¡Ay, Dios mío! Ya estamos otra vez con este rollo de las vacaciones. Parece que los diputados no quieren saber nada de darnos unos merecidos días de descanso. La Comisión de Asuntos Jurídicos le dio el tiro de gracia al proyecto que proponía aumentar las vacaciones anuales de dos a tres semanas. ¡Una torta! Literalmente, parece que el sueño de tener una semana más para desconectarnos se fue al traste.
Para refrescarle la memoria a algunos, el asunto viene de atrás. Hace casi un año, el mismo comité ya había dicho que no a la idea, una iniciativa que buscaba modificar el Código de Trabajo para que todos pudiéramos disfrutar de 22 días libres al año en lugar de los miserables 15 que tenemos ahora. El diputado Ariel Robles, siempre batallador, insistió y resucitó la propuesta, pensando quizás que la cosa iba a ir diferente. ¡Qué ilusión!
¿De qué se trataba? Simple: reformar el artículo 153 del Código de Trabajo para que diga explícitamente que toda persona trabajadora tiene derecho a tres semanas de vacaciones por cada 50 semanas laboradas. Suena sencillo, ¿verdad? Pero aparentemente, convencer a los diputados ha sido más difícil que subir el Cerro Pelado corriendo. Imagínate el impacto que tendría esto en el país... Más tiempo para familia, para viajes, para relajarse y no acabar como verduleros estresados.
Alfaro y Robles, los diputados frenteamplistas, defendieron la propuesta a capa y espada, argumentando que es un tema de salud pública. “No se recibieron razones significativas que nos permitan pensar que sea un proyecto negativo en ningún sentido para la producción del país,” declaró Alfaro, tratando de hacerles ver a los demás la luz. Parecía que estaban hablando solos, porque la decisión ya estaba tomada desde antes.
Robles, con su estilo directo y sin pelos en la lengua, fue aún más enfático: “Es positivo para la salud mental del país; todos hemos visto en muchas situaciones en la calle, las casas, cómo suben los indicadores de violencia, la intolerancia, cuánto gasta la seguridad social por enfermedades que se derivan del cansancio.” ¡Tiene razón! ¿Cuántos de nosotros vivimos al borde del colapso por el estrés del trabajo? Pero bueno, ahí quedó, en el archivo.
La diputada del PUSC, Daniela Rojas, fue la única que justificó su voto en contra (y vaya que lo hizo). Argumentó que, aunque no está recontra en contra de las tres semanas, este no es el momento adecuado, considerando las cargas sociales y otras complicaciones económicas que enfrenta el país. Entendemos sus preocupaciones, pero a veces se siente que prefieren quedarse con el status quo, sin querer arriesgarse a cambios que podrían beneficiar a la mayoría.
Y claro, el diputado Robles, fiel a su costumbre de no bajarse los brazos, prometió seguir luchando por esta causa. “Iremos por una tercera, una cuarta, las que sean”, advirtió, dejando claro que no piensa dejar que esto quede así. Un mae perseverante, ese Robles. Hay que reconocerlo. Quizás sí logre mover la aguja en algún momento y finalmente podamos disfrutar de unas vacaciones dignas. Ojalá, porque si no, ¡qué brete vivir así!
Ahora, con todo este panorama, me pregunto: ¿Crees que la presión popular es suficiente para obligar a la Asamblea Legislativa a reconsiderar esta medida y aprobar las tres semanas de vacaciones, o seguimos condenados a trabajar hasta morir? ¡Déjanos tus comentarios y opiniones en el foro!
Para refrescarle la memoria a algunos, el asunto viene de atrás. Hace casi un año, el mismo comité ya había dicho que no a la idea, una iniciativa que buscaba modificar el Código de Trabajo para que todos pudiéramos disfrutar de 22 días libres al año en lugar de los miserables 15 que tenemos ahora. El diputado Ariel Robles, siempre batallador, insistió y resucitó la propuesta, pensando quizás que la cosa iba a ir diferente. ¡Qué ilusión!
¿De qué se trataba? Simple: reformar el artículo 153 del Código de Trabajo para que diga explícitamente que toda persona trabajadora tiene derecho a tres semanas de vacaciones por cada 50 semanas laboradas. Suena sencillo, ¿verdad? Pero aparentemente, convencer a los diputados ha sido más difícil que subir el Cerro Pelado corriendo. Imagínate el impacto que tendría esto en el país... Más tiempo para familia, para viajes, para relajarse y no acabar como verduleros estresados.
Alfaro y Robles, los diputados frenteamplistas, defendieron la propuesta a capa y espada, argumentando que es un tema de salud pública. “No se recibieron razones significativas que nos permitan pensar que sea un proyecto negativo en ningún sentido para la producción del país,” declaró Alfaro, tratando de hacerles ver a los demás la luz. Parecía que estaban hablando solos, porque la decisión ya estaba tomada desde antes.
Robles, con su estilo directo y sin pelos en la lengua, fue aún más enfático: “Es positivo para la salud mental del país; todos hemos visto en muchas situaciones en la calle, las casas, cómo suben los indicadores de violencia, la intolerancia, cuánto gasta la seguridad social por enfermedades que se derivan del cansancio.” ¡Tiene razón! ¿Cuántos de nosotros vivimos al borde del colapso por el estrés del trabajo? Pero bueno, ahí quedó, en el archivo.
La diputada del PUSC, Daniela Rojas, fue la única que justificó su voto en contra (y vaya que lo hizo). Argumentó que, aunque no está recontra en contra de las tres semanas, este no es el momento adecuado, considerando las cargas sociales y otras complicaciones económicas que enfrenta el país. Entendemos sus preocupaciones, pero a veces se siente que prefieren quedarse con el status quo, sin querer arriesgarse a cambios que podrían beneficiar a la mayoría.
Y claro, el diputado Robles, fiel a su costumbre de no bajarse los brazos, prometió seguir luchando por esta causa. “Iremos por una tercera, una cuarta, las que sean”, advirtió, dejando claro que no piensa dejar que esto quede así. Un mae perseverante, ese Robles. Hay que reconocerlo. Quizás sí logre mover la aguja en algún momento y finalmente podamos disfrutar de unas vacaciones dignas. Ojalá, porque si no, ¡qué brete vivir así!
Ahora, con todo este panorama, me pregunto: ¿Crees que la presión popular es suficiente para obligar a la Asamblea Legislativa a reconsiderar esta medida y aprobar las tres semanas de vacaciones, o seguimos condenados a trabajar hasta morir? ¡Déjanos tus comentarios y opiniones en el foro!