¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con el circo político en Costa Rica, diay. Resulta que la bancada del oficialismo, comandada por Pilar Cisneros, le metió tremenda denuncia a Gustavo Román, el vocero del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). El mae este, aparentemente, se pasó de lanza con sus comentarios contra el Presidente Chaves, y ahora la tienen en la mira, ¿me entienden?
Todo comenzó, según cuentan, luego de que el TSE pidió quitarle la inmunidad al propio Chaves por unas quince denuncias de beligerancia. Parece que esto de la inmunidad presidencial está generando más ruido que baile de marimba, sinceramente. Y ahora, la bancada de gobierno responde, buscando exponer a Román ante el mismo cargo que le imputan al Presidente.
Cisneros, con toda la actitud, salió a declarar en una conferencia de prensa que Román está usando su posición dentro del TSE para desacreditar al Presidente y, según ella, “reducir el apoyo a los que buscamos la continuidad”. ¡Continuidad!, dicen. Uno piensa, ¿a qué costo?, ¿con cuánta polémica?, ¿hasta cuándo vamos a aguantar estas broncas políticas?
La diputada, que también está involucrada en la campaña de Laura Fernández – la aspirante chavista, pa’ que ya sepan – acusó a Román de ir contra la Constitución Política, usando criterios poco claros y favoreciendo a unos políticos sobre otros. Según Cisneros, Román ha estado soltando improperios y calificaciones fuertes sobre Chaves, catalogándolo de “matón” y otras cosas peores. ¡Imagínense!, un vocero del TSE hablando así, ¡qué barbaridad!
Y ahí viene lo interesante: la bancada del oficialismo afirma tener pruebas contundentes para solicitar al TSE que investigue a Román y que lo sancione. Dicen que podrían pedirle desde su destitución hasta inhabilitarlo para ejercer cualquier cargo público durante al menos dos años. Una vara bien pesada, ¿verdad? Porque si el TSE es el árbitro de las elecciones, como siempre repiten, entonces los que trabajan allí no deberían estar metiéndose en el juego, sino zafándose de lado.
Román, al parecer, cree que defender la democracia implica criticar a quienes considera que abusan del poder. Pero, ¿hasta dónde llega esa libertad de expresión cuando estás en una posición tan sensible como la de vocero del TSE? Ahí es donde entramos en aguas turbias, mi clave. Porque aunque tenga derecho a opinar, también tiene la responsabilidad de mantener la imparcialidad y el respeto hacia todas las partes.
Lo que más me da pena de todo este brete es que al final, siempre somos los ciudadanos quienes salimos perdiendo. Mientras ellos se pelean por el poder, nosotros seguimos lidiando con problemas reales: el aumento del precio del gas, la inseguridad ciudadana, la falta de oportunidades... Cosas que realmente importan, ¿me comprenden? En fin, el Tribunal aún no se ha pronunciado sobre la denuncia, así que habrá que esperar a ver cómo termina esta telenovela política. Hasta el momento, el ambiente está cargado de tensión y especulaciones.
Y usted, ¿cree que la denuncia contra Román es una respuesta directa a la solicitud de levantarle la inmunidad al Presidente Chaves, o realmente existe una justificación válida basada en sus declaraciones? ¿Debería el TSE investigar a fondo este caso, o es simplemente un intento de venganza política? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios, estoy deseando leer sus puntos de vista!
Todo comenzó, según cuentan, luego de que el TSE pidió quitarle la inmunidad al propio Chaves por unas quince denuncias de beligerancia. Parece que esto de la inmunidad presidencial está generando más ruido que baile de marimba, sinceramente. Y ahora, la bancada de gobierno responde, buscando exponer a Román ante el mismo cargo que le imputan al Presidente.
Cisneros, con toda la actitud, salió a declarar en una conferencia de prensa que Román está usando su posición dentro del TSE para desacreditar al Presidente y, según ella, “reducir el apoyo a los que buscamos la continuidad”. ¡Continuidad!, dicen. Uno piensa, ¿a qué costo?, ¿con cuánta polémica?, ¿hasta cuándo vamos a aguantar estas broncas políticas?
La diputada, que también está involucrada en la campaña de Laura Fernández – la aspirante chavista, pa’ que ya sepan – acusó a Román de ir contra la Constitución Política, usando criterios poco claros y favoreciendo a unos políticos sobre otros. Según Cisneros, Román ha estado soltando improperios y calificaciones fuertes sobre Chaves, catalogándolo de “matón” y otras cosas peores. ¡Imagínense!, un vocero del TSE hablando así, ¡qué barbaridad!
Y ahí viene lo interesante: la bancada del oficialismo afirma tener pruebas contundentes para solicitar al TSE que investigue a Román y que lo sancione. Dicen que podrían pedirle desde su destitución hasta inhabilitarlo para ejercer cualquier cargo público durante al menos dos años. Una vara bien pesada, ¿verdad? Porque si el TSE es el árbitro de las elecciones, como siempre repiten, entonces los que trabajan allí no deberían estar metiéndose en el juego, sino zafándose de lado.
Román, al parecer, cree que defender la democracia implica criticar a quienes considera que abusan del poder. Pero, ¿hasta dónde llega esa libertad de expresión cuando estás en una posición tan sensible como la de vocero del TSE? Ahí es donde entramos en aguas turbias, mi clave. Porque aunque tenga derecho a opinar, también tiene la responsabilidad de mantener la imparcialidad y el respeto hacia todas las partes.
Lo que más me da pena de todo este brete es que al final, siempre somos los ciudadanos quienes salimos perdiendo. Mientras ellos se pelean por el poder, nosotros seguimos lidiando con problemas reales: el aumento del precio del gas, la inseguridad ciudadana, la falta de oportunidades... Cosas que realmente importan, ¿me comprenden? En fin, el Tribunal aún no se ha pronunciado sobre la denuncia, así que habrá que esperar a ver cómo termina esta telenovela política. Hasta el momento, el ambiente está cargado de tensión y especulaciones.
Y usted, ¿cree que la denuncia contra Román es una respuesta directa a la solicitud de levantarle la inmunidad al Presidente Chaves, o realmente existe una justificación válida basada en sus declaraciones? ¿Debería el TSE investigar a fondo este caso, o es simplemente un intento de venganza política? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios, estoy deseando leer sus puntos de vista!