¡Qué pesar, pura vida! La noticia cayó como un baldío en todos lados: falleció Randall Gamboa, el señor que deportaron desde Estados Unidos en esas condiciones terribles. Un hombre de Pérez Zeledón, trabajador, padre… se fue así, después de luchar contra las consecuencias de un sistema que parece tener agujeros enormes. La Asamblea Legislativa le rindió un homenaje, un minutito de silencio, pero eso, díganlo ahí, apenas raspa la punta del iceberg de lo que significó esta tragedia.
Gamboa, un mae sencillo, de esos que le echan ganas pa’l brete, pasó varios meses bajo custodia del ICE en Estados Unidos. Según cuenta su familia, lo encontraron hecho polvo, con heridas y desnutrición severa. Lo trajeron pa’ casa en una ambulancia, como si fuera un fardel, y lo atendieron en el Hospital Escalante Pradilla durante ocho semanas. Le dieron todo lo que podían, pero la verdad, ya estaba muy complicado. Esto nos deja pensando, ¿cómo llegó un hombre a ese punto en otro país?
Carlos Felipe García, del PUSC y amigo cercano de Gamboa, soltó unas palabras que tocaron el corazón: “No queda más que pedir justicia, porque quien se fue era un hijo, hermano, esposo ejemplar”. Y sí, es justo exigirle cuentas a quienes tuvieron responsabilidad en este asunto. No podemos quedarnos mirando mientras nuestros compatriotas sufren así, lejos de casa. El dolor de su familia es compartido por todo Costa Rica, unos cuantos sentimos la pena clavada en el pecho, imagínate, viendo como un familiar regresa así, en esas circunstancias.
El diputado Jonathan Acuña, del Frente Amplio, ha sido el más insistente en pedirle explicaciones al gobierno. No se quedó callao, le metió presión al canciller, preguntándole qué hicieron, qué van a hacer. Quiere saber cuándo se envió esa nota verbal al Departamento de Estado, qué se les comunicó y qué respuesta recibieron. ¡Un buen churro le dio al canciller! Ese tipo no se anda con rodeos, busca la verdad hasta debajo de las piedras.
Las preguntas de Acuña son claves: ¿qué medidas tomará el gobierno para esclarecer lo sucedido? ¿Van a presentar un reclamo formal a Estados Unidos? ¿Cómo vamos a proteger a nuestros compatriotas que emigran buscando una oportunidad, pero corren el riesgo de ser tratados como animales? Estas son las varas que debemos abordar con seriedad y urgencia. Que no quede impune, vaya. ¡Eso es importante!
Acuña también recalcó algo fundamental: “los derechos de nuestros compatriotas no deben nunca ser objeto de cálculos geopolíticos”. Esa es la pura verdad. No podemos sacrificar el bienestar de nuestros ciudadanos por conveniencias políticas o acuerdos comerciales. La dignidad humana debe estar por encima de todo. Es hora de que el gobierno demuestre que realmente valora a sus nacionales, especialmente a aquellos que están luchando en el extranjero.
Este caso, sin lugar a dudas, pone en evidencia la necesidad de fortalecer la coordinación entre Costa Rica y otros países en temas de protección consular y asistencia a migrantes. Necesitamos protocolos claros y efectivos para garantizar que nuestros ciudadanos reciban el apoyo que necesitan en momentos difíciles. Además, es crucial sensibilizar a las autoridades estadounidenses sobre la importancia de respetar los derechos humanos de todos, independientemente de su origen o estatus migratorio. Tenemos que levantar la voz por ellos, pues nosotros somos un país civilizado.
Y ahora, la gran pregunta, compas: ¿Debería el gobierno costarricense demandar formalmente a Estados Unidos por negligencia en el trato dado a Randall Gamboa? ¿Qué acciones concretas deberían tomarse para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro, protegiendo a nuestros compatriotas en el extranjero? ¡Demos nuestro punto de vista en el foro!
Gamboa, un mae sencillo, de esos que le echan ganas pa’l brete, pasó varios meses bajo custodia del ICE en Estados Unidos. Según cuenta su familia, lo encontraron hecho polvo, con heridas y desnutrición severa. Lo trajeron pa’ casa en una ambulancia, como si fuera un fardel, y lo atendieron en el Hospital Escalante Pradilla durante ocho semanas. Le dieron todo lo que podían, pero la verdad, ya estaba muy complicado. Esto nos deja pensando, ¿cómo llegó un hombre a ese punto en otro país?
Carlos Felipe García, del PUSC y amigo cercano de Gamboa, soltó unas palabras que tocaron el corazón: “No queda más que pedir justicia, porque quien se fue era un hijo, hermano, esposo ejemplar”. Y sí, es justo exigirle cuentas a quienes tuvieron responsabilidad en este asunto. No podemos quedarnos mirando mientras nuestros compatriotas sufren así, lejos de casa. El dolor de su familia es compartido por todo Costa Rica, unos cuantos sentimos la pena clavada en el pecho, imagínate, viendo como un familiar regresa así, en esas circunstancias.
El diputado Jonathan Acuña, del Frente Amplio, ha sido el más insistente en pedirle explicaciones al gobierno. No se quedó callao, le metió presión al canciller, preguntándole qué hicieron, qué van a hacer. Quiere saber cuándo se envió esa nota verbal al Departamento de Estado, qué se les comunicó y qué respuesta recibieron. ¡Un buen churro le dio al canciller! Ese tipo no se anda con rodeos, busca la verdad hasta debajo de las piedras.
Las preguntas de Acuña son claves: ¿qué medidas tomará el gobierno para esclarecer lo sucedido? ¿Van a presentar un reclamo formal a Estados Unidos? ¿Cómo vamos a proteger a nuestros compatriotas que emigran buscando una oportunidad, pero corren el riesgo de ser tratados como animales? Estas son las varas que debemos abordar con seriedad y urgencia. Que no quede impune, vaya. ¡Eso es importante!
Acuña también recalcó algo fundamental: “los derechos de nuestros compatriotas no deben nunca ser objeto de cálculos geopolíticos”. Esa es la pura verdad. No podemos sacrificar el bienestar de nuestros ciudadanos por conveniencias políticas o acuerdos comerciales. La dignidad humana debe estar por encima de todo. Es hora de que el gobierno demuestre que realmente valora a sus nacionales, especialmente a aquellos que están luchando en el extranjero.
Este caso, sin lugar a dudas, pone en evidencia la necesidad de fortalecer la coordinación entre Costa Rica y otros países en temas de protección consular y asistencia a migrantes. Necesitamos protocolos claros y efectivos para garantizar que nuestros ciudadanos reciban el apoyo que necesitan en momentos difíciles. Además, es crucial sensibilizar a las autoridades estadounidenses sobre la importancia de respetar los derechos humanos de todos, independientemente de su origen o estatus migratorio. Tenemos que levantar la voz por ellos, pues nosotros somos un país civilizado.
Y ahora, la gran pregunta, compas: ¿Debería el gobierno costarricense demandar formalmente a Estados Unidos por negligencia en el trato dado a Randall Gamboa? ¿Qué acciones concretas deberían tomarse para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro, protegiendo a nuestros compatriotas en el extranjero? ¡Demos nuestro punto de vista en el foro!