¡Ay, Dios mío! La vida tranquila de un día normal en Alajuelita se fue al diablo este martes. Resulta que en un bus de la ruta La Aurora, una señora, con su bebé en brazos, le echó pestaño a otra pasajera por un asiento preferencial. Sí, así como lo lees, ¡una pelea a cara abierta en medio del bus!
Según testigos –y varios maes vieron la vaina– la señora que iba con el nene ocupaba un lugar destinado para personas con necesidades especiales, como adultos mayordomos o aquellos con alguna dificultad para caminar. Una doña, con toda la razón, le hizo el comentario de que esos asientos son para gente que realmente los necesita, pero parece que eso encendió la mecha.
Y ahí comenzó el circo. La señora, en vez de pedirle disculpas o buscar otro asiento, se puso agresiva. Gritos, empujones... ¡qué torta! Llegó al punto de darle unos manotazos a la doña. El pobre conductor tuvo que parar el bus para ver qué pasaba, pero la vaina ya estaba que arde.
Obviamente, hubo mucha gente sorprendida y otros tratando de calmar la situación. Algunos le gritaban a la señora que era una falta de respeto, mientras que otros intentaban ayudar a la doña, que quedó bastante afectada por el susto y los golpes. Al final, la policía tuvo que llegar para poner orden y levantar las declaraciones correspondientes.
Esta no es la primera vez que vemos algo así, ¿eh? En el transporte público de Costa Rica, los asientos preferenciales siempre han sido un dolor de cabeza. A veces sientes que dan más problemas que beneficios. La gente se cree súper dueña del mundo y piensa que puede hacer lo que quiera, sin importar quién salga lastimado.
Expertos en convivencia urbana –los mismos que salen en tele– dicen que esto refleja una falta general de respeto hacia los demás. Que aunque parezca una vaina pequeña, ceder un asiento a alguien que lo necesite puede marcar la diferencia y evitar situaciones desagradables como ésta. Además, recordarles a todos que hay leyes y normas que debemos respetar sería bueno.
Las autoridades de transportes, como siempre, recordaron la importancia de cumplir las normas y hacer un llamado a la calma. Pero a veces, parece que los llamados a la calma caen en saco roto. Hay gente que simplemente no aprende, y es triste tener que lidiar con esas situaciones en nuestro día a día, especialmente cuando vamos camino al brete o regresamos de él.
Ahora bien, dime tú: ¿crees que las sanciones por ocupar indebidamente los asientos preferenciales deberían ser más duras? ¿O deberíamos enfocarnos en educar más a la gente sobre la importancia del respeto y la solidaridad en los espacios públicos? ¡Déjate escuchar en los comentarios!
Según testigos –y varios maes vieron la vaina– la señora que iba con el nene ocupaba un lugar destinado para personas con necesidades especiales, como adultos mayordomos o aquellos con alguna dificultad para caminar. Una doña, con toda la razón, le hizo el comentario de que esos asientos son para gente que realmente los necesita, pero parece que eso encendió la mecha.
Y ahí comenzó el circo. La señora, en vez de pedirle disculpas o buscar otro asiento, se puso agresiva. Gritos, empujones... ¡qué torta! Llegó al punto de darle unos manotazos a la doña. El pobre conductor tuvo que parar el bus para ver qué pasaba, pero la vaina ya estaba que arde.
Obviamente, hubo mucha gente sorprendida y otros tratando de calmar la situación. Algunos le gritaban a la señora que era una falta de respeto, mientras que otros intentaban ayudar a la doña, que quedó bastante afectada por el susto y los golpes. Al final, la policía tuvo que llegar para poner orden y levantar las declaraciones correspondientes.
Esta no es la primera vez que vemos algo así, ¿eh? En el transporte público de Costa Rica, los asientos preferenciales siempre han sido un dolor de cabeza. A veces sientes que dan más problemas que beneficios. La gente se cree súper dueña del mundo y piensa que puede hacer lo que quiera, sin importar quién salga lastimado.
Expertos en convivencia urbana –los mismos que salen en tele– dicen que esto refleja una falta general de respeto hacia los demás. Que aunque parezca una vaina pequeña, ceder un asiento a alguien que lo necesite puede marcar la diferencia y evitar situaciones desagradables como ésta. Además, recordarles a todos que hay leyes y normas que debemos respetar sería bueno.
Las autoridades de transportes, como siempre, recordaron la importancia de cumplir las normas y hacer un llamado a la calma. Pero a veces, parece que los llamados a la calma caen en saco roto. Hay gente que simplemente no aprende, y es triste tener que lidiar con esas situaciones en nuestro día a día, especialmente cuando vamos camino al brete o regresamos de él.
Ahora bien, dime tú: ¿crees que las sanciones por ocupar indebidamente los asientos preferenciales deberían ser más duras? ¿O deberíamos enfocarnos en educar más a la gente sobre la importancia del respeto y la solidaridad en los espacios públicos? ¡Déjate escuchar en los comentarios!
