Tomaré prestada la idea, de una compañera de la comunidad.
Persona 1: Pienso que lo mejor sería dejarnos de juegos: Tú y yo vamos por caminos diferentes y ya estamos crecidos para juegos, de ese tipo. Tu carro huele
mal pero tú hueles muy bien. Escucharte me entretiene pero necesito más que eso.
Persona 2: ¿Qué te parece el sábado, en
tierra de ninguno?
Persona 3: ¿Cuándo dices que terminará todo esto? Los días marchan a velocidad de
condenado a muerte y cuando por culpa de tu obsesión: Se quema tu ropa —bajo la plancha—, se derrite tu helado, se calienta tu cerveza y olvidaste cómo ser feliz y así pasaron años y un resto sin notarlo venga, pienso que se está tardando en terminar.
Persona 4: Mira fuiste
lo mejor que me ha ocurrido y para cualquier otra mujer eso debería decirlo todo pero para ti, es como escuchar la canción que solía gustarte y te hacía querer bailar —aunque no bailaras— y que ya no es lo mismo: Sabes de su valor pero no subes el volumen y ya te la sabes de memoria y es aburrida. Si te dijera que has sido
lo peor que me ha ocurrido esas palabras sonarían a tragedia en los oídos de cualquier otra chica que haya asegurado
amarme y aunque para ti no sería grato escucharlo, esto en tus oídos sonaría como segmento de sucesos internacionales y te importaría apenas un poco más que un conflicto en algún pueblo africano de 4 000 habitantes.
Persona 5: Ich hoffe, dass Sie eine schöne Reise. Nehmen Sie viele Bilder, aber trinkt wenig. ¿Room No. 10?