¡Ay, Dios mío! Se armó un alboroto tremendo este martes en La Carpio cuando una niña de 11 años se fue al agua dentro del río Virilla. Menos mal que los muchachos del Cuerpo de Bomberos y la Cruz Roja reaccionaron rápido y la sacaron airoso. Lo que les cuento, ¡qué susto se llevaron todos!
Según nos contaron, todo empezó alrededor de las nueve de la mañana, cuando se recibió la alerta en Las Gradas, cerquita de la primera parada del bus. Inicialmente, se pensó que eran dos niños los que se habían metido en problemas, pero al llegar los equipos de rescate, ya estaban fuera del agua. El caso es que la niña, con el corazón latiéndole a mil, estaba tirada en la rivera, del lado de Heredia, visiblemente confundida.
Roger Abarca, quien anda manejando la cosa ahí en la estación de Bomberos de Pavas, nos explicó que el rescate no fue precisamente un paseo por el parque. Entre las gradas empinadas, que dicen que le complican la vida hasta a los bomberos para atender incendios, y tener que cruzar el río, se complicó un montón la faena. "Aquí, tanto del lado de Heredia como del lado de Pavas, las gradas son un brete", nos dijo Abarca con toda la honestidad del mundo.
Pero, ¿cómo hicieron para sacar a la niña de esa situación tan complicada? Pues resultaaa que los vecinos de la zona andaban con un carrusel ahí cerca, y los rescatistas aprovecharon eso para cruzar el río sin mayores riesgos. "Nos facilitó la labor y evitó exponer al personal a las aguas del río”, complementó Abarca, dejando claro que la colaboración comunitaria hizo la diferencia.
Al parecer, la muchacha sufrió un desmayo repentino –dicen que padece epilepsia– y terminó cayendo al río. Gracias a Dios, algunas personas del vecindario estuvieron ahí para ayudarla antes de que llegaran los profesionales. Cuando los paramédicos la revisaron, estaba inconciente, pero logran estabilizarla en el lugar y transportarla al Hospital Nacional de Niños. La Cruz Roja confirma que llegó al hospital en condición estable, ¡eso sí que da tranquilidad!
Desde el hospital nos comentan que la niña está recibiendo toda la atención necesaria. Aunque todavía no saben exactamente qué causó el desmayo, los médicos están trabajando para descartar cualquier problema grave. Por ahora, parece que estará unos días recuperándose, pero todo indica que se va a poner bien. La verdad, es un alivio ver que terminaron librados de este susto monumental.
Este incidente pone nuevamente sobre la mesa el tema de la seguridad en zonas de alto riesgo como La Carpio. Como bien decía el Jefe Abarca, esas gradas son un verdadero problemón no solo para los rescates, sino también para combatir incendios. ¡Qué carga! Será importante que las autoridades tomen cartas en el asunto y vean cómo mejorar la infraestructura para evitar tragedias similares en el futuro. Además, sirve para recordarles a todos nosotros que debemos estar siempre atentos a nuestro entorno y ofrecer ayuda si alguien la necesita.
Ahora, me pregunto... ¿No deberíamos exigir medidas más estrictas de seguridad en áreas vulnerables como estas, o simplemente esperamos a que ocurra otro accidente para actuar? ¿Creen que se debería invertir en proyectos para hacer las gradas más accesibles y seguras, o hay otras prioridades más urgentes para la comunidad?
Según nos contaron, todo empezó alrededor de las nueve de la mañana, cuando se recibió la alerta en Las Gradas, cerquita de la primera parada del bus. Inicialmente, se pensó que eran dos niños los que se habían metido en problemas, pero al llegar los equipos de rescate, ya estaban fuera del agua. El caso es que la niña, con el corazón latiéndole a mil, estaba tirada en la rivera, del lado de Heredia, visiblemente confundida.
Roger Abarca, quien anda manejando la cosa ahí en la estación de Bomberos de Pavas, nos explicó que el rescate no fue precisamente un paseo por el parque. Entre las gradas empinadas, que dicen que le complican la vida hasta a los bomberos para atender incendios, y tener que cruzar el río, se complicó un montón la faena. "Aquí, tanto del lado de Heredia como del lado de Pavas, las gradas son un brete", nos dijo Abarca con toda la honestidad del mundo.
Pero, ¿cómo hicieron para sacar a la niña de esa situación tan complicada? Pues resultaaa que los vecinos de la zona andaban con un carrusel ahí cerca, y los rescatistas aprovecharon eso para cruzar el río sin mayores riesgos. "Nos facilitó la labor y evitó exponer al personal a las aguas del río”, complementó Abarca, dejando claro que la colaboración comunitaria hizo la diferencia.
Al parecer, la muchacha sufrió un desmayo repentino –dicen que padece epilepsia– y terminó cayendo al río. Gracias a Dios, algunas personas del vecindario estuvieron ahí para ayudarla antes de que llegaran los profesionales. Cuando los paramédicos la revisaron, estaba inconciente, pero logran estabilizarla en el lugar y transportarla al Hospital Nacional de Niños. La Cruz Roja confirma que llegó al hospital en condición estable, ¡eso sí que da tranquilidad!
Desde el hospital nos comentan que la niña está recibiendo toda la atención necesaria. Aunque todavía no saben exactamente qué causó el desmayo, los médicos están trabajando para descartar cualquier problema grave. Por ahora, parece que estará unos días recuperándose, pero todo indica que se va a poner bien. La verdad, es un alivio ver que terminaron librados de este susto monumental.
Este incidente pone nuevamente sobre la mesa el tema de la seguridad en zonas de alto riesgo como La Carpio. Como bien decía el Jefe Abarca, esas gradas son un verdadero problemón no solo para los rescates, sino también para combatir incendios. ¡Qué carga! Será importante que las autoridades tomen cartas en el asunto y vean cómo mejorar la infraestructura para evitar tragedias similares en el futuro. Además, sirve para recordarles a todos nosotros que debemos estar siempre atentos a nuestro entorno y ofrecer ayuda si alguien la necesita.
Ahora, me pregunto... ¿No deberíamos exigir medidas más estrictas de seguridad en áreas vulnerables como estas, o simplemente esperamos a que ocurra otro accidente para actuar? ¿Creen que se debería invertir en proyectos para hacer las gradas más accesibles y seguras, o hay otras prioridades más urgentes para la comunidad?
