¡Ay, Dios mío! Parece que tenemos un problemón, mi gente. Resulta que las mujeres acá en Costa Rica, igual que en otros lados, estamos quedándonos rezagadas en las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas – esas llamadas STEM. Según dicen, apenas un tercio de quienes andan estudiando eso somos nosotras, y eso no pinta nada bien para el futuro del país.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha estado sonando alarmas hace tiempo sobre esto, y parece que ni modo de darle solución. Las organizaciones internacionales, como UNICEF y la Fundación Abertis, están haciendo esfuerzos, pero la brecha sigue ahí. En México, que es donde sacaron el ejemplo en la nota, la cosa va parecida; las niñas empiezan a dudar de sus capacidades alrededor de los 12 años, y muchas se salen del camino antes de que puedan demostrar lo que valen. ¡Imagínate la pérdida de talento!
Elena Salgado, presidenta de la Fundación Abertis, me explicó que están enfocándose en ayudar a las nenas de familias con menos recursos, porque a veces no tienen las herramientas necesarias para competir. Dicen que diseñar programas que les motiven a estudiar carreras que “antes parecían pa’ muchachos” es clave. ¡Y tienen razón! Ya basta de estereotipos, nosotras podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, ¿verdad?
Astrid Viveros, quien dirige Tecnolochicas, enfatizó que no queremos que las STEM sean solo unas siglas vacías. Ella cree que las experiencias prácticas y los talleres son fundamentales para despertar el interés de las chicas por la ciencia y la tecnología. Me imagino a las nenas divirtiéndose, experimentando, descubriendo cosas nuevas... ¡eso sí es empoderamiento!
Ximena Romero, una estudiante de 16 años que participó en esos talleres, nos contó que aprendió mucho sobre mujeres científicas increíbles. Dijo que también le explicaron cómo a veces las minimizan, y eso las afecta. ¡No puede ser! Tenemos que cambiar esa mentalidad machista que todavía existe por ahí, diay.
En nuestro querido Costa Rica, la situación tampoco es muy diferente. Aunque no hay estadísticas oficiales tan recientes como las de México, sabemos que la presencia femenina en ingenierías y otras áreas STEM es baja. Necesitamos más programas como los que mencioné, becas, mentores, y sobre todo, un cambio cultural que valore el talento de las mujeres en todas las áreas.
Lo bueno es que ahora tenemos a nuestra Ministra de Ciencia, Tecnología y Comunicación, Mora Castro, quien seguramente estará buscando soluciones creativas para impulsar la participación de las mujeres en STEM. Esperemos que ponga manos a la obra y cambie esta realidad, porque necesitamos cerebros brillantes, ¡y esos cerebros no tienen género!
Ahora, dime tú, ¿qué crees que deberíamos estar haciendo desde casa, como padres, educadores y sociedad en general, para animar a nuestras hijas y vecinas a perseguir sus sueños científicos y tecnológicos? ¿Crees que los talleres son suficientes, o necesitamos medidas más drásticas para cerrar esa brecha?
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha estado sonando alarmas hace tiempo sobre esto, y parece que ni modo de darle solución. Las organizaciones internacionales, como UNICEF y la Fundación Abertis, están haciendo esfuerzos, pero la brecha sigue ahí. En México, que es donde sacaron el ejemplo en la nota, la cosa va parecida; las niñas empiezan a dudar de sus capacidades alrededor de los 12 años, y muchas se salen del camino antes de que puedan demostrar lo que valen. ¡Imagínate la pérdida de talento!
Elena Salgado, presidenta de la Fundación Abertis, me explicó que están enfocándose en ayudar a las nenas de familias con menos recursos, porque a veces no tienen las herramientas necesarias para competir. Dicen que diseñar programas que les motiven a estudiar carreras que “antes parecían pa’ muchachos” es clave. ¡Y tienen razón! Ya basta de estereotipos, nosotras podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, ¿verdad?
Astrid Viveros, quien dirige Tecnolochicas, enfatizó que no queremos que las STEM sean solo unas siglas vacías. Ella cree que las experiencias prácticas y los talleres son fundamentales para despertar el interés de las chicas por la ciencia y la tecnología. Me imagino a las nenas divirtiéndose, experimentando, descubriendo cosas nuevas... ¡eso sí es empoderamiento!
Ximena Romero, una estudiante de 16 años que participó en esos talleres, nos contó que aprendió mucho sobre mujeres científicas increíbles. Dijo que también le explicaron cómo a veces las minimizan, y eso las afecta. ¡No puede ser! Tenemos que cambiar esa mentalidad machista que todavía existe por ahí, diay.
En nuestro querido Costa Rica, la situación tampoco es muy diferente. Aunque no hay estadísticas oficiales tan recientes como las de México, sabemos que la presencia femenina en ingenierías y otras áreas STEM es baja. Necesitamos más programas como los que mencioné, becas, mentores, y sobre todo, un cambio cultural que valore el talento de las mujeres en todas las áreas.
Lo bueno es que ahora tenemos a nuestra Ministra de Ciencia, Tecnología y Comunicación, Mora Castro, quien seguramente estará buscando soluciones creativas para impulsar la participación de las mujeres en STEM. Esperemos que ponga manos a la obra y cambie esta realidad, porque necesitamos cerebros brillantes, ¡y esos cerebros no tienen género!
Ahora, dime tú, ¿qué crees que deberíamos estar haciendo desde casa, como padres, educadores y sociedad en general, para animar a nuestras hijas y vecinas a perseguir sus sueños científicos y tecnológicos? ¿Crees que los talleres son suficientes, o necesitamos medidas más drásticas para cerrar esa brecha?