Imagínate esto: La Sabana de San José, oscura, tranquila… y de repente, ¡boom!, miles de luces danzando en el cielo. Sí, mi pana, viste bien porque el festival ‘Muchas Historias, Una Navidad’ con un espectáculo de drones dejó boquiabiertos a todos los presentes. Fue una locura, literalmente un ejército de luces dibujando figuras gigantescas contra el cielo nocturno. ¡Qué chiva!
Este no es cualquier show, mi gente. Estamos hablando de la primera vez que se hace algo así en Centroamérica, utilizando mil drones coordinados para crear imágenes espectaculares. Se preparó desde junio pasado, juntando a un equipo de pesos pesados – tanto nacionales como de México – que le metieron hasta el fondo para lograr este resultado. Imagínate la coordinación, los cálculos, todo para que cada dron supiera exactamente dónde ir y qué hacer.
Y no fueron unas figuras cualquiera, ¿eh? Desde Santa Claus cabalgando en su trineo hasta un pesebre iluminado, pasando por un árbol de Navidad gigante y hasta un mapa de Costa Rica con el clásico “Pura Vida” escrito arriba. ¡Aplaudimos hasta cansarnos! De hecho, la gente estaba gritando de emoción mientras las figuras iban apareciendo. Parecía que habíamos regresado a la primaria viendo un circo, pero con tecnología de punta.
Lo interesante es cómo lo hicieron funcionar. Cada dron tiene dos luces LED potentes, suficientes para verse a kilómetros de distancia. Pero lo más impresionante es el control. Despegaban y aterrizaban en estaciones especiales, como si fueran aviones. Un equipo central desde una mesa gestionaba cada dron, usando GPS y posicionamiento global para que todo estuviera sincronizado al milímetro. ¡Una precisión brutal, mae!
José Alexis Jiménez, el gerente de mercadeo del BAC, nos explicó que este tipo de espectáculos es súper importante para ellos porque les permite conectar con las familias costarricenses. Según él, somos un país que celebra la Navidad de muchas maneras, ya sea rodeado de seres queridos o compartiendo momentos virtuales, pero siempre buscando cariño, amor y alegría. Es verdad, ¿quién no quiere sentirse abrazado durante diciembre?
Pero el asunto no se quedó ahí. Como parte de las festividades, también hubo el Mercadito de Ilusiones, una feria con más de 150 pequeñas empresas de todo el país. Desde Guanacaste hasta Limón, pasando por Puntarenas y la Zona Norte, artesanos y emprendedores mostraron sus productos. Textiles, joyería, cosméticos, comida... ¡de todo un poco! Una excelente oportunidad para apoyar a la economía local y encontrar esos regalos únicos que siempre andamos buscando.
Además, si te perdiste el espectáculo de drones, aún hay tiempo para disfrutar de la rumba en La Sabana. Hoy, a partir de las nueve de la mañana, sigue abierto el Mercadito de Ilusiones. Y si buscas algo más movido, no te pierdas los conciertos gratuitos de Vía Libre, Los Ajenos y Tapón en la tarde. ¡Duro, duro! Prometo que vale la pena echarle un vistazo, aunque sea para tomarte unas fotos dignas de Instagram.
En fin, mi gente, un espectáculo impresionante que demuestra que Costa Rica sabe combinar tradición, innovación y, por supuesto, mucha Pura Vida. Ahora me pregunto, ¿crees que este tipo de espectáculos deberían volverse una constante en nuestros espacios públicos, o prefieres seguir disfrutando de las tradicionales fiestas navideñas sin tanta tecnología?
Este no es cualquier show, mi gente. Estamos hablando de la primera vez que se hace algo así en Centroamérica, utilizando mil drones coordinados para crear imágenes espectaculares. Se preparó desde junio pasado, juntando a un equipo de pesos pesados – tanto nacionales como de México – que le metieron hasta el fondo para lograr este resultado. Imagínate la coordinación, los cálculos, todo para que cada dron supiera exactamente dónde ir y qué hacer.
Y no fueron unas figuras cualquiera, ¿eh? Desde Santa Claus cabalgando en su trineo hasta un pesebre iluminado, pasando por un árbol de Navidad gigante y hasta un mapa de Costa Rica con el clásico “Pura Vida” escrito arriba. ¡Aplaudimos hasta cansarnos! De hecho, la gente estaba gritando de emoción mientras las figuras iban apareciendo. Parecía que habíamos regresado a la primaria viendo un circo, pero con tecnología de punta.
Lo interesante es cómo lo hicieron funcionar. Cada dron tiene dos luces LED potentes, suficientes para verse a kilómetros de distancia. Pero lo más impresionante es el control. Despegaban y aterrizaban en estaciones especiales, como si fueran aviones. Un equipo central desde una mesa gestionaba cada dron, usando GPS y posicionamiento global para que todo estuviera sincronizado al milímetro. ¡Una precisión brutal, mae!
José Alexis Jiménez, el gerente de mercadeo del BAC, nos explicó que este tipo de espectáculos es súper importante para ellos porque les permite conectar con las familias costarricenses. Según él, somos un país que celebra la Navidad de muchas maneras, ya sea rodeado de seres queridos o compartiendo momentos virtuales, pero siempre buscando cariño, amor y alegría. Es verdad, ¿quién no quiere sentirse abrazado durante diciembre?
Pero el asunto no se quedó ahí. Como parte de las festividades, también hubo el Mercadito de Ilusiones, una feria con más de 150 pequeñas empresas de todo el país. Desde Guanacaste hasta Limón, pasando por Puntarenas y la Zona Norte, artesanos y emprendedores mostraron sus productos. Textiles, joyería, cosméticos, comida... ¡de todo un poco! Una excelente oportunidad para apoyar a la economía local y encontrar esos regalos únicos que siempre andamos buscando.
Además, si te perdiste el espectáculo de drones, aún hay tiempo para disfrutar de la rumba en La Sabana. Hoy, a partir de las nueve de la mañana, sigue abierto el Mercadito de Ilusiones. Y si buscas algo más movido, no te pierdas los conciertos gratuitos de Vía Libre, Los Ajenos y Tapón en la tarde. ¡Duro, duro! Prometo que vale la pena echarle un vistazo, aunque sea para tomarte unas fotos dignas de Instagram.
En fin, mi gente, un espectáculo impresionante que demuestra que Costa Rica sabe combinar tradición, innovación y, por supuesto, mucha Pura Vida. Ahora me pregunto, ¿crees que este tipo de espectáculos deberían volverse una constante en nuestros espacios públicos, o prefieres seguir disfrutando de las tradicionales fiestas navideñas sin tanta tecnología?