¡Aguafiestas! Álvaro Ramos, el candidato del PLN, soltó la bomba en una entrevista con Semanario Universidad: confesó que estaba en el bando del 'no' al TLC en el 2007, justo cuando don Óscar Arias le daba pa’ atrás. Las declaraciones, que causaron revuelo inmediato, fueron sacadas rápidamente de circulación de sus redes sociales, pero ya habían prendido la mecha.
Para ponerle pausa al asunto, el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos, firmado allá por el 2007, siempre ha sido un hueso podrido para muchos ticos. Se discutió si traería beneficios reales o si solo sería un pretexto para favorecer a unos cuantos. Don Óscar, en su momento, defendió el acuerdo a capa y espada, argumentando que impulsaría la economía nacional y abriría mercados para nuestros productos. Pero el debate nunca cesó, y ahora, con estas declaraciones de Ramos, resurge con más fuerza.
Ramos, en plena campaña para convencer a los votantes de que es un líder renovador, aprovechó la entrevista para pintar un cuadro bien distinto al del viejo PLN. Dijo textualmente: “Se lo pongo más fácil, hablemos del TLC, ¿de qué lado creen que estuve yo? Yo estaba en el no al TLC, don Óscar dijo que sí, soy una persona diferente”. Su intención era clara: diferenciarse de figuras históricas del partido, como Arias y Antonio Álvarez Desanti, buscando proyectar una imagen de frescura e independencia.
No obstante, el intento de darle un giro de 180 grados a su historial no salió tan redondo como esperaba. Al parecer, la velocidad con la que eliminaron el video de la entrevista fue suficiente para levantar sospechas. Muchos se preguntan: ¿por qué tanta prisa en borrar esas declaraciones? ¿Será que Ramos no había calculado bien el impacto que podrían tener en su campaña?
Lo cierto es que el episodio alimenta la narrativa de un PLN dividido. Por un lado, tienen a Ramos, quien intenta distanciarse del pasado; por otro, a los sectores del partido que aún defienden las políticas implementadas en esos años. Este quiebre interno podría jugarle en contra, especialmente en un escenario político tan polarizado como el actual. Ya varios analistas políticos han señalado que este incidente le da munición a la oposición para atacarlo.
La entrevista completa se dio en el programa Quince UCR, conducido por Laura Martínez, quien sin duda capturó un momento crucial en la campaña. Según fuentes cercanas al medio, el ambiente durante la conversación fue tenso, y Ramos parecía visiblemente incómodo al abordar temas relacionados con su pasado político. Parece que más de una vez tuvo que pensar mucho antes de contestar.
Más allá de la controversia mediática, este episodio plantea preguntas fundamentales sobre la identidad del PLN. ¿Qué significa realmente ser liberacionista hoy en día? ¿Debe el partido mirar hacia atrás para construir el futuro, o debe romper por completo con su legado? Estas son interrogantes que tendrán que resolver internamente, pues la ciudadanía necesita respuestas claras y consistentes.
Ahora, con esto de las declaraciones de Ramos, me pregunto: ¿creen ustedes que un político puede realmente reinventarse, dejar atrás su pasado y empezar de cero? ¿O es que las acciones hablan más fuerte que cualquier discurso de renovación? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa la gente!
Para ponerle pausa al asunto, el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos, firmado allá por el 2007, siempre ha sido un hueso podrido para muchos ticos. Se discutió si traería beneficios reales o si solo sería un pretexto para favorecer a unos cuantos. Don Óscar, en su momento, defendió el acuerdo a capa y espada, argumentando que impulsaría la economía nacional y abriría mercados para nuestros productos. Pero el debate nunca cesó, y ahora, con estas declaraciones de Ramos, resurge con más fuerza.
Ramos, en plena campaña para convencer a los votantes de que es un líder renovador, aprovechó la entrevista para pintar un cuadro bien distinto al del viejo PLN. Dijo textualmente: “Se lo pongo más fácil, hablemos del TLC, ¿de qué lado creen que estuve yo? Yo estaba en el no al TLC, don Óscar dijo que sí, soy una persona diferente”. Su intención era clara: diferenciarse de figuras históricas del partido, como Arias y Antonio Álvarez Desanti, buscando proyectar una imagen de frescura e independencia.
No obstante, el intento de darle un giro de 180 grados a su historial no salió tan redondo como esperaba. Al parecer, la velocidad con la que eliminaron el video de la entrevista fue suficiente para levantar sospechas. Muchos se preguntan: ¿por qué tanta prisa en borrar esas declaraciones? ¿Será que Ramos no había calculado bien el impacto que podrían tener en su campaña?
Lo cierto es que el episodio alimenta la narrativa de un PLN dividido. Por un lado, tienen a Ramos, quien intenta distanciarse del pasado; por otro, a los sectores del partido que aún defienden las políticas implementadas en esos años. Este quiebre interno podría jugarle en contra, especialmente en un escenario político tan polarizado como el actual. Ya varios analistas políticos han señalado que este incidente le da munición a la oposición para atacarlo.
La entrevista completa se dio en el programa Quince UCR, conducido por Laura Martínez, quien sin duda capturó un momento crucial en la campaña. Según fuentes cercanas al medio, el ambiente durante la conversación fue tenso, y Ramos parecía visiblemente incómodo al abordar temas relacionados con su pasado político. Parece que más de una vez tuvo que pensar mucho antes de contestar.
Más allá de la controversia mediática, este episodio plantea preguntas fundamentales sobre la identidad del PLN. ¿Qué significa realmente ser liberacionista hoy en día? ¿Debe el partido mirar hacia atrás para construir el futuro, o debe romper por completo con su legado? Estas son interrogantes que tendrán que resolver internamente, pues la ciudadanía necesita respuestas claras y consistentes.
Ahora, con esto de las declaraciones de Ramos, me pregunto: ¿creen ustedes que un político puede realmente reinventarse, dejar atrás su pasado y empezar de cero? ¿O es que las acciones hablan más fuerte que cualquier discurso de renovación? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa la gente!