¡Ay, Dios mío! Se le puso peor la cosa en el frente económico mundial. Donald Trump, echándole ganas a la presidencia como si no hubiera un mañana, mandó a lanzar un paquetazo de aranceles contra China que parece sacado de película de acción. Hablamos de un 100% extra sobre todos los productos que nos venden esos chinos, encima del 30% que ya teníamos. ¡Imagínate qué batacazo!
Esta movida, que entrará en vigor el primer día de noviembre, viene acompañada de restricciones pa' mandarles nuestro software más avanzado. Parece que el señor Trump está furioso porque los chinos también andan jugando a ponerle trabas a la venta de tierras raras, esas cositas que le sirven a cualquiera pa’ hacer celulares, carros eléctricos, hasta cosas pa’ defender el país. Esa tierra rara es fundamental, diay, y ahora se pone la cosa complicada.
Las bolsas de valores de Wall Street se pusieron coloradas rapidito. El Nasdaq cayó como arena caliente, perdiendo casi cuatro puntos, y el S&P 500 no se quedó atrás, con una pérdida considerable. Los inversionistas, pura gente nerviosa, empezaron a pensar qué pasaría si esto se convierte en una pelea larga y dura. No mames, nadie quiere otra guerra arancelaria, eso sí da dolor de cabeza y eleva los precios de todo.
Y ni hablar del encuentro que tenía planeado Trump con Xi Jinping en Corea del Sur, pa' tratar de calmar las aguas en la cumbre APEC. El señor Trump, por Twitter, amenazó con cancelar la reunión, diciendo que 'no veía motivos' pa' sentarse a platicar con el chino. Pero luego, como haciéndose bolas, dijo que aún podía pasar, que quizá sí iban a verse. ¡Un clásico!
La bronca entre estos dos gigantes económicos va de fondo, mae. No es solo por las tierras raras, sino también por quién manda en el terreno tecnológico y por controlar las cadenas de producción a nivel global. Hace poco, Trump estaba pidiendo a gritos que China comprara más soya americana, porque el negocio de la soya le pega duro a sus votantes. Como respuesta, China anunció unos impuestos especiales a los barcos que van de allá pa' acá, una jugada que nosotros ya estábamos aplicando, para que vean... ¡pura polémica!
Si vamos a ser honestos, esta disputa lleva tiempo cocinándose. Ya hubo una primera ronda de aranceles hace un par de años que dejó a muchos ticos con la boca abierta, pero luego lograron llegar a un acuerdo. Sin embargo, parece que ese acuerdo era más bien un respiro momentáneo, porque ahora volvemos a estar en el ojo del huracán. Los analistas dicen que podríamos ver aumentos en los precios de los aparatos electrónicos, los autos y hasta otros productos que usamos diario. ¡Qué lata!
La comunidad internacional está mirando todo con lupa, preocupada por cómo esta pelea afectará la economía mundial. Si Estados Unidos y China se agarran a mordiscos, todos vamos a salir perjudicados, sin importar si somos pequeños o grandes. Imagínatelo, diay, las empresas ticas que dependen de componentes o materias primas de China… ¡ufff! Hay que estar preparados pa’ lo que pueda venir.
Con todo esto, me pregunto: ¿Será posible que esta escalada comercial termine en una separación definitiva entre Estados Unidos y China, o encontrarán la forma de ponerse de acuerdo? ¿Cómo crees que esta situación impactará directamente a nuestra economía nacional y qué medidas deberíamos tomar como país para protegernos de los efectos negativos?
Esta movida, que entrará en vigor el primer día de noviembre, viene acompañada de restricciones pa' mandarles nuestro software más avanzado. Parece que el señor Trump está furioso porque los chinos también andan jugando a ponerle trabas a la venta de tierras raras, esas cositas que le sirven a cualquiera pa’ hacer celulares, carros eléctricos, hasta cosas pa’ defender el país. Esa tierra rara es fundamental, diay, y ahora se pone la cosa complicada.
Las bolsas de valores de Wall Street se pusieron coloradas rapidito. El Nasdaq cayó como arena caliente, perdiendo casi cuatro puntos, y el S&P 500 no se quedó atrás, con una pérdida considerable. Los inversionistas, pura gente nerviosa, empezaron a pensar qué pasaría si esto se convierte en una pelea larga y dura. No mames, nadie quiere otra guerra arancelaria, eso sí da dolor de cabeza y eleva los precios de todo.
Y ni hablar del encuentro que tenía planeado Trump con Xi Jinping en Corea del Sur, pa' tratar de calmar las aguas en la cumbre APEC. El señor Trump, por Twitter, amenazó con cancelar la reunión, diciendo que 'no veía motivos' pa' sentarse a platicar con el chino. Pero luego, como haciéndose bolas, dijo que aún podía pasar, que quizá sí iban a verse. ¡Un clásico!
La bronca entre estos dos gigantes económicos va de fondo, mae. No es solo por las tierras raras, sino también por quién manda en el terreno tecnológico y por controlar las cadenas de producción a nivel global. Hace poco, Trump estaba pidiendo a gritos que China comprara más soya americana, porque el negocio de la soya le pega duro a sus votantes. Como respuesta, China anunció unos impuestos especiales a los barcos que van de allá pa' acá, una jugada que nosotros ya estábamos aplicando, para que vean... ¡pura polémica!
Si vamos a ser honestos, esta disputa lleva tiempo cocinándose. Ya hubo una primera ronda de aranceles hace un par de años que dejó a muchos ticos con la boca abierta, pero luego lograron llegar a un acuerdo. Sin embargo, parece que ese acuerdo era más bien un respiro momentáneo, porque ahora volvemos a estar en el ojo del huracán. Los analistas dicen que podríamos ver aumentos en los precios de los aparatos electrónicos, los autos y hasta otros productos que usamos diario. ¡Qué lata!
La comunidad internacional está mirando todo con lupa, preocupada por cómo esta pelea afectará la economía mundial. Si Estados Unidos y China se agarran a mordiscos, todos vamos a salir perjudicados, sin importar si somos pequeños o grandes. Imagínatelo, diay, las empresas ticas que dependen de componentes o materias primas de China… ¡ufff! Hay que estar preparados pa’ lo que pueda venir.
Con todo esto, me pregunto: ¿Será posible que esta escalada comercial termine en una separación definitiva entre Estados Unidos y China, o encontrarán la forma de ponerse de acuerdo? ¿Cómo crees que esta situación impactará directamente a nuestra economía nacional y qué medidas deberíamos tomar como país para protegernos de los efectos negativos?
