¡Aguanten, pura vida! El Consejo Técnico de Aviación Civil (CETAC) le dio luz verde a la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) para ponerle precio a los hangares del Aeropuerto Internacional Tobías Bolaños. Sí, esos mismos que llevan años ahí, algunos medio olvidados. Parece que después de un buen estudio, decidieron que ya es hora de mover el brete y ver qué sale de esto.
La movida toda viene desde atrás. Según el comunicado CETAC-AC-2025-1220, publicado el lunes pasado, ahora van a buscar adjudicarlos mediante una concesión pública. Lo que significa que cualquier compañía con certificado para operar en el aeropuerto podrá pujar por tenerlos. Vamos, que se abre la puerta para nuevos negocios y quizás algunas sorpresas, ¡ya veremos!
Ahora, los detalles. El Departamento de Aeropuertos tendrá que enviar toda la documentación a la Proveeduría Institucional, cumpliendo con todas las leyes y reglamentos. Todo bien, todo legal, como debe ser. Pero lo interesante viene después: también tienen que revisar los permisos actuales que tiene la gente que ya está operando ahí, muchos de ellos en precario, esa vara que siempre da dolores de cabeza.
Y ojo, porque no va a ser fácil. La Unidad de Asesoría Jurídica va a estar encima revisando todo para asegurarse de que no haya broncas legales. Además, hay una preocupación grande por los pequeños empresarios, esos mecánicos, lamineros y taxistas aéreos que dependen de esos hangares para ganarse el sustento. Hay que encontrar un punto medio, un precio justo, que les permita seguir trabajando sin irse al traste.
Porque no nos olvidemos, estos tipos son la columna vertebral del aeropuerto. Son los que mantienen las avionetas afinadas, los que arreglan los choques menores y los que llevan a la gente a diferentes destinos. Si les ponen el precio muy alto, puede que tengan que cerrar sus negocios, y eso nadie quiere verlo. Imagínate, un aeropuerto lleno de aviones abandonados… ¡qué despiche!
Pero parece que el gobierno está consciente de esto. Están hablando de negociar con ellos, de buscar acuerdos que sean razonables y rentables para todos. Se habla de un plan de ejecución de ruta, paso a paso, para organizar todo este proceso y minimizar los problemas. A ver si así logran un equilibrio entre el desarrollo económico y el bienestar de los trabajadores del sector.
Claro, todo esto suena lindo en papel, pero la realidad puede ser diferente. Ya hemos visto muchas veces cómo estas cosas se complican. Habrá que estar atentos a cómo se desarrolla la licitación, quiénes son los interesados y cuáles serán las condiciones finales. También será importante ver si realmente se toman en cuenta las opiniones de los pequeños empresarios y si se les ofrece algún tipo de apoyo para enfrentar los cambios.
En fin, la pelota está en el techo de la DGAC y el CETAC. Esperemos que hagan bien su trabajo y que esta licitación se lleve a cabo de manera justa y transparente. ¿Ustedes qué piensan? ¿Creen que el gobierno logrará proteger los intereses de los pequeños empresarios o priorizará únicamente los beneficios económicos? ¡Dejen sus comentarios y vamos a debatir sobre este tema que afecta a tantos ticos!
La movida toda viene desde atrás. Según el comunicado CETAC-AC-2025-1220, publicado el lunes pasado, ahora van a buscar adjudicarlos mediante una concesión pública. Lo que significa que cualquier compañía con certificado para operar en el aeropuerto podrá pujar por tenerlos. Vamos, que se abre la puerta para nuevos negocios y quizás algunas sorpresas, ¡ya veremos!
Ahora, los detalles. El Departamento de Aeropuertos tendrá que enviar toda la documentación a la Proveeduría Institucional, cumpliendo con todas las leyes y reglamentos. Todo bien, todo legal, como debe ser. Pero lo interesante viene después: también tienen que revisar los permisos actuales que tiene la gente que ya está operando ahí, muchos de ellos en precario, esa vara que siempre da dolores de cabeza.
Y ojo, porque no va a ser fácil. La Unidad de Asesoría Jurídica va a estar encima revisando todo para asegurarse de que no haya broncas legales. Además, hay una preocupación grande por los pequeños empresarios, esos mecánicos, lamineros y taxistas aéreos que dependen de esos hangares para ganarse el sustento. Hay que encontrar un punto medio, un precio justo, que les permita seguir trabajando sin irse al traste.
Porque no nos olvidemos, estos tipos son la columna vertebral del aeropuerto. Son los que mantienen las avionetas afinadas, los que arreglan los choques menores y los que llevan a la gente a diferentes destinos. Si les ponen el precio muy alto, puede que tengan que cerrar sus negocios, y eso nadie quiere verlo. Imagínate, un aeropuerto lleno de aviones abandonados… ¡qué despiche!
Pero parece que el gobierno está consciente de esto. Están hablando de negociar con ellos, de buscar acuerdos que sean razonables y rentables para todos. Se habla de un plan de ejecución de ruta, paso a paso, para organizar todo este proceso y minimizar los problemas. A ver si así logran un equilibrio entre el desarrollo económico y el bienestar de los trabajadores del sector.
Claro, todo esto suena lindo en papel, pero la realidad puede ser diferente. Ya hemos visto muchas veces cómo estas cosas se complican. Habrá que estar atentos a cómo se desarrolla la licitación, quiénes son los interesados y cuáles serán las condiciones finales. También será importante ver si realmente se toman en cuenta las opiniones de los pequeños empresarios y si se les ofrece algún tipo de apoyo para enfrentar los cambios.
En fin, la pelota está en el techo de la DGAC y el CETAC. Esperemos que hagan bien su trabajo y que esta licitación se lleve a cabo de manera justa y transparente. ¿Ustedes qué piensan? ¿Creen que el gobierno logrará proteger los intereses de los pequeños empresarios o priorizará únicamente los beneficios económicos? ¡Dejen sus comentarios y vamos a debatir sobre este tema que afecta a tantos ticos!