¡Ay, Dios mío! ¿Se imaginan? Medio siglo nos tocó vivir para ver estas cosas. Resulta que la Plaza de la Justicia, ese lugar donde se resuelven nuestras varas, se va a cerrar por casi seis años. Sí, así como lo leyeron, ¡casi seis años! Desde el 20 de octubre tendremos que buscar otra ruta si andamos por el I Circuito Judicial de San José. Dicen que es por temas de seguridad, pero a este ritmo, pa’ cuándo la van a terminar.
Según el Poder Judicial, todo esto es porque la Plaza de la Justicia está presentando problemas bien gordos: filtraciones de agua que parecen cascada, materiales estructurales que ya dieron sus últimos coletazos, y un montón de otras cosas que no aguantan más. El brete es arreglar todo eso para que el lugar siga funcionando bien y nadie salga lastimado. Parece mentira que un edificio tan importante esté en esas condiciones, ¿verdad?
Alexandra Mora Steller, la jefa de Servicios Generales del Poder Judicial, aseguró que esta obra es “urgente y prioritaria”. Que quieren fortalecer la seguridad, mejorar la accesibilidad y dejar el sitio con toda la onda. Suena lindo en el papel, aber si luego cumplen lo que prometen, porque ya estamos cansados de promesas incumplidas. Uno piensa: ¿para qué tanto trámite si al final la plata desaparece en el camino?
Lo que harán, básicamente, es impermeabilizar todo el techo y las juntas sísmicas – que ni les cuento cuántos temblores hemos aguantado estos últimos años –, mejorar el sistema de drenaje para que no se inunde cada vez que llueve, reparar grietas y pisos flojos, y hasta poner unas zonas de sombra con maceteras. Un poquito de verde en medio de tanto concreto siempre viene bien, vamos. Al menos así queda un lugar decente donde esperar si tenemos que ir a algún juicio.
Esta obra implica meterle mano a 4.500 metros cuadrados, una verdadera chimba. Y la inversión, atención, ¡casi mil millones de colones! (¢998.920.000). Eso es una bocha de lana, mae. Esperemos que todo el proceso sea transparente y que la plata no se vaya en pura corrupción, porque sino, ¡qué torta! Ya tenemos suficientes problemas con la economía del país, que todavía nos cierran la Plaza de la Justicia.
Para ponerlo en perspectiva, la Plaza de la Justicia es un punto neurálgico de la justicia costarricense. Ahí están la Corte Suprema de Justicia, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), y la Torre de Tribunales. Es un lugar donde confluyen abogados, funcionarios judiciales, y ciudadanos que buscan resolver sus problemas legales. Que ahora esté cerrada es un verdadero problema de movilidad para muchos, especialmente para aquellos que dependen del transporte público.
Algunos se preguntan si esta demora tan larga es necesaria. Otros dicen que podrían haber encontrado soluciones más rápidas y eficientes. De hecho, algunos expertos sugieren que la planificación podría haberse hecho con más anticipación para evitar interrupciones tan prolongadas. Pero bueno, ya pasó, y ahora toca aguantarnos el rollo. Lo importante es que al final, la Plaza de la Justicia quede renovada y segura, lista para seguir sirviendo a la comunidad por muchísimos años. Además, esperemos que mejoren la iluminación, porque algunas áreas se ponen oscuras y dan un poco de miedo, diay.
Así que ahí lo tienen, compas. La Plaza de la Justicia se va a transformar durante los próximos años. Una reforma grande, costosa, pero necesaria. Ahora me pregunto: ¿Ustedes creen que con toda esta inversión, realmente se logrará solucionar todos los problemas de infraestructura del Poder Judicial a largo plazo, o será solo un parche temporal que volverá a necesitar reparaciones en pocos años?
Según el Poder Judicial, todo esto es porque la Plaza de la Justicia está presentando problemas bien gordos: filtraciones de agua que parecen cascada, materiales estructurales que ya dieron sus últimos coletazos, y un montón de otras cosas que no aguantan más. El brete es arreglar todo eso para que el lugar siga funcionando bien y nadie salga lastimado. Parece mentira que un edificio tan importante esté en esas condiciones, ¿verdad?
Alexandra Mora Steller, la jefa de Servicios Generales del Poder Judicial, aseguró que esta obra es “urgente y prioritaria”. Que quieren fortalecer la seguridad, mejorar la accesibilidad y dejar el sitio con toda la onda. Suena lindo en el papel, aber si luego cumplen lo que prometen, porque ya estamos cansados de promesas incumplidas. Uno piensa: ¿para qué tanto trámite si al final la plata desaparece en el camino?
Lo que harán, básicamente, es impermeabilizar todo el techo y las juntas sísmicas – que ni les cuento cuántos temblores hemos aguantado estos últimos años –, mejorar el sistema de drenaje para que no se inunde cada vez que llueve, reparar grietas y pisos flojos, y hasta poner unas zonas de sombra con maceteras. Un poquito de verde en medio de tanto concreto siempre viene bien, vamos. Al menos así queda un lugar decente donde esperar si tenemos que ir a algún juicio.
Esta obra implica meterle mano a 4.500 metros cuadrados, una verdadera chimba. Y la inversión, atención, ¡casi mil millones de colones! (¢998.920.000). Eso es una bocha de lana, mae. Esperemos que todo el proceso sea transparente y que la plata no se vaya en pura corrupción, porque sino, ¡qué torta! Ya tenemos suficientes problemas con la economía del país, que todavía nos cierran la Plaza de la Justicia.
Para ponerlo en perspectiva, la Plaza de la Justicia es un punto neurálgico de la justicia costarricense. Ahí están la Corte Suprema de Justicia, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), y la Torre de Tribunales. Es un lugar donde confluyen abogados, funcionarios judiciales, y ciudadanos que buscan resolver sus problemas legales. Que ahora esté cerrada es un verdadero problema de movilidad para muchos, especialmente para aquellos que dependen del transporte público.
Algunos se preguntan si esta demora tan larga es necesaria. Otros dicen que podrían haber encontrado soluciones más rápidas y eficientes. De hecho, algunos expertos sugieren que la planificación podría haberse hecho con más anticipación para evitar interrupciones tan prolongadas. Pero bueno, ya pasó, y ahora toca aguantarnos el rollo. Lo importante es que al final, la Plaza de la Justicia quede renovada y segura, lista para seguir sirviendo a la comunidad por muchísimos años. Además, esperemos que mejoren la iluminación, porque algunas áreas se ponen oscuras y dan un poco de miedo, diay.
Así que ahí lo tienen, compas. La Plaza de la Justicia se va a transformar durante los próximos años. Una reforma grande, costosa, pero necesaria. Ahora me pregunto: ¿Ustedes creen que con toda esta inversión, realmente se logrará solucionar todos los problemas de infraestructura del Poder Judicial a largo plazo, o será solo un parche temporal que volverá a necesitar reparaciones en pocos años?