¡Ay, Dios mío! Esto sí que cayó pelao. Resulta que Leonel Villalobos, ese que siempre anda metido en líos, fue agarrado en el centro penitenciario Vilma Curling Segura intentando meterle un celular a una reclusa. La noticia salió a relucir gracias a una fuente que nos pasó la data, ¡pura verdad!
Para ponerlos al tanto, este señor ya tiene un historial más largo que la General Norte. Entre vice ministerios, diputaciones y juicios, siempre ha sido figura polémica. Recordemos que apenas en agosto del año pasado lo encontraron culpable de procuración de impunidad, un caso que acabó con él recibiendo un condicional, pensando que así se iba a salvar de cualquier bronca.
Según la información que tenemos, Villalobos tenía la intención de contrabandear un teléfono celular al interior del penal El Buen Pastor. Este lugar, como bien saben, alberga a muchas mujeres que han tenido problemas con la justicia, y meterles un celular es abrirle la puerta a mil problemas potenciales. Piensen en llamadas, coordinaciones... ¡Un verdadero código rojo, diay!
¿Y cómo llegó a esto? Pues parece que Villalobos estaba aprovechándose de ese condicional para hacer sus trapisondas. Se supone que debía tener un domicilio fijo y no cometer ningún delito más durante tres años, pero claro, el demonio andaba suelto y quiso jugar al listillo. Todo esto viene de un caso anterior donde sustrajo unos $250 dólares durante un operativo antidroga en La Garita de Alajuela, ¡qué sal!
Recordemos que Villalobos tuvo una carrera política bastante movida. Estuvo en el gobierno de Luis Alberto Monge y luego como diputado por el PLN con Óscar Arias. Incluso estuvo cerca de presidir la Asamblea Legislativa, pero unos rumores sobre sus vínculos con el narcotráfico lo dejaron fuera de la contienda, ¡tremenda vara!
Pero eso no es todo. En 1997, lo detuvieron acusándolo de negociar la venta de droga con un agente encubierto. Un caso que le valió una condena de 12 años de prisión, aunque finalmente salió libre por beneficios penales. Luego, en 2008, volvieron a arrestarlo por presunta legitimación de capitales, pero ese caso se cayó como un castillo de naipes. Parece que Villalobos tiene siete vidas, ¡es increíble!
Ahora, con este nuevo incidente, la Fiscalía está revisando todos sus movimientos. Mucha gente se pregunta si realmente esto es solo un desliz aislado o si Villalobos continúa involucrado en actividades ilícitas. Los Tribunales de Flagrancia ya tienen el caso en manos y seguramente habrá muchos rodeos y tecnicismos legales antes de llegar a una conclusión. Conozcan al tipo, conoce la novela.
Este caso nos deja pensando: ¿Es posible realmente rehabilitar a personas con historiales tan turbios como el de Villalobos? ¿O estamos simplemente dando oportunidades para que vuelvan a caer en viejos hábitos? ¿Creen que debería haber penas más severas para quienes intentan interferir con el sistema penitenciario?
Para ponerlos al tanto, este señor ya tiene un historial más largo que la General Norte. Entre vice ministerios, diputaciones y juicios, siempre ha sido figura polémica. Recordemos que apenas en agosto del año pasado lo encontraron culpable de procuración de impunidad, un caso que acabó con él recibiendo un condicional, pensando que así se iba a salvar de cualquier bronca.
Según la información que tenemos, Villalobos tenía la intención de contrabandear un teléfono celular al interior del penal El Buen Pastor. Este lugar, como bien saben, alberga a muchas mujeres que han tenido problemas con la justicia, y meterles un celular es abrirle la puerta a mil problemas potenciales. Piensen en llamadas, coordinaciones... ¡Un verdadero código rojo, diay!
¿Y cómo llegó a esto? Pues parece que Villalobos estaba aprovechándose de ese condicional para hacer sus trapisondas. Se supone que debía tener un domicilio fijo y no cometer ningún delito más durante tres años, pero claro, el demonio andaba suelto y quiso jugar al listillo. Todo esto viene de un caso anterior donde sustrajo unos $250 dólares durante un operativo antidroga en La Garita de Alajuela, ¡qué sal!
Recordemos que Villalobos tuvo una carrera política bastante movida. Estuvo en el gobierno de Luis Alberto Monge y luego como diputado por el PLN con Óscar Arias. Incluso estuvo cerca de presidir la Asamblea Legislativa, pero unos rumores sobre sus vínculos con el narcotráfico lo dejaron fuera de la contienda, ¡tremenda vara!
Pero eso no es todo. En 1997, lo detuvieron acusándolo de negociar la venta de droga con un agente encubierto. Un caso que le valió una condena de 12 años de prisión, aunque finalmente salió libre por beneficios penales. Luego, en 2008, volvieron a arrestarlo por presunta legitimación de capitales, pero ese caso se cayó como un castillo de naipes. Parece que Villalobos tiene siete vidas, ¡es increíble!
Ahora, con este nuevo incidente, la Fiscalía está revisando todos sus movimientos. Mucha gente se pregunta si realmente esto es solo un desliz aislado o si Villalobos continúa involucrado en actividades ilícitas. Los Tribunales de Flagrancia ya tienen el caso en manos y seguramente habrá muchos rodeos y tecnicismos legales antes de llegar a una conclusión. Conozcan al tipo, conoce la novela.
Este caso nos deja pensando: ¿Es posible realmente rehabilitar a personas con historiales tan turbios como el de Villalobos? ¿O estamos simplemente dando oportunidades para que vuelvan a caer en viejos hábitos? ¿Creen que debería haber penas más severas para quienes intentan interferir con el sistema penitenciario?