¡Ay, Dios mío, qué vareta nos cayó encima desde Asia!
Resulta que en China, el brete de ser influencer va a cambiar drásticamente. Ya no basta con tener carisma a granel y subir videos de bailes o reseñas de productos; a partir de octubre del próximo año, si quieres opinar sobre temas como medicina, leyes, educación o finanzas, ¡prepárate para mostrar el título universitario! Imagínate, ¡el mae del TikTok que te aconsejaba cómo invertir ahora necesita un máster en economía!
La Administración Estatal de Radio y Televisión (NRTA), juntitos con el Ministerio de Cultura y Turismo, lanzaron esta normativa para frenar la propagación de mentiras y asegurarnos de que la información que consumimos en línea esté respaldada por alguien que realmente sabe de lo que habla. Claro, ahí hay un poquito de control gubernamental también, pero bueno, ¿quién soy yo para juzgar?
Esto marca el comienzo de lo que podríamos llamar la “era del influencer acreditado”. Durante años, estos personajes fueron vistos como amigos cercanos, gente auténtica con la que podías conectar porque no eran unos académicos aburridos. Su poder estaba en la confianza, en hacer sentir que te hablan con sinceridad, no en tener un montón de papeles colgados de la pared. Pero con tanta fake news dando vueltas, y tanto consejo de salud peligroso circulando, China decidió tomar cartas en el asunto.
Las plataformas más populares, como Douyin (la versión china de TikTok) y Weibo, tendrán que verificar si los creadores de contenido tienen las credenciales adecuadas. Si no cumplen, les pueden caer multas fuertes – ¡hasta 14 mil dólares! – e incluso cerrarles la cuenta para siempre. ¡Imagínate perder todos tus seguidores por no tener un título!
Ahora, claro, los chinos argumentan que esto no es censura, sino protección del público. Dicen que quieren crear un ecosistema digital más confiable. Pero muchos analistas sospechan que es solo otra forma de controlar lo que la gente piensa y dice. Al final, es el clásico debate: ¿educación o censura disfrazada?
Y es que, miren, un estudio mostró que en China hay más de 700 millones de usuarios activos en redes sociales y que uno de cada tres jóvenes prefiere creerle a un influencer que a los medios de comunicación tradicionales. ¡Eso sí que es preocupante! Quizás tengan razón al querer ponerle orden a esta vaina, exigir cierta preparación académica para hablar de temas importantes... pero también me preocupa que esto limite la diversidad de opiniones y solo deje pasar las ideas que le convienen al gobierno.
La verdad es que esta movida china ha abierto un debate mundial. Muchos se preguntan si otras naciones deberían seguir el mismo camino, especialmente ante la proliferación de información errónea y consejos peligrosos. ¿Será que el futuro de la influencia digital exige un currículum vitae? ¿Es este el principio del fin para el influencer espontáneo y apasionado, o estamos entrando en una nueva era donde el conocimiento es la única llave para abrir las puertas del diálogo en línea? Bueno, ¡dijamos! ¿Ustedes creen que esta medida debería implementarse en Costa Rica, para evitar que nuestros influencers nos metan en líos con sus consejos 'expertos'? ¡Déjenme saber qué piensan en los comentarios!
Resulta que en China, el brete de ser influencer va a cambiar drásticamente. Ya no basta con tener carisma a granel y subir videos de bailes o reseñas de productos; a partir de octubre del próximo año, si quieres opinar sobre temas como medicina, leyes, educación o finanzas, ¡prepárate para mostrar el título universitario! Imagínate, ¡el mae del TikTok que te aconsejaba cómo invertir ahora necesita un máster en economía!
La Administración Estatal de Radio y Televisión (NRTA), juntitos con el Ministerio de Cultura y Turismo, lanzaron esta normativa para frenar la propagación de mentiras y asegurarnos de que la información que consumimos en línea esté respaldada por alguien que realmente sabe de lo que habla. Claro, ahí hay un poquito de control gubernamental también, pero bueno, ¿quién soy yo para juzgar?
Esto marca el comienzo de lo que podríamos llamar la “era del influencer acreditado”. Durante años, estos personajes fueron vistos como amigos cercanos, gente auténtica con la que podías conectar porque no eran unos académicos aburridos. Su poder estaba en la confianza, en hacer sentir que te hablan con sinceridad, no en tener un montón de papeles colgados de la pared. Pero con tanta fake news dando vueltas, y tanto consejo de salud peligroso circulando, China decidió tomar cartas en el asunto.
Las plataformas más populares, como Douyin (la versión china de TikTok) y Weibo, tendrán que verificar si los creadores de contenido tienen las credenciales adecuadas. Si no cumplen, les pueden caer multas fuertes – ¡hasta 14 mil dólares! – e incluso cerrarles la cuenta para siempre. ¡Imagínate perder todos tus seguidores por no tener un título!
Ahora, claro, los chinos argumentan que esto no es censura, sino protección del público. Dicen que quieren crear un ecosistema digital más confiable. Pero muchos analistas sospechan que es solo otra forma de controlar lo que la gente piensa y dice. Al final, es el clásico debate: ¿educación o censura disfrazada?
Y es que, miren, un estudio mostró que en China hay más de 700 millones de usuarios activos en redes sociales y que uno de cada tres jóvenes prefiere creerle a un influencer que a los medios de comunicación tradicionales. ¡Eso sí que es preocupante! Quizás tengan razón al querer ponerle orden a esta vaina, exigir cierta preparación académica para hablar de temas importantes... pero también me preocupa que esto limite la diversidad de opiniones y solo deje pasar las ideas que le convienen al gobierno.
La verdad es que esta movida china ha abierto un debate mundial. Muchos se preguntan si otras naciones deberían seguir el mismo camino, especialmente ante la proliferación de información errónea y consejos peligrosos. ¿Será que el futuro de la influencia digital exige un currículum vitae? ¿Es este el principio del fin para el influencer espontáneo y apasionado, o estamos entrando en una nueva era donde el conocimiento es la única llave para abrir las puertas del diálogo en línea? Bueno, ¡dijamos! ¿Ustedes creen que esta medida debería implementarse en Costa Rica, para evitar que nuestros influencers nos metan en líos con sus consejos 'expertos'? ¡Déjenme saber qué piensan en los comentarios!