¡Ay, Dios mío! Ya estamos pensando en las elecciones del 2026. Parece que el tiempo pasa volando, ¿verdad, maes? Pero bueno, mientras nos vamos echando unas risitas, la Lic. Bernal Monge Pacheco, consultor político, le soltó unas verdades que nos hacen pensar: necesitamos un candidato o candidata con 'carga' para enfrentar los problemas que tiene este país. No me hagan bolas, esto va en serio.
El caso es que la coyuntura actual, diay, está bien salada. Tenemos un sector público infladito, con más instituciones de las que necesitamos, y una burocracia que parece sacada de otra época. Agreguémosle la inseguridad ciudadana, el lavado de dinero, el narcotráfico… ¡una torta! Y ni hablar de la agricultura, que se fue al traste; abandonada, ¿quién la defiende?
Monge Pacheco, hablando claro, nos recordó que el próximo presidente o presidenta debe tener habilidades de comunicación y negociación a tope, agudeza política y, sobre todo, un buen criterio. Porque las decisiones que va a tomar no son cositas fáciles. Necesitamos alguien que pueda representar al país en foros internacionales con gallardía y que lidere el gobierno con firmeza, sin dejarse llevar por vanidades personales ni intereses particulares. ¡Eso sí es importante!
Según el consultor, no basta con tener títulos universitarios ni trayectoria en cargos públicos. Hay que analizar a fondo la vida de los aspirantes, ver si tienen coherencia entre lo que dicen y lo que hacen, si son honestos, transparentes y solidarios. Porque, ¿de qué sirve un presidente que promete el cielo y la tierra si luego se mete hasta el cuello en corrupciones? ¡Ni modo!
Además, el futuro mandatario o mandatra necesita rodearse de gente capaz, que sepan administrar eficientemente la hacienda pública y que estén comprometidos con el artículo 50 de la Constitución, que dice que el Estado debe procurar el mayor bienestar para todos los costarricenses. Vamos, que no pueden estar robándole al pueblo, ¿me entienden?
Una vara clave es la modernización del sector público, aprovechando la tecnología y la inteligencia artificial para hacer las cosas más eficientes. Imaginen, maes, trámites simplificados, servicios online rápidos y accesibles para todos. Eso sí sería un avance chivo.
Pero, sinceramente, lo que más preocupa a muchos de nosotros es la falta de liderazgo. Necesitamos líderes con visión de estadistas, más allá de políticos oportunistas que buscan el poder a toda costa. Gente que esté dispuesta a aceptar el reto de solucionar los problemas del país, con valentía y determinación. Como diría Lincoln, ¡el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo! Más que nunca, tenemos que buscar a alguien que encarne esos valores.
En fin, con tantas cosas que mejorar y tantos retos que enfrentar, ¿creen que realmente existe algún candidato o candidata que cumpla con todas estas características y esté preparado para asumir la presidencia en 2026? ¿O deberíamos resignarnos a conformarnos con lo que salga en el sorteo?
El caso es que la coyuntura actual, diay, está bien salada. Tenemos un sector público infladito, con más instituciones de las que necesitamos, y una burocracia que parece sacada de otra época. Agreguémosle la inseguridad ciudadana, el lavado de dinero, el narcotráfico… ¡una torta! Y ni hablar de la agricultura, que se fue al traste; abandonada, ¿quién la defiende?
Monge Pacheco, hablando claro, nos recordó que el próximo presidente o presidenta debe tener habilidades de comunicación y negociación a tope, agudeza política y, sobre todo, un buen criterio. Porque las decisiones que va a tomar no son cositas fáciles. Necesitamos alguien que pueda representar al país en foros internacionales con gallardía y que lidere el gobierno con firmeza, sin dejarse llevar por vanidades personales ni intereses particulares. ¡Eso sí es importante!
Según el consultor, no basta con tener títulos universitarios ni trayectoria en cargos públicos. Hay que analizar a fondo la vida de los aspirantes, ver si tienen coherencia entre lo que dicen y lo que hacen, si son honestos, transparentes y solidarios. Porque, ¿de qué sirve un presidente que promete el cielo y la tierra si luego se mete hasta el cuello en corrupciones? ¡Ni modo!
Además, el futuro mandatario o mandatra necesita rodearse de gente capaz, que sepan administrar eficientemente la hacienda pública y que estén comprometidos con el artículo 50 de la Constitución, que dice que el Estado debe procurar el mayor bienestar para todos los costarricenses. Vamos, que no pueden estar robándole al pueblo, ¿me entienden?
Una vara clave es la modernización del sector público, aprovechando la tecnología y la inteligencia artificial para hacer las cosas más eficientes. Imaginen, maes, trámites simplificados, servicios online rápidos y accesibles para todos. Eso sí sería un avance chivo.
Pero, sinceramente, lo que más preocupa a muchos de nosotros es la falta de liderazgo. Necesitamos líderes con visión de estadistas, más allá de políticos oportunistas que buscan el poder a toda costa. Gente que esté dispuesta a aceptar el reto de solucionar los problemas del país, con valentía y determinación. Como diría Lincoln, ¡el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo! Más que nunca, tenemos que buscar a alguien que encarne esos valores.
En fin, con tantas cosas que mejorar y tantos retos que enfrentar, ¿creen que realmente existe algún candidato o candidata que cumpla con todas estas características y esté preparado para asumir la presidencia en 2026? ¿O deberíamos resignarnos a conformarnos con lo que salga en el sorteo?
