y prepararnos mejor para enfrentar estos fenómenos naturales. Pero ahora, cuéntenme, ¿qué medidas han tomado ustedes para proteger sus hogares y familias ante la posibilidad de más lluvias? ¿Creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para mitigar los riesgos y ayudar a las comunidades afectadas?