¡Ay, mándale! Nuestra delegación juvenil de racquetball le dio vuelta al mundo en el Mundial Junior que se acaba de cerrar en República Dominicana. No es broma, los nuestros brillaron como pocas veces hemos visto, dejando atrás a potencias del deporte como México, Bolivia y Estados Unidos. Claramente, esto sí que es motivo pa' poner la guanábana en alto.
El mundial congregó a jóvenes talentos de todas partes, desde chamacos de 10 años hasta pura sangre de 21. La competencia estuvo dura, con representantes de países como Canadá, Guatemala, República Dominicana, Ecuador, Cuba, Chile, Taiwán, Corea del Sur, Argentina y Colombia buscando llevarse los codelazos. Pero, como dicen por acá, 'cuando se trata de gallito, nos hinchamos'.
Y vaya que nos hinchamos. El apellido Faeth resonó como si fuera el himno nacional en las canchas. Larissa Faeth, la niña prodigio, se coronó campeona en sencillos femenino Sub-14, ¡otra vez! Ya la tienen agarrada, porque también ganó el año pasado en la categoría Sub-12 y en 2024 también se llevó el oro en la Sub-14. Este mae tiene futuro, señores, futuro prometedor.
Pero eso no es todo, porque la Giuliana Faeth, hermanita de Larissa, también se apuntó un campeonato, esta vez en dobles femenino Sub-16 junto a su hermana. Imagínate, dos hermanas dominando el racquetball a nivel mundial. ¡Eso sí es genética tica de primer nivel! Las dos juntas le ganaron a Bolivia, que como bien sabemos, siempre ha sido una cuota difícil de vencer en este deporte.
No todo fue Faeth, obvio. Álvaro Guillén demostró que tenemos madera en la rama masculina, llevándose una medalla de bronce en sencillos Sub-16. Además, sumó dos preseas plateadas en dobles masculino y dobles mixtos. Ese mae sudó la gota gorda, pero valió la pena. Se nota que le pone ganas y que busca dejar el nombre de Costa Rica en alto.
En el marcador general, nuestro país se colocó en un impresionante cuarto lugar, superando a varios competidores fuertes. Sumamos dos oros, cuatro platas y un bronce en la llave principal, y agregamos un oro, dos platas y un bronce más en las llaves anexas. ¡Una cosecha tremenda! Esto demuestra que estamos haciendo las cosas bien, invirtiendo en estos jóvenes talentos y apoyando el desarrollo del racquetball en el país.
Este resultado es una inyección de optimismo para el futuro del racquetball costarricense. Tenemos jóvenes que están mostrando un talento increíble y que podrían llegar a competir en torneos profesionales en los próximos años. Con el apoyo adecuado, podemos convertirnos en una potencia mundial en este deporte. Además, es inspirador ver cómo nuestros deportistas juveniles luchan y representan a Costa Rica con orgullo en escenarios internacionales, demostrando que con disciplina y perseverancia, ¡todo se puede lograr!
Con todo este éxito en el Mundial Junior, me queda una pregunta: ¿cree usted que el gobierno debería invertir aún más en programas de desarrollo deportivo juvenil para asegurar que sigamos produciendo talentos como Larissa y Giuliana Faeth y Álvaro Guillén? ¿Será posible crear más centros de entrenamiento de alto rendimiento y becas deportivas para jóvenes promesas?
El mundial congregó a jóvenes talentos de todas partes, desde chamacos de 10 años hasta pura sangre de 21. La competencia estuvo dura, con representantes de países como Canadá, Guatemala, República Dominicana, Ecuador, Cuba, Chile, Taiwán, Corea del Sur, Argentina y Colombia buscando llevarse los codelazos. Pero, como dicen por acá, 'cuando se trata de gallito, nos hinchamos'.
Y vaya que nos hinchamos. El apellido Faeth resonó como si fuera el himno nacional en las canchas. Larissa Faeth, la niña prodigio, se coronó campeona en sencillos femenino Sub-14, ¡otra vez! Ya la tienen agarrada, porque también ganó el año pasado en la categoría Sub-12 y en 2024 también se llevó el oro en la Sub-14. Este mae tiene futuro, señores, futuro prometedor.
Pero eso no es todo, porque la Giuliana Faeth, hermanita de Larissa, también se apuntó un campeonato, esta vez en dobles femenino Sub-16 junto a su hermana. Imagínate, dos hermanas dominando el racquetball a nivel mundial. ¡Eso sí es genética tica de primer nivel! Las dos juntas le ganaron a Bolivia, que como bien sabemos, siempre ha sido una cuota difícil de vencer en este deporte.
No todo fue Faeth, obvio. Álvaro Guillén demostró que tenemos madera en la rama masculina, llevándose una medalla de bronce en sencillos Sub-16. Además, sumó dos preseas plateadas en dobles masculino y dobles mixtos. Ese mae sudó la gota gorda, pero valió la pena. Se nota que le pone ganas y que busca dejar el nombre de Costa Rica en alto.
En el marcador general, nuestro país se colocó en un impresionante cuarto lugar, superando a varios competidores fuertes. Sumamos dos oros, cuatro platas y un bronce en la llave principal, y agregamos un oro, dos platas y un bronce más en las llaves anexas. ¡Una cosecha tremenda! Esto demuestra que estamos haciendo las cosas bien, invirtiendo en estos jóvenes talentos y apoyando el desarrollo del racquetball en el país.
Este resultado es una inyección de optimismo para el futuro del racquetball costarricense. Tenemos jóvenes que están mostrando un talento increíble y que podrían llegar a competir en torneos profesionales en los próximos años. Con el apoyo adecuado, podemos convertirnos en una potencia mundial en este deporte. Además, es inspirador ver cómo nuestros deportistas juveniles luchan y representan a Costa Rica con orgullo en escenarios internacionales, demostrando que con disciplina y perseverancia, ¡todo se puede lograr!
Con todo este éxito en el Mundial Junior, me queda una pregunta: ¿cree usted que el gobierno debería invertir aún más en programas de desarrollo deportivo juvenil para asegurar que sigamos produciendo talentos como Larissa y Giuliana Faeth y Álvaro Guillén? ¿Será posible crear más centros de entrenamiento de alto rendimiento y becas deportivas para jóvenes promesas?