¡Ay, mi pelo! La moda de la palabra 'woke' llegó hasta nuestras tierras, y vaya que ha levantado polvoraza. Lo escuchamos en las noticias internacionales, en los podcasts, hasta en las conversaciones del parque. Pero, ¿qué diablos significa esto y por qué tanto alboroto?
Según la definición original, sacada directamente del diccionario Oxford, 'woke' viene del inglés antiguo 'wake', que significa 'despertar'. Inicialmente, en la comunidad negra de Estados Unidos, se utilizaba para indicar que estabas concienciado sobre la injusticia racial. Imagínate, como decirle a alguien '¡Ey, abre los ojos, mae!', pero aplicado a temas sociales.
El concepto ganó fuerza con el movimiento Black Lives Matter, después de eso, pasó de ser una señal de alerta para cuestiones de raza a un término más amplio que abarca prácticamente cualquier causa social que te puedas imaginar. Ahora, ser 'woke' significa estar al día con los temas del momento, desde el cambio climático hasta los derechos LGBT+, pasando por la igualdad de género y hasta lo que opinas sobre los pronombres neutros. Suena bastante bacán, ¿no?
El problemón es que, como todo en la vida, este término se ha complicado bastante. Si para unos ser 'woke' es mostrar solidaridad y luchar por un mundo más justo, para otros es sinónimo de ser exagerado, pretencioso y querer imponer tus ideales a los demás. Hay quien dice que los 'wokes' andan siempre buscando qué ofensa encontrar, como si fueran detectives de la corrección política, ¡diay!
Aquí en Costa Rica hemos visto cómo este fenómeno se mete en todos lados. Desde campañas publicitarias que intentan conectar con lo 'socialmente responsable' (y terminan causando el efecto contrario), hasta discusiones acaloradas en redes sociales sobre si cierta broma es ofensiva o no. Parece que cada vez nos cuesta más estar de acuerdo en algo, ¿eh?
Muchos critican el uso de la 'cancelación', esa práctica de aislar social y profesionalmente a personas que han dicho o hecho algo considerado inaceptable. Dicen que es llevar la corrección política al extremo y que limita la libertad de expresión. Otros argumentan que es una herramienta necesaria para responsabilizar a aquellos que perpetúan desigualdades y prejuicios. Una verdadera maraña, ¡una torta hecha y deshacha!
Y no olvidemos que, como ocurre con tantos temas polarizadores, la política también juega un papel importante. En Estados Unidos, el término 'woke' se ha convertido en arma arrojadiza entre demócratas y republicanos. Los primeros lo defienden como un signo de progreso y sensibilidad social, mientras que los segundos lo denuncian como una amenaza a los 'valores tradicionales'. Hasta que algunos dicen que el nombre es pura estrategia para distraernos de los problemas reales, ¡ese sí que es un chunche bien pesado para digerir!
Con todo este panorama, me pregunto... ¿Creemos que la búsqueda de la justicia social debe tener límites, o es responsabilidad de todos seguir cuestionando y desafiando el status quo, aunque eso implique incomodar a algunos? ¡Dime tú, qué piensas al respecto, compa!
Según la definición original, sacada directamente del diccionario Oxford, 'woke' viene del inglés antiguo 'wake', que significa 'despertar'. Inicialmente, en la comunidad negra de Estados Unidos, se utilizaba para indicar que estabas concienciado sobre la injusticia racial. Imagínate, como decirle a alguien '¡Ey, abre los ojos, mae!', pero aplicado a temas sociales.
El concepto ganó fuerza con el movimiento Black Lives Matter, después de eso, pasó de ser una señal de alerta para cuestiones de raza a un término más amplio que abarca prácticamente cualquier causa social que te puedas imaginar. Ahora, ser 'woke' significa estar al día con los temas del momento, desde el cambio climático hasta los derechos LGBT+, pasando por la igualdad de género y hasta lo que opinas sobre los pronombres neutros. Suena bastante bacán, ¿no?
El problemón es que, como todo en la vida, este término se ha complicado bastante. Si para unos ser 'woke' es mostrar solidaridad y luchar por un mundo más justo, para otros es sinónimo de ser exagerado, pretencioso y querer imponer tus ideales a los demás. Hay quien dice que los 'wokes' andan siempre buscando qué ofensa encontrar, como si fueran detectives de la corrección política, ¡diay!
Aquí en Costa Rica hemos visto cómo este fenómeno se mete en todos lados. Desde campañas publicitarias que intentan conectar con lo 'socialmente responsable' (y terminan causando el efecto contrario), hasta discusiones acaloradas en redes sociales sobre si cierta broma es ofensiva o no. Parece que cada vez nos cuesta más estar de acuerdo en algo, ¿eh?
Muchos critican el uso de la 'cancelación', esa práctica de aislar social y profesionalmente a personas que han dicho o hecho algo considerado inaceptable. Dicen que es llevar la corrección política al extremo y que limita la libertad de expresión. Otros argumentan que es una herramienta necesaria para responsabilizar a aquellos que perpetúan desigualdades y prejuicios. Una verdadera maraña, ¡una torta hecha y deshacha!
Y no olvidemos que, como ocurre con tantos temas polarizadores, la política también juega un papel importante. En Estados Unidos, el término 'woke' se ha convertido en arma arrojadiza entre demócratas y republicanos. Los primeros lo defienden como un signo de progreso y sensibilidad social, mientras que los segundos lo denuncian como una amenaza a los 'valores tradicionales'. Hasta que algunos dicen que el nombre es pura estrategia para distraernos de los problemas reales, ¡ese sí que es un chunche bien pesado para digerir!
Con todo este panorama, me pregunto... ¿Creemos que la búsqueda de la justicia social debe tener límites, o es responsabilidad de todos seguir cuestionando y desafiando el status quo, aunque eso implique incomodar a algunos? ¡Dime tú, qué piensas al respecto, compa!
