¡Ay, Dios mío! Parece que el clima nos jugó una mala pasada, y los virus respiratorios llegaron con todo al país, especialmente pegándole duro a los chiquitos. Los hospitales, máxime el Nacional de Niños, están hasta arriba, y eso nos pone a todos los padres en alerta máxima. Verlos así, con tanto menor enfermito, da qué pensar, ¿verdad?
La situación se puso crítica desde hace unas cuatro semanas, según nos cuenta la doctora Lydiana Ávila, pediatra neumóloga jefe del Hospital Nacional de Niños. Nos explica que la combinación del clima lluvioso, el hacinamiento y las bajas temperaturas crean el caldo perfecto para que estos bichitos se propaguen rapidísimo. Y ojo, que no es algo nuevo, es lo que usualmente pasa en esta época del año. Pero esta vez, parece que le dieron con todo.
Entre los virus que andan dando guerra tenemos al temido virus sincicial respiratorio (VSR), que le pega especialmente a los bebés; el rinovirus, que causa esos mocos horribles y la tos constante; y el metaneumovirus, que tampoco se queda atrás. Para colmo, dicen que el COVID-19 también anda dando señales de vida, aunque todavía no es un motivo para alarmarse demasiado, con 72 casos nuevos y dos fallecimientos reportados la semana pasada. ¡Qué sal!
Ahora, fíjate tú, el Hospital Nacional de Niños llegó al límite, con 100 niños internos, 18 en la unidad de cuidados intensivos (UCI) – ¡imagínate la tensión ahí adentro! – y 18 en la sala de emergencias esperando por una cama. Juan José Romero, epidemiólogo de la Universidad Nacional, nos aclara que la vacunación contra la influenza ayudó a prevenir un panorama aún peor, pero los demás virus, como el VSR, siguen siendo un dolor de cabeza, tanto para los pequeñitos como para los abuelitos.
Pero calma, que no todo está perdido. Las autoridades médicas nos recuerdan que la mayoría de los resfriados se pueden tratar en casa, con mucho líquido y descanso. Solo debemos ir corriendo a emergencias si el niño tiene fiebre muy alta que no baja, tiene problemas para respirar o está superdecaimado. Y ojo, embarazadas entre las 32 y 36 semanas, ¡vayan a vacunarse contra el VSR! Esa vacuna ayuda a proteger a los bebés en sus primeros meses de vida. ¡Qué chiva esa!
Roberto Arroba, coordinador de inmunizaciones del Ministerio de Salud, nos refresca la memoria sobre las medidas básicas de prevención: lavado de manos constante, usar tapabocas si tienes síntomas, evitar juntarte con gente enferma y, fundamental, no mandar a los niños a la escuela si tienen tos o fiebre. Y para los adultos mayores, ¡manténganse al día con las vacunas contra la gripe y el neumococo! Un resfriadito maltratado puede complicarse, y nadie quiere eso, chunches.
Lo que preocupa es que mucha gente llega a las salas de emergencia por cosas sencillas, lo cual satura los servicios y dificulta la atención de los casos realmente urgentes. Así que, porfa, usemos la cabeza y no alarmémonos por cada estornudo. Si es algo ligero, mejor trátenlo en casa. ¡Eso nos ayudaría a todos!
Ante este panorama, me pregunto: ¿cree usted que el sistema de salud pública está preparado para afrontar estas oleadas de virus respiratorios, o necesitamos urgentemente invertir más en recursos humanos y equipos para poder brindar una atención digna a todos los costarricenses, especialmente a nuestros niños?
La situación se puso crítica desde hace unas cuatro semanas, según nos cuenta la doctora Lydiana Ávila, pediatra neumóloga jefe del Hospital Nacional de Niños. Nos explica que la combinación del clima lluvioso, el hacinamiento y las bajas temperaturas crean el caldo perfecto para que estos bichitos se propaguen rapidísimo. Y ojo, que no es algo nuevo, es lo que usualmente pasa en esta época del año. Pero esta vez, parece que le dieron con todo.
Entre los virus que andan dando guerra tenemos al temido virus sincicial respiratorio (VSR), que le pega especialmente a los bebés; el rinovirus, que causa esos mocos horribles y la tos constante; y el metaneumovirus, que tampoco se queda atrás. Para colmo, dicen que el COVID-19 también anda dando señales de vida, aunque todavía no es un motivo para alarmarse demasiado, con 72 casos nuevos y dos fallecimientos reportados la semana pasada. ¡Qué sal!
Ahora, fíjate tú, el Hospital Nacional de Niños llegó al límite, con 100 niños internos, 18 en la unidad de cuidados intensivos (UCI) – ¡imagínate la tensión ahí adentro! – y 18 en la sala de emergencias esperando por una cama. Juan José Romero, epidemiólogo de la Universidad Nacional, nos aclara que la vacunación contra la influenza ayudó a prevenir un panorama aún peor, pero los demás virus, como el VSR, siguen siendo un dolor de cabeza, tanto para los pequeñitos como para los abuelitos.
Pero calma, que no todo está perdido. Las autoridades médicas nos recuerdan que la mayoría de los resfriados se pueden tratar en casa, con mucho líquido y descanso. Solo debemos ir corriendo a emergencias si el niño tiene fiebre muy alta que no baja, tiene problemas para respirar o está superdecaimado. Y ojo, embarazadas entre las 32 y 36 semanas, ¡vayan a vacunarse contra el VSR! Esa vacuna ayuda a proteger a los bebés en sus primeros meses de vida. ¡Qué chiva esa!
Roberto Arroba, coordinador de inmunizaciones del Ministerio de Salud, nos refresca la memoria sobre las medidas básicas de prevención: lavado de manos constante, usar tapabocas si tienes síntomas, evitar juntarte con gente enferma y, fundamental, no mandar a los niños a la escuela si tienen tos o fiebre. Y para los adultos mayores, ¡manténganse al día con las vacunas contra la gripe y el neumococo! Un resfriadito maltratado puede complicarse, y nadie quiere eso, chunches.
Lo que preocupa es que mucha gente llega a las salas de emergencia por cosas sencillas, lo cual satura los servicios y dificulta la atención de los casos realmente urgentes. Así que, porfa, usemos la cabeza y no alarmémonos por cada estornudo. Si es algo ligero, mejor trátenlo en casa. ¡Eso nos ayudaría a todos!
Ante este panorama, me pregunto: ¿cree usted que el sistema de salud pública está preparado para afrontar estas oleadas de virus respiratorios, o necesitamos urgentemente invertir más en recursos humanos y equipos para poder brindar una atención digna a todos los costarricenses, especialmente a nuestros niños?