¡Ay, Dios mío! Parece que estamos jugando con fuego en las rutas nacionales. Las estadísticas preliminares del cierre de 2025 pintan feísimo: se perfila como el año más letal en carretera desde 2012. O sea, ¡qué torta! Si seguimos con este ritmo demencial, vamos a cerrar el año con alrededor de 540 personas fallecidas. Ya me imagino las familias destrozadas, los hospitales saturados... Un panorama bien pesado, diay.
La Policía de Tránsito ha estado lanzándole alertas hace rato, pero parece que poca gente le presta atención. Según sus datos, al final de noviembre ya iban acumulando 259 víctimas mortales sobre motos. ¡Pero ojo!, más de la mitad de las muertes – 19 en noviembre solamente – fueron de moteros. Esto nos dice que hay algo bien chungo pasando: o los mototos son demasiado imprudentes, o las condiciones de las vías son pésimas, o ambas cosas juntas. ¡Un brete!
Y ni hablar de la velocidad. Esa sigue siendo la reina del terror. Hasta ahora, la velocidad excesiva ha costado 196 vidas este año. De esas 497 muertes totales contabilizadas, la mayoría se deben a esa imprudencia. Uno piensa, ¿por qué tanto apuro? ¿De verdad vale la pena poner en riesgo la vida propia y la de los demás por llegar cinco minutos antes?
Lo bueno es que, aunque la situación general siga siendo preocupante, los últimos tres meses han mostrado una leve mejoría. Por fin, después de mucho tiempo, conseguimos tener menos de cuarenta fallecidos en un mes. Recuerdo que en junio, julio y agosto del 2024 la cosa anduvo un poquito mejor, con 32, 33 y 34 casos, respectivamente. Eso nos da una pequeña esperanza, pero no podemos confiarnos, ¡nada de eso!
Martín Sánchez Agüero, el subdirector de la Policía de Tránsito, lo expresó clarito: “Es la primera vez en el año que logramos tres meses seguidos con menos de 40 fallecidos. Pero diciembre es otro cuento”. Y vaya razón tiene. Diciembre siempre ha sido un mes crítico en nuestras carreteras. En 2023 registramos 69 fatalidades, y en 2024, 65. Ese número es escalofriante, vamos.
Ahora, ¿a quién le toca la responsabilidad de frenar esta espiral de muerte? Bueno, la verdad es que todos tenemos parte de culpa. Los conductores, por supuesto, pero también las autoridades, por no hacer cumplir las leyes de tránsito con rigor, y los fabricantes de vehículos, por no garantizar la seguridad de sus productos. Además, las condiciones de muchas de nuestras carreteras dejan mucho que desear: baches, señalización deficiente, iluminación insuficiente… ¡Una combinación explosiva!
En fin, la situación es grave, pero no irreversible. Podemos cambiar esto si asumimos nuestra responsabilidad individual y colectiva. Se trata de respetar las normas de tránsito, conducir con precaución, denunciar a los infractores y exigir a las autoridades que tomen medidas efectivas. No podemos seguir permitiendo que nuestras carreteras sean sinónimos de tragedia. ¡Que barbaridad! Tenemos que buscar soluciones creativas y sostenibles para proteger a nuestros ciudadanos.
Con este panorama tan sombrío, me pregunto: ¿Creemos que campañas de concientización enfocadas en los riesgos de la conducción bajo efectos del alcohol y el uso del celular pueden realmente marcar la diferencia, o necesitamos medidas más contundentes, como aumentar las sanciones y mejorar la infraestructura vial? ¡Compárteme tu opinión en el foro, compa!
La Policía de Tránsito ha estado lanzándole alertas hace rato, pero parece que poca gente le presta atención. Según sus datos, al final de noviembre ya iban acumulando 259 víctimas mortales sobre motos. ¡Pero ojo!, más de la mitad de las muertes – 19 en noviembre solamente – fueron de moteros. Esto nos dice que hay algo bien chungo pasando: o los mototos son demasiado imprudentes, o las condiciones de las vías son pésimas, o ambas cosas juntas. ¡Un brete!
Y ni hablar de la velocidad. Esa sigue siendo la reina del terror. Hasta ahora, la velocidad excesiva ha costado 196 vidas este año. De esas 497 muertes totales contabilizadas, la mayoría se deben a esa imprudencia. Uno piensa, ¿por qué tanto apuro? ¿De verdad vale la pena poner en riesgo la vida propia y la de los demás por llegar cinco minutos antes?
Lo bueno es que, aunque la situación general siga siendo preocupante, los últimos tres meses han mostrado una leve mejoría. Por fin, después de mucho tiempo, conseguimos tener menos de cuarenta fallecidos en un mes. Recuerdo que en junio, julio y agosto del 2024 la cosa anduvo un poquito mejor, con 32, 33 y 34 casos, respectivamente. Eso nos da una pequeña esperanza, pero no podemos confiarnos, ¡nada de eso!
Martín Sánchez Agüero, el subdirector de la Policía de Tránsito, lo expresó clarito: “Es la primera vez en el año que logramos tres meses seguidos con menos de 40 fallecidos. Pero diciembre es otro cuento”. Y vaya razón tiene. Diciembre siempre ha sido un mes crítico en nuestras carreteras. En 2023 registramos 69 fatalidades, y en 2024, 65. Ese número es escalofriante, vamos.
Ahora, ¿a quién le toca la responsabilidad de frenar esta espiral de muerte? Bueno, la verdad es que todos tenemos parte de culpa. Los conductores, por supuesto, pero también las autoridades, por no hacer cumplir las leyes de tránsito con rigor, y los fabricantes de vehículos, por no garantizar la seguridad de sus productos. Además, las condiciones de muchas de nuestras carreteras dejan mucho que desear: baches, señalización deficiente, iluminación insuficiente… ¡Una combinación explosiva!
En fin, la situación es grave, pero no irreversible. Podemos cambiar esto si asumimos nuestra responsabilidad individual y colectiva. Se trata de respetar las normas de tránsito, conducir con precaución, denunciar a los infractores y exigir a las autoridades que tomen medidas efectivas. No podemos seguir permitiendo que nuestras carreteras sean sinónimos de tragedia. ¡Que barbaridad! Tenemos que buscar soluciones creativas y sostenibles para proteger a nuestros ciudadanos.
Con este panorama tan sombrío, me pregunto: ¿Creemos que campañas de concientización enfocadas en los riesgos de la conducción bajo efectos del alcohol y el uso del celular pueden realmente marcar la diferencia, o necesitamos medidas más contundentes, como aumentar las sanciones y mejorar la infraestructura vial? ¡Compárteme tu opinión en el foro, compa!
