¡Ay, Dios mío! La UCR y la UNA le metieron turbo a la prueba de admisión pa’l 2026. Resulta que ahora, si quieres meterle pata adelante, tendrás que madrugar… y quizás hasta hacer horas extras. Pero bueno, así es la vida, ¿no?
Como bien nos contaron los rectores Araya y Herrera en una conferenciota este martes, la onda es que todos vamos a rendir el examen el mismo fin de semana – sábados y domingos, pa’ nadie que se duerma–. Dicen que esto es pa’ evitar “trampas” y ahorrar billetes públicos. ¡Qué buena vara!, aunque a mí me suena a que quieren echarnos toda la presión del mundo.
Y ni hablar de los horarios. Se habilitarán tres turnos el sábado – a las ocho, once y media, y cuatro de la tarde–, y dos el domingo: ocho de la mañana y once y media. ¡Imaginen la movida! Un chunche tratando de llegar a tiempo entre el tráfico y el pito del bus. Yo creo que algunos van a tener que empezar a dormir en la calle pa’ no perderse ningún turno.
En total, ¡son 290 colegios donde se va a armar el jaleo! Con casi 3000 funcionarios universitarios supervisando que no nos hagamos trampas. ¡Parece película de espías! Entre tanto funcionario, espero que alguno recuerde llevar café, porque la tensión va a estar alta, diay.
Este añito, el examen consta de 45 preguntas y tenemos apenas una hora y cincuenta minutos para resolverlas. ¡Qué pico! Casi ná. Hay que memorizar hasta el nombre de mis primos. Según las estadísticas, hay 48 mil 916 aspirantes, mayoría mujeres – ¡felicidades a las chicas, siempre riéndose del último!–, buscando uno de esos más de 10 mil cupos que ofrecen las universidades. ¡Competencia brutal!
Pero aquí viene la reflexión profunda, mi gente. Entre tanto horario, tanta presión, tanta preparación... ¿realmente vale la pena el esfuerzo? Claro, una carrera universitaria te abre puertas, eso no lo niego. Pero también hay que considerar otras opciones, otras habilidades, otros caminos. ¿No será que estamos poniendo demasiada fe en un pedazo de papel?
Y hablando de papeles, los resultados tardan un buen, ¡pero un buenísimo!, ratito en salir. Tenemos que esperar hasta el 26 de noviembre para saber si aprobamos o no. Dicen que estará todo en la página de la ORI de la UCR. Así que paciencia, pura paciencia… Y mientras tanto, seguir estudiando, rezando y comiéndole al coco. Que no nos salga salado el intento, muchachos.
Con tantos cambios y requisitos, y viendo la competencia feroz, ¿ustedes creen que el sistema actual de admisión es justo y efectivo para seleccionar a los mejores estudiantes, o necesitamos explorar alternativas? Dejen sus opiniones abajo, quiero escuchar qué piensan los expertos del Foro.
Como bien nos contaron los rectores Araya y Herrera en una conferenciota este martes, la onda es que todos vamos a rendir el examen el mismo fin de semana – sábados y domingos, pa’ nadie que se duerma–. Dicen que esto es pa’ evitar “trampas” y ahorrar billetes públicos. ¡Qué buena vara!, aunque a mí me suena a que quieren echarnos toda la presión del mundo.
Y ni hablar de los horarios. Se habilitarán tres turnos el sábado – a las ocho, once y media, y cuatro de la tarde–, y dos el domingo: ocho de la mañana y once y media. ¡Imaginen la movida! Un chunche tratando de llegar a tiempo entre el tráfico y el pito del bus. Yo creo que algunos van a tener que empezar a dormir en la calle pa’ no perderse ningún turno.
En total, ¡son 290 colegios donde se va a armar el jaleo! Con casi 3000 funcionarios universitarios supervisando que no nos hagamos trampas. ¡Parece película de espías! Entre tanto funcionario, espero que alguno recuerde llevar café, porque la tensión va a estar alta, diay.
Este añito, el examen consta de 45 preguntas y tenemos apenas una hora y cincuenta minutos para resolverlas. ¡Qué pico! Casi ná. Hay que memorizar hasta el nombre de mis primos. Según las estadísticas, hay 48 mil 916 aspirantes, mayoría mujeres – ¡felicidades a las chicas, siempre riéndose del último!–, buscando uno de esos más de 10 mil cupos que ofrecen las universidades. ¡Competencia brutal!
Pero aquí viene la reflexión profunda, mi gente. Entre tanto horario, tanta presión, tanta preparación... ¿realmente vale la pena el esfuerzo? Claro, una carrera universitaria te abre puertas, eso no lo niego. Pero también hay que considerar otras opciones, otras habilidades, otros caminos. ¿No será que estamos poniendo demasiada fe en un pedazo de papel?
Y hablando de papeles, los resultados tardan un buen, ¡pero un buenísimo!, ratito en salir. Tenemos que esperar hasta el 26 de noviembre para saber si aprobamos o no. Dicen que estará todo en la página de la ORI de la UCR. Así que paciencia, pura paciencia… Y mientras tanto, seguir estudiando, rezando y comiéndole al coco. Que no nos salga salado el intento, muchachos.
Con tantos cambios y requisitos, y viendo la competencia feroz, ¿ustedes creen que el sistema actual de admisión es justo y efectivo para seleccionar a los mejores estudiantes, o necesitamos explorar alternativas? Dejen sus opiniones abajo, quiero escuchar qué piensan los expertos del Foro.