¡Ay, Dios mío! Esto sí que salió mal. Un mae de 38 años vivió una experiencia para morirse del susto esta semana en Cartago, todo por querer comprarle un carro a alguien que resulta era un pura estafa. Entre balas y sustos, los delincuentes se llevaron tres millones y medio colones, ¡una verdadera torta!
Todo empezó con la ilusión de tener un nuevo carrito. Don Quesada, así llamamos al afectado por respeto, y un amigo se aventuraron desde Palmares hasta San Nicolás de Cartago siguiendo un anuncio online. Se rifaron encontrando esa “ganga”, pero ni se imaginaban que estaban cayendo directo en un brete bien complicado.
Según nos cuentan desde el OIJ, la cita estaba programada para las nueve y veinte de la noche en La Angelina. Lo que parecía una simple reunión para ver el carro terminó convirtiéndose en una emboscada orquestada por unos tipos que tenían todo calculado. El plan era claro: aprovecharse de la confianza de la gente para llenarle los bolsillos y desaparecer como humo.
Cuando llegaron al lugar acordado, los señores se dieron cuenta de que algo andaba feo. Pero ya era demasiado tarde. De repente, aparecieron los sospechosos, mostraron la cara fea y, sin pensarlo dos veces, atacaron a los visitantes. ¡Imagínate el susto! La tensión se palpaba en el aire, y en cuestión de segundos, la tranquilidad se esfumó.
En medio del forcejeo, uno de los malecones le soltó un balazo a don Quesada justo en la rodilla. Afortunadamente, llegó rápido al Hospital Max Peralta donde los doctores lo atendieron y estabilizaron. Su compañero, por suerte, salió ileso, aunque debió de haber quedado traumado con semejante vivencia.
Estos casos, que ya son moneda corriente por estos lados, nos recuerdan que hay que tener mucho ojo con quién nos juntamos en estas compras online. Los tumbonazos, como les dicen algunos, están cada vez más comunes y los delincuentes se ponen creativos para engañar a la gente. Mejor prevenir que lamentar, dice el dicho, y verificar bien a quién le estamos dando nuestro dinero.
Las autoridades, por supuesto, están investigando el caso a fondo para identificar y capturar a los responsables. Han vuelto a insistir en la importancia de tomar precauciones, como reunirse en lugares públicos y concurridos, y nunca llevar grandes cantidades de efectivo. ¡Más vale estar seguros que arrepentirse! Esta vaina nos demuestra que la confianza ciega puede salir muy cara.
Y ahora dime tú, ¿qué te parece esta moda de vender carros por internet? ¿Deberíamos exigir más controles y verificación a las plataformas para evitar que siga pasando esto? ¿Crees que la policía debería intensificar los operativos en zonas consideradas riesgosas para evitar futuros ataques similares?
Todo empezó con la ilusión de tener un nuevo carrito. Don Quesada, así llamamos al afectado por respeto, y un amigo se aventuraron desde Palmares hasta San Nicolás de Cartago siguiendo un anuncio online. Se rifaron encontrando esa “ganga”, pero ni se imaginaban que estaban cayendo directo en un brete bien complicado.
Según nos cuentan desde el OIJ, la cita estaba programada para las nueve y veinte de la noche en La Angelina. Lo que parecía una simple reunión para ver el carro terminó convirtiéndose en una emboscada orquestada por unos tipos que tenían todo calculado. El plan era claro: aprovecharse de la confianza de la gente para llenarle los bolsillos y desaparecer como humo.
Cuando llegaron al lugar acordado, los señores se dieron cuenta de que algo andaba feo. Pero ya era demasiado tarde. De repente, aparecieron los sospechosos, mostraron la cara fea y, sin pensarlo dos veces, atacaron a los visitantes. ¡Imagínate el susto! La tensión se palpaba en el aire, y en cuestión de segundos, la tranquilidad se esfumó.
En medio del forcejeo, uno de los malecones le soltó un balazo a don Quesada justo en la rodilla. Afortunadamente, llegó rápido al Hospital Max Peralta donde los doctores lo atendieron y estabilizaron. Su compañero, por suerte, salió ileso, aunque debió de haber quedado traumado con semejante vivencia.
Estos casos, que ya son moneda corriente por estos lados, nos recuerdan que hay que tener mucho ojo con quién nos juntamos en estas compras online. Los tumbonazos, como les dicen algunos, están cada vez más comunes y los delincuentes se ponen creativos para engañar a la gente. Mejor prevenir que lamentar, dice el dicho, y verificar bien a quién le estamos dando nuestro dinero.
Las autoridades, por supuesto, están investigando el caso a fondo para identificar y capturar a los responsables. Han vuelto a insistir en la importancia de tomar precauciones, como reunirse en lugares públicos y concurridos, y nunca llevar grandes cantidades de efectivo. ¡Más vale estar seguros que arrepentirse! Esta vaina nos demuestra que la confianza ciega puede salir muy cara.
Y ahora dime tú, ¿qué te parece esta moda de vender carros por internet? ¿Deberíamos exigir más controles y verificación a las plataformas para evitar que siga pasando esto? ¿Crees que la policía debería intensificar los operativos en zonas consideradas riesgosas para evitar futuros ataques similares?
