Y que pasaria con el Rector de una Universidad por ejemplo? Tienen gran prestigio, no tanto por ellos sino por el puesto que tienen, aun asi pueden decir todas las yeguadas que se les ocurra como hemos visto. Aqui lo que veo que a algunos solo les gusta la libertad de expresion cuando les conviene.
A algunos sí, yo por lo menos trato de ser cocherente en lo que digo, y cuando alguien me hace notar que no es así, si me siento a meditar sobre si tienen razón o no, y por qué.
Personalmente, encuentro y he encontrado repudiable desde hace tiempo, que se utilicen figuras públicas para hacer propaganda sin argumentos o para ejercer presión sobre la gente. Lo encuentro repudiable en la iglesia, lo encontré vomitivo cuando pusieron a los ignorantes de medforf y fonseca a dar su opinión "profesional" a favor del tlc, e incluso cuando trejos utilizó su investidura para oponerse al mismo tratado.
Y evitar la demagogia, y la compra de votos con regalos, es más fácil de lo que parece, lo que hace falta es voluntad. Vean el caso de Ulloa, cuanto tiempo pasó después de las elecciones para que se resolviera en contra o a favor de él? Hay que empezar por agilizar este tipo de procesos.
A los candidatos se les debería exigir en su plan y en su propaganda que aparte de decir que van a hacer, planteen por lo menos una estrategia seria y realista de como lo van a hacer, y para asegurarse que ningún partido prometa más de lo que va a cumplir, que terminado el período de gobierno, se evalúe que haya cumplido con al menos 70% de lo prometido en campaña, si no hay fuertes multas económicas para el partido (es una idea mía...)
Otra cosa que sería interesante sería obligar a los gobiernos a que sus planes sean acordes a lo prometido en campaña, que sus promesas sean vinculantes a sus acciones. Que bueno hubiera sido que arias por obligación legal (y no solo ética, ya vimos que la ética le falta a este señor) se hubiera visto obligado por sus propias promesas a negar los permisos en crucitas por ir en contra de su plan de paz con la naturaleza, o que por obligación hubiera tenido que cumplir dar el porcentaje que dijo en campaña a las universidades públicas.
La mentira, y el uso de la posición para influenciar el juicio de otra persona, no atentará contra la libertad de expresión de la persona que dice las cosas, pero si atenta contra la libertad de expresión de quienes por miedo, engaño o simple estupidez actúan acorde a lo que se les dice, y no en base a un criterio personal.