¡Ay, mi Dios! Se armó un temblorcito en la Galería Nacional, pero no literal, ¿eh? Sino porque llegó una exposición que te va a hacer pensar en la vida, la muerte y todo lo demás. Hablamos de “Yo Humano, All Bodies”, una muestra con más de 250 piezas anatómicas reales – sí, reales, hechas con la técnica de plastinación – que ya está abierta para que nos sacuda el cerebro a todos.
La movida es así: el Museo de los Niños y la Universidad Santa Paula se juntaron para traer esta expo itinerante a Costa Rica. Parece mentira, pero se trata de ver estructuras del cuerpo humano preservadas de una manera súper particular. No es como esos esqueletos de Halloween, esto es otra onda. Dicen que busca crear conciencia, despertar preguntas… en fin, cosas que te hacen sentir pequeño ante la inmensidad de todo.
Imagínate entrar y encontrarte con órganos, músculos, nervios... todo ahí, frente a ti, conservado con una técnica que los hace verse casi como si estuvieran vivos. Es una mezcla extraña de asco, fascinación y respeto, créeme. Algunos se van a espantar, otros se van a quedar boquiabiertos. Lo que está claro es que no es una expo para ir con niños muy sensibles o personas con el estómago débil, ¡mejor dicho!
Y ojo, que este no es cualquier viaje al museo. La Universidad Santa Paula le puso toda la chispa académica para que la exposición tenga peso y sentido. Quieren que entendamos cómo funciona nuestro cuerpo, qué significa estar vivo y, bueno, también aceptar que eventualmente nos vamos pa’l otro lado. Qué pesado, ¿verdad? Pero también qué chivo aprender cosas nuevas.
Para los que quieran darse el lujo de ir, tienen hasta el 28 de noviembre para hacerlo. Van de martes a domingo, de 9 de la mañana a 5 de la tarde. La entrada a la exhibición cuesta tres mil colones, para niños y adultos. Si quieren darle encima un clavadito al Museo de los Niños, pueden comprarle un combo que incluye la entrada a las salas regulares por cinco mil colones. Así apoya a la cultura, ¿qué más puedo decir?
Si quieres comprar los boletos online, puedes ir a boleteria.museocr.org. Si prefieres el contacto directo, pues vete para la boletería física del museo. ¡No te quedes con las ganas! Es una oportunidad rara de ver algo así tan cerca, y quién sabe, tal vez aprendas algo nuevo sobre ti mismo. Además, imagínate contarle a tus amigos que fuiste a ver cuerpos reales, ¡eso da puntos, diay!
Algunos dirán que es macabro, que es morboso, que es innecesario. Pero yo creo que, en medio de tanta superficialidad y redes sociales, a veces necesitamos vernos las caras con la realidad. Recordar que somos seres finitos, frágiles, pero también increíblemente complejos y maravillosos. Esta exposición, aunque te dé escalofríos, puede ser una forma de conectar con eso profundo que llevamos dentro. Además, ¿cuándo más vas a tener la chance de ver un corazón real a plena vista?
Así que ya sabes, ¡vete a echarle un ojo a “Yo Humano, All Bodies”! Después cuéntame qué te pareció, porque esto me dejó pensando mucho. ¿Crees que exponer cuerpos humanos reales es ético y beneficioso para la sociedad, o debería permanecer reservado para fines médicos e investigación?
La movida es así: el Museo de los Niños y la Universidad Santa Paula se juntaron para traer esta expo itinerante a Costa Rica. Parece mentira, pero se trata de ver estructuras del cuerpo humano preservadas de una manera súper particular. No es como esos esqueletos de Halloween, esto es otra onda. Dicen que busca crear conciencia, despertar preguntas… en fin, cosas que te hacen sentir pequeño ante la inmensidad de todo.
Imagínate entrar y encontrarte con órganos, músculos, nervios... todo ahí, frente a ti, conservado con una técnica que los hace verse casi como si estuvieran vivos. Es una mezcla extraña de asco, fascinación y respeto, créeme. Algunos se van a espantar, otros se van a quedar boquiabiertos. Lo que está claro es que no es una expo para ir con niños muy sensibles o personas con el estómago débil, ¡mejor dicho!
Y ojo, que este no es cualquier viaje al museo. La Universidad Santa Paula le puso toda la chispa académica para que la exposición tenga peso y sentido. Quieren que entendamos cómo funciona nuestro cuerpo, qué significa estar vivo y, bueno, también aceptar que eventualmente nos vamos pa’l otro lado. Qué pesado, ¿verdad? Pero también qué chivo aprender cosas nuevas.
Para los que quieran darse el lujo de ir, tienen hasta el 28 de noviembre para hacerlo. Van de martes a domingo, de 9 de la mañana a 5 de la tarde. La entrada a la exhibición cuesta tres mil colones, para niños y adultos. Si quieren darle encima un clavadito al Museo de los Niños, pueden comprarle un combo que incluye la entrada a las salas regulares por cinco mil colones. Así apoya a la cultura, ¿qué más puedo decir?
Si quieres comprar los boletos online, puedes ir a boleteria.museocr.org. Si prefieres el contacto directo, pues vete para la boletería física del museo. ¡No te quedes con las ganas! Es una oportunidad rara de ver algo así tan cerca, y quién sabe, tal vez aprendas algo nuevo sobre ti mismo. Además, imagínate contarle a tus amigos que fuiste a ver cuerpos reales, ¡eso da puntos, diay!
Algunos dirán que es macabro, que es morboso, que es innecesario. Pero yo creo que, en medio de tanta superficialidad y redes sociales, a veces necesitamos vernos las caras con la realidad. Recordar que somos seres finitos, frágiles, pero también increíblemente complejos y maravillosos. Esta exposición, aunque te dé escalofríos, puede ser una forma de conectar con eso profundo que llevamos dentro. Además, ¿cuándo más vas a tener la chance de ver un corazón real a plena vista?
Así que ya sabes, ¡vete a echarle un ojo a “Yo Humano, All Bodies”! Después cuéntame qué te pareció, porque esto me dejó pensando mucho. ¿Crees que exponer cuerpos humanos reales es ético y beneficioso para la sociedad, o debería permanecer reservado para fines médicos e investigación?