¡Aguante ahí, raza! Parece que este brete de las frecuencias de radio y TV va tomando un rumbo... aunque quién sabe si seguro. La Contraloría General de la República, pa' quitarle vicios, le dio el visto bueno a la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) para seguir adelante con el concurso de las frecuencias. Ya resolvieron esos 29 recursos de objeción que estaban echando humo, así que Sutel puede echarle mano al proceso, diay.
Para los que no andan al día, esta vaina lleva meses arrastrándose. Se abrió el concurso, sí señor, pero desde entonces las estaciones han estado pegándose unos empujones con el gobierno, alegando que la onda está inflada y que van a terminar cerrando sus puertas. La cosa llegó a tal punto que entraron los abogados, las medidas cautelares y todo el rollo. Un verdadero fiestón legal, para ponerle sabor al arroz.
Lo curioso es que, pese a toda esta movida, el concurso no se paró. Las radios y Canara –la cámara que los representa– obtuvieron una medida cautelar, lo cual les permite seguir transmitiendo mientras se resuelve todo este lío judicial. Pero eso no detuvo a Sutel de seguir con los trámites, porque la demanda original era contra el Poder Ejecutivo, quien fue quien mandó iniciar el concurso. Así que Sutel siguió haciendo su chamba, sin importarle mucho lo que pasaba en los tribunales.
Al principio, las estaciones ni siquiera habían metido a Sutel en el ojo del huracán, pero el abogado Federico Malavassi, el mismo que siempre anda buscando cómo defender a sus clientes, propuso incluirlos al proceso. Ahí ven, buscando darle más tela que cortar, como dicen por acá. Hasta ahora, no se ha definido si realmente los integrarán o no. Qué cosas, ¿verdad?
Y hablando de precios exorbitantes, como bien decía el titular, varios medios ya expresaron su preocupación por los montos que se piden por estas frecuencias. Dicen que son inasequibles para muchas estaciones regionales, especialmente las más pequeñas. Esto podría significar que algunas de ellas se tengan que ir al traste, dejando espacios vacíos en la programación y afectando a comunidades enteras que dependen de esas voces locales. ¡Qué despiche!
Pero claro, hay quienes argumentan que es necesario modernizar el sistema de radiodifusión y que estos nuevos precios reflejan el valor actual del espectro radioeléctrico. También señalan que las estaciones tienen la oportunidad de innovar y buscar nuevas fuentes de ingresos para poder competir en el mercado. Lo cierto es que la situación está tensa y las próximas semanas serán cruciales para definir el futuro de la radio y la televisión en Costa Rica. Pa’ tremer, vaya.
Ahora que la Contraloría le quitó el escollo de los recursos de objeción, Sutel podrá anunciar formalmente los próximos pasos del concurso el próximo lunes. Según comunicaron, ya no tienen más pendientes en la CGR, así que cualquier consulta deberá hacerse directamente con ellos. Eso sí, aún falta saber qué decidirán los tribunales con respecto a las demandas presentadas por las radios. Esa vara aún está pendiente, mi pana.
En fin, parece que este drama de las frecuencias está lejos de acabar. Con tantas idas y vueltas, con medidas cautelares, denuncias y decisiones judiciales, uno ya no sabe qué esperar. ¿Será que finalmente encontraremos una solución justa para todos o veremos a varias estaciones apagarse? ¿Ustedes qué piensan, compas? ¿Creen que el nuevo modelo de asignación de frecuencias beneficiará a las radios comunitarias y a los pequeños medios locales o estará diseñado para favorecer a los grandes grupos empresariales?
Para los que no andan al día, esta vaina lleva meses arrastrándose. Se abrió el concurso, sí señor, pero desde entonces las estaciones han estado pegándose unos empujones con el gobierno, alegando que la onda está inflada y que van a terminar cerrando sus puertas. La cosa llegó a tal punto que entraron los abogados, las medidas cautelares y todo el rollo. Un verdadero fiestón legal, para ponerle sabor al arroz.
Lo curioso es que, pese a toda esta movida, el concurso no se paró. Las radios y Canara –la cámara que los representa– obtuvieron una medida cautelar, lo cual les permite seguir transmitiendo mientras se resuelve todo este lío judicial. Pero eso no detuvo a Sutel de seguir con los trámites, porque la demanda original era contra el Poder Ejecutivo, quien fue quien mandó iniciar el concurso. Así que Sutel siguió haciendo su chamba, sin importarle mucho lo que pasaba en los tribunales.
Al principio, las estaciones ni siquiera habían metido a Sutel en el ojo del huracán, pero el abogado Federico Malavassi, el mismo que siempre anda buscando cómo defender a sus clientes, propuso incluirlos al proceso. Ahí ven, buscando darle más tela que cortar, como dicen por acá. Hasta ahora, no se ha definido si realmente los integrarán o no. Qué cosas, ¿verdad?
Y hablando de precios exorbitantes, como bien decía el titular, varios medios ya expresaron su preocupación por los montos que se piden por estas frecuencias. Dicen que son inasequibles para muchas estaciones regionales, especialmente las más pequeñas. Esto podría significar que algunas de ellas se tengan que ir al traste, dejando espacios vacíos en la programación y afectando a comunidades enteras que dependen de esas voces locales. ¡Qué despiche!
Pero claro, hay quienes argumentan que es necesario modernizar el sistema de radiodifusión y que estos nuevos precios reflejan el valor actual del espectro radioeléctrico. También señalan que las estaciones tienen la oportunidad de innovar y buscar nuevas fuentes de ingresos para poder competir en el mercado. Lo cierto es que la situación está tensa y las próximas semanas serán cruciales para definir el futuro de la radio y la televisión en Costa Rica. Pa’ tremer, vaya.
Ahora que la Contraloría le quitó el escollo de los recursos de objeción, Sutel podrá anunciar formalmente los próximos pasos del concurso el próximo lunes. Según comunicaron, ya no tienen más pendientes en la CGR, así que cualquier consulta deberá hacerse directamente con ellos. Eso sí, aún falta saber qué decidirán los tribunales con respecto a las demandas presentadas por las radios. Esa vara aún está pendiente, mi pana.
En fin, parece que este drama de las frecuencias está lejos de acabar. Con tantas idas y vueltas, con medidas cautelares, denuncias y decisiones judiciales, uno ya no sabe qué esperar. ¿Será que finalmente encontraremos una solución justa para todos o veremos a varias estaciones apagarse? ¿Ustedes qué piensan, compas? ¿Creen que el nuevo modelo de asignación de frecuencias beneficiará a las radios comunitarias y a los pequeños medios locales o estará diseñado para favorecer a los grandes grupos empresariales?
