¡Ay, Dios mío, qué vaina! El caso de Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, sigue dando de qué hablar. Resulta que lo separaron temporalmente del cargo, sí, pero ojo, con goce salarial completo. Imagínate, suspendido, pero cobrando como si estuviera dirigiendo la policía judicial. Esto ya huele a gallina flaca, ¿verdad?
Para refrescarles la memoria, Zúñiga está metido en un buen brete luego de varias denuncias por cosas bien personales y delicadas. Acusaciones de abuso sexual que han sacudido hasta los cimientos del OIJ. Ya van varios días de polémica y el ambiente está más tenso que hilo de billar.
Ahora, la jueza decidió mandarlo pa' casa temporalmente mientras investigan lo sucedido, pero sin quitarle el sueldito. Según explican desde el Poder Judicial, así debe ser porque cualquier cambio en su situación económica podría considerarse una “afectación adicional” que violaría el debido proceso y la presunción de inocencia. ¡Claro, claro! Como si no fuera suficiente el escandalo mediatico, ahora esto suma más controversia, diay.
La Corte argumenta que retirarle el sueldo estaría adelantándose a un juicio, prejuzgándolo antes de tener pruebas sólidas. En teoría, suena lógico, pero en la práctica… ¿Cómo se supone que alguien que enfrenta tantas acusaciones siga trabajando tranquilamente sin afectar la investigación? Parece que la ley está hecha pa’ otros planetas, ¿no creen?
Lo que más me molesta es que Zúñiga niegue todo rotundamente, diciendo que es un ataque político orquestado para destruirlo. Sostiene que colaboró con las autoridades, entregó su celular y que las fotos íntimas que andan circulando son falsas, unos montajes digitales bien mañosos. Lo mismo dice del video que supuestamente lo involucra. ¿Será verdad o estamos frente a un mae tratando de salirse con la suya?
Michael Soto Rojas, el subdirector interino, tomó el mando del OIJ durante esta temporada. Uno esperaría que aprovecharan la oportunidad para limpiar la casa, poner orden y demostrar que el OIJ puede seguir funcionando sin rodeos ni favoritismos. Pero bueno, ya sabemos cómo suelen ir las cosas por acá, ¿verdad?
Y para colmo, resulta que Zúñiga admite haber compartido algunos documentos por WhatsApp, aunque insiste en que no eran datos confidenciales ni investigaciones en curso. ¿Qué tipo de chunches era esos que necesitaba compartir por la app?, me pregunto... ¡Esto ya parece novela!
La verdad, este caso es un verdadero chinchorro. Con tanto revuelo, incertidumbre y preguntas sin respuesta, uno no sabe si reírse o llorar. Entonces, dime, ¿crees que mantener a Zúñiga con goce salarial mientras se investiga es justo para las víctimas y para la credibilidad del OIJ? ¿O es simplemente otra muestra de la impunidad que nos caracteriza?
Para refrescarles la memoria, Zúñiga está metido en un buen brete luego de varias denuncias por cosas bien personales y delicadas. Acusaciones de abuso sexual que han sacudido hasta los cimientos del OIJ. Ya van varios días de polémica y el ambiente está más tenso que hilo de billar.
Ahora, la jueza decidió mandarlo pa' casa temporalmente mientras investigan lo sucedido, pero sin quitarle el sueldito. Según explican desde el Poder Judicial, así debe ser porque cualquier cambio en su situación económica podría considerarse una “afectación adicional” que violaría el debido proceso y la presunción de inocencia. ¡Claro, claro! Como si no fuera suficiente el escandalo mediatico, ahora esto suma más controversia, diay.
La Corte argumenta que retirarle el sueldo estaría adelantándose a un juicio, prejuzgándolo antes de tener pruebas sólidas. En teoría, suena lógico, pero en la práctica… ¿Cómo se supone que alguien que enfrenta tantas acusaciones siga trabajando tranquilamente sin afectar la investigación? Parece que la ley está hecha pa’ otros planetas, ¿no creen?
Lo que más me molesta es que Zúñiga niegue todo rotundamente, diciendo que es un ataque político orquestado para destruirlo. Sostiene que colaboró con las autoridades, entregó su celular y que las fotos íntimas que andan circulando son falsas, unos montajes digitales bien mañosos. Lo mismo dice del video que supuestamente lo involucra. ¿Será verdad o estamos frente a un mae tratando de salirse con la suya?
Michael Soto Rojas, el subdirector interino, tomó el mando del OIJ durante esta temporada. Uno esperaría que aprovecharan la oportunidad para limpiar la casa, poner orden y demostrar que el OIJ puede seguir funcionando sin rodeos ni favoritismos. Pero bueno, ya sabemos cómo suelen ir las cosas por acá, ¿verdad?
Y para colmo, resulta que Zúñiga admite haber compartido algunos documentos por WhatsApp, aunque insiste en que no eran datos confidenciales ni investigaciones en curso. ¿Qué tipo de chunches era esos que necesitaba compartir por la app?, me pregunto... ¡Esto ya parece novela!
La verdad, este caso es un verdadero chinchorro. Con tanto revuelo, incertidumbre y preguntas sin respuesta, uno no sabe si reírse o llorar. Entonces, dime, ¿crees que mantener a Zúñiga con goce salarial mientras se investiga es justo para las víctimas y para la credibilidad del OIJ? ¿O es simplemente otra muestra de la impunidad que nos caracteriza?