¡Ay, Dios mío! Se ha levantado una polvareda tremenda con el nuevo reglamento de circulación que acaba de aprobar el Ministerio de Transportes. Parece que quisieron hacer cambios pa’ mejorar la seguridad vial, pero a veras, parece que han echado leña al fuego. Lo que más está picando a la gente es cómo afecta a los ciclistas; entre ustedes, ¿ya saben qué cambian?
El problema, brete, es que ahora los ciclistas están obligados a circular siempre por carriles bici designados, incluso si estos no existen o están en pésimas condiciones. Y ojo, porque si te pillan circulando por la calle, ¡multa! Dicen que es para protegerlos de los carros, pero sinceramente, muchos carriles bici son un chiste: llenos de baches, con poca visibilidad y hasta bloqueados por árboles. ¡Una torta!
Además, el reglamento introduce restricciones sobre dónde pueden estacionar las bicicletas, limitándolas a zonas específicas y acotadas. Esto complica mucho la vida a los repartidores, estudiantes y cualquier persona que use la bicicleta como medio de transporte diario. Muchos aseguran que esto va a desincentivar el uso de la bicicleta, justo cuando deberíamos estar promoviendo alternativas sostenibles.
Pero ahí no termina la cosa. También han endurecido las sanciones para quienes no usen casco, aumentando las multas considerablemente. Aunque la seguridad es importante, muchos argumentan que este aumento es excesivo y que podría afectar desproporcionadamente a las personas de bajos recursos. “No todos podemos andar comprando cascos nuevos cada año”, comentaba don José, un ciclista habitual del centro. ¡Qué sal!
Lo que más preocupa a los defensores de los derechos de los ciclistas es que el reglamento parece haber sido diseñado sin consultarles previamente. No hubo espacios de diálogo ni participación ciudadana, lo cual ha generado mucha frustración y sensación de injusticia. De hecho, ya se están organizando protestas y peticiones online para exigir modificaciones.
Expertos en movilidad urbana señalan que el enfoque del reglamento es equivocado. En lugar de restringir la libertad de movimiento de los ciclistas, deberían enfocarse en mejorar la infraestructura vial, crear carriles bici seguros y promover campañas de concientización tanto para conductores como para ciclistas. Un poco más de visión, diay…
Muchos ticos, especialmente aquellos que utilizan la bicicleta como medio de transporte cotidiano, se sienten abandonados por las autoridades. Afirman que el nuevo reglamento atenta contra su derecho a la movilidad segura y sostenible. Las redes sociales están que arden con críticas y memes sobre la situación. Lo que sí es seguro es que esto generará controversia durante meses. ¡Qué carga!
En fin, este nuevo reglamento de circulación ha abierto una herida profunda en la comunidad ciclista costarricense. Está claro que hay mucho por debatir y corregir. ¿Usted qué opina? ¿Considera que estas medidas son necesarias para mejorar la seguridad vial o creen que restringen innecesariamente la movilidad de los ciclistas? Déjeme sus comentarios abajo y vayamos analizando esta vara juntos.
El problema, brete, es que ahora los ciclistas están obligados a circular siempre por carriles bici designados, incluso si estos no existen o están en pésimas condiciones. Y ojo, porque si te pillan circulando por la calle, ¡multa! Dicen que es para protegerlos de los carros, pero sinceramente, muchos carriles bici son un chiste: llenos de baches, con poca visibilidad y hasta bloqueados por árboles. ¡Una torta!
Además, el reglamento introduce restricciones sobre dónde pueden estacionar las bicicletas, limitándolas a zonas específicas y acotadas. Esto complica mucho la vida a los repartidores, estudiantes y cualquier persona que use la bicicleta como medio de transporte diario. Muchos aseguran que esto va a desincentivar el uso de la bicicleta, justo cuando deberíamos estar promoviendo alternativas sostenibles.
Pero ahí no termina la cosa. También han endurecido las sanciones para quienes no usen casco, aumentando las multas considerablemente. Aunque la seguridad es importante, muchos argumentan que este aumento es excesivo y que podría afectar desproporcionadamente a las personas de bajos recursos. “No todos podemos andar comprando cascos nuevos cada año”, comentaba don José, un ciclista habitual del centro. ¡Qué sal!
Lo que más preocupa a los defensores de los derechos de los ciclistas es que el reglamento parece haber sido diseñado sin consultarles previamente. No hubo espacios de diálogo ni participación ciudadana, lo cual ha generado mucha frustración y sensación de injusticia. De hecho, ya se están organizando protestas y peticiones online para exigir modificaciones.
Expertos en movilidad urbana señalan que el enfoque del reglamento es equivocado. En lugar de restringir la libertad de movimiento de los ciclistas, deberían enfocarse en mejorar la infraestructura vial, crear carriles bici seguros y promover campañas de concientización tanto para conductores como para ciclistas. Un poco más de visión, diay…
Muchos ticos, especialmente aquellos que utilizan la bicicleta como medio de transporte cotidiano, se sienten abandonados por las autoridades. Afirman que el nuevo reglamento atenta contra su derecho a la movilidad segura y sostenible. Las redes sociales están que arden con críticas y memes sobre la situación. Lo que sí es seguro es que esto generará controversia durante meses. ¡Qué carga!
En fin, este nuevo reglamento de circulación ha abierto una herida profunda en la comunidad ciclista costarricense. Está claro que hay mucho por debatir y corregir. ¿Usted qué opina? ¿Considera que estas medidas son necesarias para mejorar la seguridad vial o creen que restringen innecesariamente la movilidad de los ciclistas? Déjeme sus comentarios abajo y vayamos analizando esta vara juntos.