¡Ay, Dios mío! Se armó el quite en la UCR, porque el Consejo Universitario le puso el turbo a la polémica de la licitación de frecuencias. Resulta que le piden al Micitt y a Sutel que frenen todo, pa’ ver si no estamos jugando con fuego y poniéndole fin a la variedad de voces en nuestros medios. Imaginen, compas, un escenario donde solo unos pocos tengan acceso a la onda.
Todo esto viene por la Licitación Mayor n.° 2025LY-000003-SUTEL, que busca repartir el espectro radioeléctrico para la difusión abierta. Pero la UCR, con toda la razón del mundo, dice que los requisitos son más raros que un cosito en zapato y podrían llevar a un cierre técnico de radios y canales existentes. Un verdadero despache, vamos.
El CU argumenta que esta movida podría ir en contra del artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, esa que protege nuestra libertad de expresión. Básicamente, estarían usando el control de las frecuencias para callarnos, indirectamente. Y eso, señores míos, no es ningún juego. Nos da qué pensar, ¿verdad?
Además, advierten que la reasignación de estas frecuencias podría chocar con el desarrollo social y cultural que tanto nos cuesta construir. Tratados internacionales, como el Protocolo de San Salvador, respaldan esta preocupación. No queremos que la ambición económica opaque la importancia de tener acceso a información diversa y plural.
Y ojo, que esto no es un ataque a la tecnología ni a la innovación. Por supuesto que necesitamos modernización, pero no a costa de sacrificar los principios básicos de la democracia. Necesitamos un equilibrio, un punto medio donde la tecnología avance sin coartar nuestras libertades. Esto es un brete complicado, diay.
Desde hace rato, varios gremios y organizaciones, tanto acá como afuera, han levantado la voz contra esta licitación, señalando posibles riesgos para la independencia de los medios y la calidad de la información. Dicen que abre la puerta a que gente con malas intenciones, con billetes verdes y agendas turbias, se haga con el control de la onda y manipule la opinión pública. ¡Una torta!
Muchos recuerdan cómo en otros países, situaciones similares terminaron en concentraciones mediáticas que favorecieron intereses particulares y silenciaron voces críticas. No queremos que eso pase aquí, en nuestro querido Costa Rica. Tenemos que proteger lo que hemos construido con tanto esfuerzo, y eso incluye garantizar un panorama mediático diverso y plural.
En fin, la pelota ahora está en el tejado del gobierno. ¿Será que escucharán las advertencias de la UCR y reconsiderarán esta licitación tan cuestionada? ¿Estamos dispuestos a poner en riesgo la diversidad mediática en aras de una supuesta eficiencia económica? Les pregunto, compas del Foro: ¿Cuál creen que debería ser el camino a seguir para asegurar un futuro con medios libres y plurales en Costa Rica?
Todo esto viene por la Licitación Mayor n.° 2025LY-000003-SUTEL, que busca repartir el espectro radioeléctrico para la difusión abierta. Pero la UCR, con toda la razón del mundo, dice que los requisitos son más raros que un cosito en zapato y podrían llevar a un cierre técnico de radios y canales existentes. Un verdadero despache, vamos.
El CU argumenta que esta movida podría ir en contra del artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, esa que protege nuestra libertad de expresión. Básicamente, estarían usando el control de las frecuencias para callarnos, indirectamente. Y eso, señores míos, no es ningún juego. Nos da qué pensar, ¿verdad?
Además, advierten que la reasignación de estas frecuencias podría chocar con el desarrollo social y cultural que tanto nos cuesta construir. Tratados internacionales, como el Protocolo de San Salvador, respaldan esta preocupación. No queremos que la ambición económica opaque la importancia de tener acceso a información diversa y plural.
Y ojo, que esto no es un ataque a la tecnología ni a la innovación. Por supuesto que necesitamos modernización, pero no a costa de sacrificar los principios básicos de la democracia. Necesitamos un equilibrio, un punto medio donde la tecnología avance sin coartar nuestras libertades. Esto es un brete complicado, diay.
Desde hace rato, varios gremios y organizaciones, tanto acá como afuera, han levantado la voz contra esta licitación, señalando posibles riesgos para la independencia de los medios y la calidad de la información. Dicen que abre la puerta a que gente con malas intenciones, con billetes verdes y agendas turbias, se haga con el control de la onda y manipule la opinión pública. ¡Una torta!
Muchos recuerdan cómo en otros países, situaciones similares terminaron en concentraciones mediáticas que favorecieron intereses particulares y silenciaron voces críticas. No queremos que eso pase aquí, en nuestro querido Costa Rica. Tenemos que proteger lo que hemos construido con tanto esfuerzo, y eso incluye garantizar un panorama mediático diverso y plural.
En fin, la pelota ahora está en el tejado del gobierno. ¿Será que escucharán las advertencias de la UCR y reconsiderarán esta licitación tan cuestionada? ¿Estamos dispuestos a poner en riesgo la diversidad mediática en aras de una supuesta eficiencia económica? Les pregunto, compas del Foro: ¿Cuál creen que debería ser el camino a seguir para asegurar un futuro con medios libres y plurales en Costa Rica?