¡Aguántense!, porque esto sí que es novedá. Los inventores del TEC le dieron duro al problema de los implantes ortopédicos, esos que a veces te fallan y te dejan más enganchao' que pitillo en misa. Resulta que ahora van a hacer implantes hechos a la medida de cada hueso, pa' que queden pegaos' como chicle en zapato nuevo.
El rollo es que los implantes que andamos usando ahorita son como zapatos talla única; bueno, no exactamente, pero entienden la onda. Vienen en medidas fijas y no siempre se acomodan perfecto al hueso de cada quien. Eso causa problemas, desde que el implante se afloja rapidito, hasta tener que volver a operar, ¡una torta! Pero los ingenieros del TEC dijeron “basta” y le pusieron pausa al asunto.
El doctor Teodolito Guillén, que parece salido de película de ciencia ficción, nos explica que la clave está en combinar varias ciencias: ingeniería, ciencia de materiales y hasta biología. No se imaginan todo el brete que tuvieron que superar. Más de quince años de laburo intenso, pruebas en laboratorio, con animalitos... imagínate la paciencia.
Y no son cuales quiera los materiales, ¡eh! Están usando aleaciones de titanio, magnesio-calcio y acero inoxidable, todos biocompatibles, que significa que el cuerpo no pone resistencia y se integra bien. Piensen en ello, un material que no pelea con el cuerpo, sino que trabaja en armonía, ¡qué chiva!
Lo más interesante es cómo funciona el diseño. Permite que el hueso crezca dentro y alrededor del implante, como si fueran uno solo. Esto facilita la regeneración del hueso y asegura que el implante esté bien firme, ¡a prueba de bombas!. Imaginen poder mover las manos o las rodillas sin temor a que el implante se vaya de viaje… ¡eso sí es vivir!
Gracias a la tecnología de punta, como el modelado 3D y el análisis digital, ahora pueden escanear el hueso del paciente y diseñar un implante que encaje como guante. Además, la impresión 3D de metales les permite crear diseños porosos, que son cruciales para que el hueso se conecte y se adhiera bien al implante. Antes era imposible hacer esas estructuras complejas con los métodos tradicionales, pero ahora… ¡qué nivel!
Pero claro, no todo es color de rosa. Antes de meterle mano a un paciente humano, estos implantes pasan por pruebas súper estrictas. Revisan sus propiedades mecánicas, físicas, químicas y biológicas en el laboratorio. También hacen pruebas con animales para ver cómo reacciona el cuerpo y si hay buena integración con el hueso. Se quiere asegurar que todo esté a raja tabla, pa’ evitar sorpresas desagradables y poner en riesgo la salud del paciente. Porque al final del día, la seguridad es lo primero, diay.
Ahora, me pregunto, ¿cree usted que esta innovación podría reducir significativamente la demanda de cirugías de reemplazo de prótesis en Costa Rica y qué tipo de regulaciones deberían implementarse para garantizar un acceso equitativo a estas tecnologías avanzadas?
El rollo es que los implantes que andamos usando ahorita son como zapatos talla única; bueno, no exactamente, pero entienden la onda. Vienen en medidas fijas y no siempre se acomodan perfecto al hueso de cada quien. Eso causa problemas, desde que el implante se afloja rapidito, hasta tener que volver a operar, ¡una torta! Pero los ingenieros del TEC dijeron “basta” y le pusieron pausa al asunto.
El doctor Teodolito Guillén, que parece salido de película de ciencia ficción, nos explica que la clave está en combinar varias ciencias: ingeniería, ciencia de materiales y hasta biología. No se imaginan todo el brete que tuvieron que superar. Más de quince años de laburo intenso, pruebas en laboratorio, con animalitos... imagínate la paciencia.
Y no son cuales quiera los materiales, ¡eh! Están usando aleaciones de titanio, magnesio-calcio y acero inoxidable, todos biocompatibles, que significa que el cuerpo no pone resistencia y se integra bien. Piensen en ello, un material que no pelea con el cuerpo, sino que trabaja en armonía, ¡qué chiva!
Lo más interesante es cómo funciona el diseño. Permite que el hueso crezca dentro y alrededor del implante, como si fueran uno solo. Esto facilita la regeneración del hueso y asegura que el implante esté bien firme, ¡a prueba de bombas!. Imaginen poder mover las manos o las rodillas sin temor a que el implante se vaya de viaje… ¡eso sí es vivir!
Gracias a la tecnología de punta, como el modelado 3D y el análisis digital, ahora pueden escanear el hueso del paciente y diseñar un implante que encaje como guante. Además, la impresión 3D de metales les permite crear diseños porosos, que son cruciales para que el hueso se conecte y se adhiera bien al implante. Antes era imposible hacer esas estructuras complejas con los métodos tradicionales, pero ahora… ¡qué nivel!
Pero claro, no todo es color de rosa. Antes de meterle mano a un paciente humano, estos implantes pasan por pruebas súper estrictas. Revisan sus propiedades mecánicas, físicas, químicas y biológicas en el laboratorio. También hacen pruebas con animales para ver cómo reacciona el cuerpo y si hay buena integración con el hueso. Se quiere asegurar que todo esté a raja tabla, pa’ evitar sorpresas desagradables y poner en riesgo la salud del paciente. Porque al final del día, la seguridad es lo primero, diay.
Ahora, me pregunto, ¿cree usted que esta innovación podría reducir significativamente la demanda de cirugías de reemplazo de prótesis en Costa Rica y qué tipo de regulaciones deberían implementarse para garantizar un acceso equitativo a estas tecnologías avanzadas?
