Ay, mi gente, prepárense porque parece que el sol va a tener compañía: ¡la oscuridad! La Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) anunció una serie de suspensiones de electricidad programadas para esta semana, y vaya que van a dejar a algunos vecinos bien quitados de la suya. De hecho, ¡parece un plan maestro para dejar a medias partes varios cantones!
Según el comunicado oficial, estos cortes forman parte de un “mantenimiento preventivo”, diay, eso dicen ellos... Pero si le preguntas a Doña Lilia en Heredia, que anda preparando pan de queso pa’ la venta, te dirá que eso es puro cuento para justificar un tremendo despiste técnico. Imagínate, a media mañana, sin luz para hornear, ¡una tragedia nacional, créeme!
El calendario de apagones es extenso, mi pana. Empezamos el martes con Heredia y San José sufriendo los peores embates. En Belén, La Asunción, San Pedro, Lourdes, Cantón Central, El Carmen, Dulce Nombre, Mata Redonda, Tibás, San Juan, Mozotal… ¡uf!, la lista es larga y da escalofríos. Y ni hablar de los negocios pequeños, que dependen de la energía para operar; eso les pega duro, vamos.
El miércoles no mejora mucho la cosa, porque seguimos teniendo cortes programados en San José, Santa Ana y Alajuela. Montes de Oca, Pavas, Guácima, La Trinidad y Zapote también entran en la zona de riesgo. Que mala pata, ya uno quiere estar disfrutando de las fiestas decembrinas tranquilamente, y resulta que se queda a oscuras comiendo galletas a la luz de las velas. Suena romántico, pero a nadie le gusta, ¿verdad?
Ahora, no nos pongamos a llorar, porque sabemos que estas cosas pasan. Sin embargo, uno no puede evitar preguntarse: ¿por qué siempre tenemos que pagar nosotros los platos rotos? ¿No podrían mejorar la infraestructura eléctrica del país para evitar este tipo de inconvenientes? Porque así, cada año es lo mismo: anuncios de cortes, vecinos molestos y un aumento en el estrés general. ¡Qué torta!
Y hablando de estrés, piensen en las personas mayores o aquellos con necesidades especiales que dependen de equipos médicos que funcionan con electricidad. Un corte inesperado puede poner en peligro sus vidas. Ojalá la CNFL tenga todo bajo control y que estas suspensiones sean realmente necesarias, y que no sean resultado de alguna falla mayor que estén tratando de tapar con este “mantenimiento”. Esperemos lo mejor, pero preparados para lo peor, ¿eh?
Muchos se preguntan si esto podría afectar la productividad empresarial o incluso interrumpir servicios esenciales. Algunos dueños de restaurantes ya están pensando en comprar plantas de emergencia, mientras que otros simplemente resignados a perder ventas durante esas horas. Claro, pueden echarle la culpa al cambio climático, a la sequía, a lo que quieran, pero al final, la responsabilidad recae en quienes tienen el deber de garantizar un suministro eléctrico confiable. Y ahí es donde, sinceramente, la cosa se pone un poquito difícil de digerir.
En fin, mi gente, agárrense que esta semana promete ser interesante. Carguen sus teléfonos, compren linternas y prepárense para contar historias a la luz de las velas. Y ahora, díganme, ¿qué medidas tomarían ustedes ante estos cortes de luz programados? ¿Comprarían un generador, se suscribirían a una aplicación de alertas o simplemente esperarían a que vuelva la luz, rezando para que no se interrumpa su cena de Navidad?
Según el comunicado oficial, estos cortes forman parte de un “mantenimiento preventivo”, diay, eso dicen ellos... Pero si le preguntas a Doña Lilia en Heredia, que anda preparando pan de queso pa’ la venta, te dirá que eso es puro cuento para justificar un tremendo despiste técnico. Imagínate, a media mañana, sin luz para hornear, ¡una tragedia nacional, créeme!
El calendario de apagones es extenso, mi pana. Empezamos el martes con Heredia y San José sufriendo los peores embates. En Belén, La Asunción, San Pedro, Lourdes, Cantón Central, El Carmen, Dulce Nombre, Mata Redonda, Tibás, San Juan, Mozotal… ¡uf!, la lista es larga y da escalofríos. Y ni hablar de los negocios pequeños, que dependen de la energía para operar; eso les pega duro, vamos.
El miércoles no mejora mucho la cosa, porque seguimos teniendo cortes programados en San José, Santa Ana y Alajuela. Montes de Oca, Pavas, Guácima, La Trinidad y Zapote también entran en la zona de riesgo. Que mala pata, ya uno quiere estar disfrutando de las fiestas decembrinas tranquilamente, y resulta que se queda a oscuras comiendo galletas a la luz de las velas. Suena romántico, pero a nadie le gusta, ¿verdad?
Ahora, no nos pongamos a llorar, porque sabemos que estas cosas pasan. Sin embargo, uno no puede evitar preguntarse: ¿por qué siempre tenemos que pagar nosotros los platos rotos? ¿No podrían mejorar la infraestructura eléctrica del país para evitar este tipo de inconvenientes? Porque así, cada año es lo mismo: anuncios de cortes, vecinos molestos y un aumento en el estrés general. ¡Qué torta!
Y hablando de estrés, piensen en las personas mayores o aquellos con necesidades especiales que dependen de equipos médicos que funcionan con electricidad. Un corte inesperado puede poner en peligro sus vidas. Ojalá la CNFL tenga todo bajo control y que estas suspensiones sean realmente necesarias, y que no sean resultado de alguna falla mayor que estén tratando de tapar con este “mantenimiento”. Esperemos lo mejor, pero preparados para lo peor, ¿eh?
Muchos se preguntan si esto podría afectar la productividad empresarial o incluso interrumpir servicios esenciales. Algunos dueños de restaurantes ya están pensando en comprar plantas de emergencia, mientras que otros simplemente resignados a perder ventas durante esas horas. Claro, pueden echarle la culpa al cambio climático, a la sequía, a lo que quieran, pero al final, la responsabilidad recae en quienes tienen el deber de garantizar un suministro eléctrico confiable. Y ahí es donde, sinceramente, la cosa se pone un poquito difícil de digerir.
En fin, mi gente, agárrense que esta semana promete ser interesante. Carguen sus teléfonos, compren linternas y prepárense para contar historias a la luz de las velas. Y ahora, díganme, ¿qué medidas tomarían ustedes ante estos cortes de luz programados? ¿Comprarían un generador, se suscribirían a una aplicación de alertas o simplemente esperarían a que vuelva la luz, rezando para que no se interrumpa su cena de Navidad?