¡Ay, Dios mío! Resulta que después de años de chinchorreo y promesas incumplidas, el Gobierno finalmente se puso las pilas y anunció que va a devolver los 62 mil millones que le debía a las universidades públicas por el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES). Pero ojo, mi gente, que la cosa no es tan sencilla como parece. Parece que vamos a estar pagando esta deuda poquito a poco, en ocho tractos anuales, empezando en el 2026. ¡Ocho años!, diay, pa' quitarme de encima una deuda así.
Para los que no andamos muy pechos gordos en temas de presupuesto universitario, el FEES es como una beca gigante que el Estado le da a las universidades públicas para que puedan funcionar bien y ofrecer educación de calidad. Desde tiempos de Colón, bueno, casi, este dinero ha sido crucial para mantener abiertas las puertas del conocimiento para todos los que queremos estudiar sin tener que pedir prestado hasta a las gallinas. Pero resulta que, por allá en 2020 y 2021, cuando todo estaba más loco que un toro en zapatería por la pandemia, el Gobierno se agarró la cabeza y dijo: “No podemos pagar todo el FEES ahora, nos vamos a caer”.
Según Rodrigo Arias Camacho, el mero mero rector de la UNED, el problema fue que el país estaba en crisis económica y el Gobierno necesitaba ahorrarse unos billetes. Así que acordaron posponer el pago de 35 mil millones de colones, pensando que en cuanto la economía se pusiera chiva, lo recuperarían. “Pensábamos que iba a ser rapidito, pa'l segundo semestre del 2020”, comentó Arias. Pero la vida nos jugó una mala pasada y la pandemia se prolongó, y la deuda se siguió acumulando, llegando a la friolera de 62 mil millones. ¡Una torta!
Ahora, después de muchas gestiones y negociaciones, incluyendo la creación de una comisión especial para ver cómo se hacía el desembolso, el Gobierno aceptó devolver la deuda en ocho tractos. ¡Ocho años! Como les decía, imagínate esperar ocho años para cobrar lo que te deben... Pero bueno, al menos es algo, ¿no creen?
La buena noticia es que el dinero se repartirá de forma equitativa entre todas las universidades públicas, incluyendo la UTN, que tendrá un pequeño ajuste técnico. Además, el destino de estos fondos estará exclusivamente enfocado a invertir en infraestructura y proyectos educativos. Eso sí, el rector Arias recalcó que este plan está amparado por la Constitución Política, entonces nadie puede intentar meterle las manos encima. “Es un derecho nuestro, está en la Constitución, ni modo que renuncemos a eso”, sentenció el académico.
Pero la cosa no termina ahí, mi pana. Aún queda pendiente el tema del FEES 2025. Parece que el Ministerio de Hacienda lo quiere condicionar a la aprobación de unos eurobonos, lo cual ha generado bastante polémica. Recordemos que, durante las negociaciones del presupuesto para el FEES de 2025, los rectores pidieron un aumento del 4,06%, mientras que el Gobierno solo ofrecía un mísero 1%. Finalmente, la Asamblea Legislativa tuvo que decidir y aprobó un aumento del 2%, equivalente a 11 mil millones de colones adicionales. ¡Un mochesuelo!”
Y hablando de mochesuelos, el ministro de Hacienda, Rudolf Lucke, justificó la medida diciendo que necesitan emitir deuda en los mercados internacionales para evitar un aumento en las tasas de interés. “Si no accedemos a la emisión de deuda, estaremos expuestos a un incremento inminente en las tasas de interés,” advirtió el funcionario. Parece que siempre hay alguna excusa para justificar los recortes y los aplazamientos. ¡Qué sal!
Así que, mi estimado lector, después de toda esta movida, me pregunto: ¿Cree usted que el Gobierno realmente cumplirá con el compromiso de devolver los 62 mil millones en ocho años, o será otra promesa que se irá al traste? ¿Será suficiente con este esfuerzo para mejorar la calidad de la educación superior en Costa Rica o necesitamos medidas más drásticas?
Para los que no andamos muy pechos gordos en temas de presupuesto universitario, el FEES es como una beca gigante que el Estado le da a las universidades públicas para que puedan funcionar bien y ofrecer educación de calidad. Desde tiempos de Colón, bueno, casi, este dinero ha sido crucial para mantener abiertas las puertas del conocimiento para todos los que queremos estudiar sin tener que pedir prestado hasta a las gallinas. Pero resulta que, por allá en 2020 y 2021, cuando todo estaba más loco que un toro en zapatería por la pandemia, el Gobierno se agarró la cabeza y dijo: “No podemos pagar todo el FEES ahora, nos vamos a caer”.
Según Rodrigo Arias Camacho, el mero mero rector de la UNED, el problema fue que el país estaba en crisis económica y el Gobierno necesitaba ahorrarse unos billetes. Así que acordaron posponer el pago de 35 mil millones de colones, pensando que en cuanto la economía se pusiera chiva, lo recuperarían. “Pensábamos que iba a ser rapidito, pa'l segundo semestre del 2020”, comentó Arias. Pero la vida nos jugó una mala pasada y la pandemia se prolongó, y la deuda se siguió acumulando, llegando a la friolera de 62 mil millones. ¡Una torta!
Ahora, después de muchas gestiones y negociaciones, incluyendo la creación de una comisión especial para ver cómo se hacía el desembolso, el Gobierno aceptó devolver la deuda en ocho tractos. ¡Ocho años! Como les decía, imagínate esperar ocho años para cobrar lo que te deben... Pero bueno, al menos es algo, ¿no creen?
La buena noticia es que el dinero se repartirá de forma equitativa entre todas las universidades públicas, incluyendo la UTN, que tendrá un pequeño ajuste técnico. Además, el destino de estos fondos estará exclusivamente enfocado a invertir en infraestructura y proyectos educativos. Eso sí, el rector Arias recalcó que este plan está amparado por la Constitución Política, entonces nadie puede intentar meterle las manos encima. “Es un derecho nuestro, está en la Constitución, ni modo que renuncemos a eso”, sentenció el académico.
Pero la cosa no termina ahí, mi pana. Aún queda pendiente el tema del FEES 2025. Parece que el Ministerio de Hacienda lo quiere condicionar a la aprobación de unos eurobonos, lo cual ha generado bastante polémica. Recordemos que, durante las negociaciones del presupuesto para el FEES de 2025, los rectores pidieron un aumento del 4,06%, mientras que el Gobierno solo ofrecía un mísero 1%. Finalmente, la Asamblea Legislativa tuvo que decidir y aprobó un aumento del 2%, equivalente a 11 mil millones de colones adicionales. ¡Un mochesuelo!”
Y hablando de mochesuelos, el ministro de Hacienda, Rudolf Lucke, justificó la medida diciendo que necesitan emitir deuda en los mercados internacionales para evitar un aumento en las tasas de interés. “Si no accedemos a la emisión de deuda, estaremos expuestos a un incremento inminente en las tasas de interés,” advirtió el funcionario. Parece que siempre hay alguna excusa para justificar los recortes y los aplazamientos. ¡Qué sal!
Así que, mi estimado lector, después de toda esta movida, me pregunto: ¿Cree usted que el Gobierno realmente cumplirá con el compromiso de devolver los 62 mil millones en ocho años, o será otra promesa que se irá al traste? ¿Será suficiente con este esfuerzo para mejorar la calidad de la educación superior en Costa Rica o necesitamos medidas más drásticas?