¡Ay, Dios mío, qué maravilla! Aquí en Costa Rica siempre encontramos la forma de darle un giro creativo a las cosas, y esta vez la iniciativa es de quitarse el sombrero. Resulta que ahora, en lugar de ver anuncios aburridos pegados en los autobuses, vamos a encontrar libros esperando a ser leídos. Sí, así como lo escuchas, ¡libros viajando en buses!
La idea, que nació en Autotransportes Moravia (AMSA), busca romper con la rutina del viaje diario y fomentar la lectura entre todos nosotros. No sé ustedes, pero a veces me da paja ir a la biblioteca, pero si tengo un buen libro esperándome en el bus, ¡eso sí que cambia el panorama! Esto empezó como un pequeño experimento, pero vaya que prendió, y ahora es un programa serio que quiere conectar a la gente a través de las historias.
Imagínate esto: vas llegando medio chafao’ del trabajo, te sientas en el bus y ahí, justo frente a ti, hay un libro esperando a ser descubierto. Lo sacas, empiezas a leer y de repente olvidas todas las preocupaciones. Después, cuando terminas, lo dejas en otra parada para que alguien más disfrute la aventura. ¡Qué manera de convertir el tiempo muerto en algo productivo y entretenido! Desde mi punto de vista, esto es más que un simple proyecto de fomento de la lectura; es una forma de crear comunidad y compartir culturas.
Según Cynthia Arias, la gerente de operaciones de AMSA, este proyecto ha sido una bendición. Dice que comenzó como una pequeña prueba, pero resultó ser un éxito rotundo. Ahora tienen un espacio dedicado a promover la lectura y, encima, le dan a sus usuarios experiencias diferentes. ¡Eso sí es saber aprovechar las oportunidades, mae! Y no solamente eso, sino que también está aliándose con la Biblioteca Pública de Moravia Agapito Rosales Méndez, para llevar la biblioteca a donde la gente vive, sin tener que desplazarse hasta el edificio físico.
¿Y cómo funciona exactamente? Pues sencillo: pusieron a circular unos 500 libros, y cualquiera puede agarrárselo durante el trayecto, disfrutarlo cuando tenga la oportunidad y luego dejarlo en cualquier lugar accesible: en un bus, en un parque, en una sala de espera… ¡donde se les ocurra! La clave está en que el libro siga circulando, cambiando de manos y llevando historias a cada rincón del país. No necesito decirles que esto es bueno para la mente... especialmente en estos tiempos que necesitamos desconectar un poquito.
La colaboración con la biblioteca pública es fundamental. Permite que la biblioteca amplíe su alcance y llegue a personas que quizás no tienen acceso fácil a sus servicios. Piénsenlo, mucha gente trabaja hasta tarde o vive lejos de la biblioteca, pero si pueden encontrar un libro en el bus, ¡eso hace toda la diferencia! Este tipo de iniciativas demuestran que la lectura puede ser accesible para todos, sin importar dónde vivamos ni qué tan ocupados estemos.
Además, desde Diario Extra, vemos esto como un ejemplo de cómo podemos reinventar los espacios públicos y convertirlos en centros de cultura y aprendizaje. Un bus ya no es solo un medio de transporte, sino también una biblioteca móvil. Una oportunidad para descubrir nuevas historias, conocer otras perspectivas y enriquecer nuestras vidas. Es una muestra más de que, con creatividad e innovación, podemos hacer de Costa Rica un lugar aún más vibrante y lleno de posibilidades. Me parece una vara muy positiva, sinceramente. Algo que nos identifica como ticos creativos y amantes de la lectura.
Ahora bien, me pregunto, ¿creen que esta iniciativa podría implementarse en otros países? ¿Les gustaría ver 'Libros Viajeros' en sus propios medios de transporte? ¿Qué tipo de libros creen que deberían estar disponibles en los autobuses para atraer a la mayor cantidad posible de lectores?
La idea, que nació en Autotransportes Moravia (AMSA), busca romper con la rutina del viaje diario y fomentar la lectura entre todos nosotros. No sé ustedes, pero a veces me da paja ir a la biblioteca, pero si tengo un buen libro esperándome en el bus, ¡eso sí que cambia el panorama! Esto empezó como un pequeño experimento, pero vaya que prendió, y ahora es un programa serio que quiere conectar a la gente a través de las historias.
Imagínate esto: vas llegando medio chafao’ del trabajo, te sientas en el bus y ahí, justo frente a ti, hay un libro esperando a ser descubierto. Lo sacas, empiezas a leer y de repente olvidas todas las preocupaciones. Después, cuando terminas, lo dejas en otra parada para que alguien más disfrute la aventura. ¡Qué manera de convertir el tiempo muerto en algo productivo y entretenido! Desde mi punto de vista, esto es más que un simple proyecto de fomento de la lectura; es una forma de crear comunidad y compartir culturas.
Según Cynthia Arias, la gerente de operaciones de AMSA, este proyecto ha sido una bendición. Dice que comenzó como una pequeña prueba, pero resultó ser un éxito rotundo. Ahora tienen un espacio dedicado a promover la lectura y, encima, le dan a sus usuarios experiencias diferentes. ¡Eso sí es saber aprovechar las oportunidades, mae! Y no solamente eso, sino que también está aliándose con la Biblioteca Pública de Moravia Agapito Rosales Méndez, para llevar la biblioteca a donde la gente vive, sin tener que desplazarse hasta el edificio físico.
¿Y cómo funciona exactamente? Pues sencillo: pusieron a circular unos 500 libros, y cualquiera puede agarrárselo durante el trayecto, disfrutarlo cuando tenga la oportunidad y luego dejarlo en cualquier lugar accesible: en un bus, en un parque, en una sala de espera… ¡donde se les ocurra! La clave está en que el libro siga circulando, cambiando de manos y llevando historias a cada rincón del país. No necesito decirles que esto es bueno para la mente... especialmente en estos tiempos que necesitamos desconectar un poquito.
La colaboración con la biblioteca pública es fundamental. Permite que la biblioteca amplíe su alcance y llegue a personas que quizás no tienen acceso fácil a sus servicios. Piénsenlo, mucha gente trabaja hasta tarde o vive lejos de la biblioteca, pero si pueden encontrar un libro en el bus, ¡eso hace toda la diferencia! Este tipo de iniciativas demuestran que la lectura puede ser accesible para todos, sin importar dónde vivamos ni qué tan ocupados estemos.
Además, desde Diario Extra, vemos esto como un ejemplo de cómo podemos reinventar los espacios públicos y convertirlos en centros de cultura y aprendizaje. Un bus ya no es solo un medio de transporte, sino también una biblioteca móvil. Una oportunidad para descubrir nuevas historias, conocer otras perspectivas y enriquecer nuestras vidas. Es una muestra más de que, con creatividad e innovación, podemos hacer de Costa Rica un lugar aún más vibrante y lleno de posibilidades. Me parece una vara muy positiva, sinceramente. Algo que nos identifica como ticos creativos y amantes de la lectura.
Ahora bien, me pregunto, ¿creen que esta iniciativa podría implementarse en otros países? ¿Les gustaría ver 'Libros Viajeros' en sus propios medios de transporte? ¿Qué tipo de libros creen que deberían estar disponibles en los autobuses para atraer a la mayor cantidad posible de lectores?