¡Ay, Dios mío, qué tremenda torta! Resulta que unos maleantes intentaban evadir a la Fuerza Pública en Guanacaste, pero terminaron metiéndose en un brete que dejó a varios heridos y un cargamento sospechoso descubierto. La cosa salió rana el sábado pasado en La Cruz, y ahora todos estamos hablando de esto.
Según nos cuentan desde el Ministerio de Seguridad Pública, todo empezó cuando agentes de la Fuerza Pública de Liberia estaban realizando controles vehiculares rutinarios en la carretera interamericana norte. Al parecer, el chofer de un Mitsubishi, al ver la señal de alto, decidió pisarle a fondo y huir, embistiendo primero una patrulla y luego... ¡zas!, otro vehículo inocente. ¡Imagínate la bronca!
Elder Monge, el director regional de la Fuerza Pública de Guanacaste, nos explicó que el pobre tipo no tuvo contemplación alguna y, mientras escapaba a toda velocidad, causó que otro carro se saliera de la ruta y chocara contra un árbol. ¡Qué sal! Tres personas que iban dentro de ese vehículo sufrieron heridas de consideración, afortunadamente no revisten gravedad, dijeron los paramédicos en el lugar. Una verdadera lástima que le haya costado eso al vándalo.
Pero la historia no termina ahí, chunches. Después de chocar y seguir huyendo, los oficiales de Liberia lograron interceptar el Mitsubishi sospechoso en el distrito de Cañas Dulces. Se imaginan la escena… el carro detenido, rodeado de policías y con el motor todavía echando humo. Un espectáculo, diay.
Y ahora viene lo bueno (o lo malo, dependiendo cómo lo mires). Al registrar el vehículo, los agentes encontraron ¡una barbaridad! No eran unas pocas pastillas, no, señor. Hablamos de 9.226 unidades de diferentes tipos de medicamentos contrabandeados. ¡Un cargamento considerable! Pero eso no era todo, también descubrieron 200 kilos de queso transportado fuera de toda norma sanitaria. ¡Qué nivel de irresponsabilidad! Parece que este mae estaba buscando hacer plata a costa de la salud pública y de los reguladores.
Las autoridades ya han puesto al chofer bajo custodia y están investigando de dónde venían esos medicamentos y quiénes son los responsables de introducirlo al país. Por supuesto, el queso quedó decomisado, pues representa un riesgo para la salud de los consumidores. Esto demuestra, una vez más, que hay gente dispuesta a hacer cualquier cosa por lucrar, sin importarles las consecuencias.
Este caso, además, pone de manifiesto la importancia de mantener la vigilancia en nuestras carreteras y fronteras, para evitar que productos ilegales ingresen al país. La Fuerza Pública ha realizado un excelente trabajo en este caso, pero necesitamos redoblar esfuerzos para combatir este tipo de actividades ilícitas que perjudican a toda la sociedad. Parece que el tema del contrabando de medicamentos sigue siendo una vara muy seria que enfrentar, y requiere de la colaboración de todos los costarricenses.
Ahora me pregunto, chunches: ¿Cómo podemos, como sociedad, hacer más para prevenir el tráfico de medicamentos ilegales y otros productos peligrosos en nuestro país? ¿Se necesita más tecnología, más personal en la Fuerza Pública o simplemente más conciencia ciudadana?
Según nos cuentan desde el Ministerio de Seguridad Pública, todo empezó cuando agentes de la Fuerza Pública de Liberia estaban realizando controles vehiculares rutinarios en la carretera interamericana norte. Al parecer, el chofer de un Mitsubishi, al ver la señal de alto, decidió pisarle a fondo y huir, embistiendo primero una patrulla y luego... ¡zas!, otro vehículo inocente. ¡Imagínate la bronca!
Elder Monge, el director regional de la Fuerza Pública de Guanacaste, nos explicó que el pobre tipo no tuvo contemplación alguna y, mientras escapaba a toda velocidad, causó que otro carro se saliera de la ruta y chocara contra un árbol. ¡Qué sal! Tres personas que iban dentro de ese vehículo sufrieron heridas de consideración, afortunadamente no revisten gravedad, dijeron los paramédicos en el lugar. Una verdadera lástima que le haya costado eso al vándalo.
Pero la historia no termina ahí, chunches. Después de chocar y seguir huyendo, los oficiales de Liberia lograron interceptar el Mitsubishi sospechoso en el distrito de Cañas Dulces. Se imaginan la escena… el carro detenido, rodeado de policías y con el motor todavía echando humo. Un espectáculo, diay.
Y ahora viene lo bueno (o lo malo, dependiendo cómo lo mires). Al registrar el vehículo, los agentes encontraron ¡una barbaridad! No eran unas pocas pastillas, no, señor. Hablamos de 9.226 unidades de diferentes tipos de medicamentos contrabandeados. ¡Un cargamento considerable! Pero eso no era todo, también descubrieron 200 kilos de queso transportado fuera de toda norma sanitaria. ¡Qué nivel de irresponsabilidad! Parece que este mae estaba buscando hacer plata a costa de la salud pública y de los reguladores.
Las autoridades ya han puesto al chofer bajo custodia y están investigando de dónde venían esos medicamentos y quiénes son los responsables de introducirlo al país. Por supuesto, el queso quedó decomisado, pues representa un riesgo para la salud de los consumidores. Esto demuestra, una vez más, que hay gente dispuesta a hacer cualquier cosa por lucrar, sin importarles las consecuencias.
Este caso, además, pone de manifiesto la importancia de mantener la vigilancia en nuestras carreteras y fronteras, para evitar que productos ilegales ingresen al país. La Fuerza Pública ha realizado un excelente trabajo en este caso, pero necesitamos redoblar esfuerzos para combatir este tipo de actividades ilícitas que perjudican a toda la sociedad. Parece que el tema del contrabando de medicamentos sigue siendo una vara muy seria que enfrentar, y requiere de la colaboración de todos los costarricenses.
Ahora me pregunto, chunches: ¿Cómo podemos, como sociedad, hacer más para prevenir el tráfico de medicamentos ilegales y otros productos peligrosos en nuestro país? ¿Se necesita más tecnología, más personal en la Fuerza Pública o simplemente más conciencia ciudadana?
