JorgeF
Forero Regular
Ahora si se le puso feo a los playos, esa alianza no es cualquier cosa, simplemente moviliza a la mayoría y como ésta también busca el poder del estado, para imponerse, los políticos no los van a ignorar, al final a ellos lo que les importa es obtener los beneficios del "servicio" público y les vale un pepino, si para lograrlo necesitan ir con los playos o los cristianos.
O como dijo el político francés Alexandre Auguste Ledru-Rollin hace más de 150 años:
"Allá va mi gente. Debo averiguar hacia donde van para poder liderarlos".
Siempre resulta tierno ver cómo esta nueva generación de jóvenes solipsistas descubren la realidad de la vida y se sorpenden de la misma. Sin duda el avance de la educación no ha hecho a la gente más capaz de razonar.
Pero esto va más allá de un "dejen vivir". Porque la realidad es, que ninguna sociedad puede vivir con la contraposición de dos ideas contrarias.
Y para los que dicen que legalizar el matrimonio homosexual no tiene ninguna repercusión para los que no quieren casarse de esta manera, les refiero a la experiencia de países como Canadá o Australia, donde se está legalizando. Esto ha llevado a grupos de izquierda a perseguir a religiosos y personas individuales por predicar u opinar que la homosexualidad no es una práctica conveniente.
Y está el caso de los pasteleros y otros que rehúsan dar servicios a bodas de parejas del mismo sexo y son acusadas en tribunales para obligarlas a hacerlo.
Todos esos temas son muy serios y deben ser debatidos y analizados en el Congreso, que es el foro que un pueblo que se auto gobierna debe utilizarlo. Jamás debe venir de la imposicón de una Corte activista como la CIDH, que ha perdido toda legitimidad en este fallo.
Otra cita, de Betrand Rusell, en cuanto a este tema:
"En la ausencia de cualquier estándar de la verdad que no sea el éxito, parece evidente que los métodos familiares de la lucha por la existencia deben ser aplicados a la elucidación de cuestiones difíciles, y que los acorazados y la metralleta Maxim deben ser los últimos árbitros de la verdad metafísica".
Es decir, si algunos creen que la mayoría del pueblo de Costa Rica va a simplemente aceptar el cambio de la definición de matrimonio porque una corte lo dice, están tristemente equivocados.