Ya hiciste todo lo que querías con ella. O sea: llegó el momento de liberarte de la rutina en la que te metió. Ahora, ¿sabés cómo hacerlo? Acá te doy una mano.
Si no te pasó, seguro te va a pasar. ¿Qué? Que una mina a la que visitas básicamente para relacionarte con sus genitales, de un día para el otro rompa los códigos, se enamore de vos y, de buenas a primeras, te llame repetidamente -a tu casa, al laburo.; te siga por la calle; se auto invite a las reuniones de escabio con tus amigos y algo mucho peor que todo eso: te cuente su vida, man. Pero no te engañes, no creas que sos un tipo genial, que la deslumbró con tu inteligencia, tu billetera o tus músculos y/o mondongo. A esa clase de minas les falta algo en sus neuronas: si no me creés dale un mecano a ver si te lo arma.
Lo jodido es sacárselas de encima; además suelen ser mujeres sensibles. O sea: no queremos que se escuden en el llanto ni que aumenten la frecuencia de las sesiones semanales con su psicóloga (lo peor que puede pasar es que sigamos estando en sus pensamientos) pero, sobre todo, hay que evitar dejarlas de manera abrupta: en vez de resignarse, suelen darse la cabeza contra la pared una y otra vez. Y vos serías el ladrillo favorito de la pared, por si no te quedó claro. Bueno, por eso acá te sugiero algunas excusas que –casi- nunca fallan para que te dejen de joder definitivamente. Leé.
ATAQUE MÍSTICO
Ojo: no es necesario decir cualquier verdura, como tampoco caer en lugares comunes. Ella tiene que creer que estás definitivamente demente. Lo mejor que podés decirle, café de por medio, es que después de ver un documental en NatGeo sobre la música budista, comprendiste que lo mejor que le puede pasar a tu vida es alcanzar el nirvana, como los monjes del Nepal a través –memorizá y expresále esto como si fueras Lito Cruz, no mejor, como a vos te salga- del “ACTO MISMO DE CONOCIMIENTO E ILUMINACIÓN DENOMINADO SATORI, BASTANTE PARECIDO AL ÉXTASIS M´STICO CRISTIANO, PERO SIN JESÚS”. Y que para lograr eso necesitás un tiempo de INTROSPECCIÓN que ni ella ni nadie puede interrumpir. Pero ése no es el chiste, el chiste pasa por explicarle eso todos los días de la manera menos esperada por ella: entonces la encarás a la salida de su laburo, cuando raja de la casa o en el medio de un shopping. Acordate, sos un místico y… ¡un fantasma! Uy, si lográs tirarle esto, la anulás para toda la vida. No aceptes preguntas, nunca. A la noche en TyC repiten un partido del nacional B. Miralo, necesitas aburrirte en paz
SOS DEMASIADO PERFECTA
Esta es buenísima, Pero hay que encontrar el momento exacto de jugar la carta, porque si no puede volverse en contra. La idea es mojar la galletita, post sexo, le masajees el ego hasta niveles inverosímiles. De repente, la sorprendes con un monólogo sobre ella, en el que debés destacarle todos sus atributos, físicos y como persona –aunque no fueran ciertos, se entiende- para que por un buen rato, no pueda ni pestañear por las cosas lindas que le decís. Y en el momento en que está a punto de emocionarse, le tirás: “Es que sos demasiado perfecta para mí. Yo jamás estaría a tu altura como persona. Lo siento, de verdad, pero prefiero cortar acá, por el bien… tuyo, no mío. Y es una decisión tomada”. Si llora mejor, porque al otro día se sentirá triste, pero aliviada; sola, pero acompañada por su ego, que vos bien hiciste en vestir de frac para que la acompañe mientras te tomás el primer buquebús a Colonia en busca de trolas.
NO AL PROYECTO DE FAMILIA
La cosa está pesada. Se la pasa filtrando frases acerca del futuro en común: irse a vivir juntos, hacer las compras en aquel super chino de la vuelta, meterse ambos en la misma prepaga. Se te complicó, man. Dejaste crecer esa semillita hasta convertirse en un arbolito con aspiraciones de ombú. Hay que cortar de una. Llegó el momento de decirle, en lo posible por mail (puede ser capaz de golpearte si te tiene enfrente), que, copiá, “la relación se convirtió en algo que no querías. Más allá del amor que nos tenemos, tu idea del futuro en común me supera en este momento de mi vida en el que no me imagino con un proyecto de familia, o lo que es peor, en común. Lo siento, de verdad”. Bueno, aunque sea de mentira, vos pone de verdad.
Eso te dará credibilidad. Y no hay nada peor para una mina que un hombre que sea sincero cuando ni en pedo quiera comprarle un kit de cremas antiarrugas o hacerle el bombo en primavera. Caso cerrado.
UN CAMBIO A 180°
Ideal para verseros, retóricos charlatanes. Introvertidos abstenerse. Porque esta tarea es para una persona cuyo lenguaje supere las dificultades de cualquier circunstancia. Ejemplo a seguir: durante un par de semanas hay que ir dejando pistas sobre tus cambios de gustos o puntos de vista. Así que cuando ella te regale un par de entradas para ver un dj en vivo, digamos Hernán Cattáneo, le decís. “Qué pena… ¿Sabés que ahora me cabe Las Pelotas? Vendelas en mercado libre…”. Durísima, pero efectiva. O: al primer “vamos al cine a ver la de Tarantino”, le contraponés: “Ni en pedo, me tiene harto lo que hace el cara de balcón ese. Por qué no vamos a ver… la nueva de Francella”.
Después de unas semanas en que no te cansaste de marcar diferencias, le decís: “En este tiempo me di cuenta que cambié de gustos y de manera de pensar; cambie 180°. Y donde apunto ahora, vos no estás ¿entendes?” no va a entender, sabelo. Pero va a dejar de romperte las pelotas.
DEPRESION
Ahora si, introvertidos, cortos de palabras, tímidos, acá tienen su excusa perfecta. De pronto caíste en un estado de abatimiento e infelicidad que, en tu caso, no sabés si es transitorio o permanente. Básicamente te sentís una mierda, menospreciado por todos –incluida ella-, debilitado afectivamente, desganado, triste… “es uno de los más importantes depredadores de la felicidad humana –le podés decir-. Ya fui a un psiquiatra y me recomendó unas pastillas. Además tengo que empezar un tratamiento terapéutico. Necesito salir de esto SOLO”. Seguro que te va a abrazar y decir un montón de idioteces que se acuerda de cuestión de peso. Dale un beso seco, salí por la puerta en cámara lenta. Cuando llegues a la calle, corré.
SEGUI SIN MI
Poesía pura. Una manera poco digna de abandonarla porque se considera un golpe bajo. Sin embargo, su efecto es inmediato. ¿Qué tenés que hacer? Simple. Uno de esos días que la vez feliz, sonriente, juguetona con vos, le ponés una mueca cosa que ella tenga que preguntarte qué te pasa. Acto seguido, le tirás: “estuve pensando…”. ¡Qué!”…Que…que te veo tan bien que no quiero lastimarte, prefiero que sigas tu vida sin mí. No quiero joderte. De verdad”. Primero intentará convencerte de lo contrario, pero después le va a caer la ficha: ¿y si este tipo es un jodido de mierda al que le gusta cagarle la vida a la gente? ¿Quiero arruinarme la vida, acaso? Si piensa esto, ganaste.
INCOMPATIBILIDAD SEXUAL
Es EL tema. Venían muy bien, pero ella no se conforma con la cama y va por más: convivencia y blablabla. Hay que cortar por lo sano; decirle que en realidad nunca gozaste con ella, que vos tenés otro ideal sexual que ella nunca te lo va a poder dar: sadomasoquismo, penetración anal o cualquier cosa que se te ocurra o que hayas visto en la web. Te va a odiar, man. ¡¡Genial!!
SOY GAY
El ancho de espadas. La bomba neutrónica. El mejor francotirador del cs: una vez que la bala sale del arma, en este caso tu boca, le provocará la muerte inmediata.
No gesticules como Daniel Gómez Rinaldi, no es necesario. Con que le digas que te gusta más Iván de Pineda que Pampita; que te excita ver a dos hombres masturbándose que a ella cuando acaba, (todo gesto maraca que hagas está de más). Ahora si podes decir: GAME OVER, nena
Si no te pasó, seguro te va a pasar. ¿Qué? Que una mina a la que visitas básicamente para relacionarte con sus genitales, de un día para el otro rompa los códigos, se enamore de vos y, de buenas a primeras, te llame repetidamente -a tu casa, al laburo.; te siga por la calle; se auto invite a las reuniones de escabio con tus amigos y algo mucho peor que todo eso: te cuente su vida, man. Pero no te engañes, no creas que sos un tipo genial, que la deslumbró con tu inteligencia, tu billetera o tus músculos y/o mondongo. A esa clase de minas les falta algo en sus neuronas: si no me creés dale un mecano a ver si te lo arma.
Lo jodido es sacárselas de encima; además suelen ser mujeres sensibles. O sea: no queremos que se escuden en el llanto ni que aumenten la frecuencia de las sesiones semanales con su psicóloga (lo peor que puede pasar es que sigamos estando en sus pensamientos) pero, sobre todo, hay que evitar dejarlas de manera abrupta: en vez de resignarse, suelen darse la cabeza contra la pared una y otra vez. Y vos serías el ladrillo favorito de la pared, por si no te quedó claro. Bueno, por eso acá te sugiero algunas excusas que –casi- nunca fallan para que te dejen de joder definitivamente. Leé.
ATAQUE MÍSTICO
Ojo: no es necesario decir cualquier verdura, como tampoco caer en lugares comunes. Ella tiene que creer que estás definitivamente demente. Lo mejor que podés decirle, café de por medio, es que después de ver un documental en NatGeo sobre la música budista, comprendiste que lo mejor que le puede pasar a tu vida es alcanzar el nirvana, como los monjes del Nepal a través –memorizá y expresále esto como si fueras Lito Cruz, no mejor, como a vos te salga- del “ACTO MISMO DE CONOCIMIENTO E ILUMINACIÓN DENOMINADO SATORI, BASTANTE PARECIDO AL ÉXTASIS M´STICO CRISTIANO, PERO SIN JESÚS”. Y que para lograr eso necesitás un tiempo de INTROSPECCIÓN que ni ella ni nadie puede interrumpir. Pero ése no es el chiste, el chiste pasa por explicarle eso todos los días de la manera menos esperada por ella: entonces la encarás a la salida de su laburo, cuando raja de la casa o en el medio de un shopping. Acordate, sos un místico y… ¡un fantasma! Uy, si lográs tirarle esto, la anulás para toda la vida. No aceptes preguntas, nunca. A la noche en TyC repiten un partido del nacional B. Miralo, necesitas aburrirte en paz
SOS DEMASIADO PERFECTA
Esta es buenísima, Pero hay que encontrar el momento exacto de jugar la carta, porque si no puede volverse en contra. La idea es mojar la galletita, post sexo, le masajees el ego hasta niveles inverosímiles. De repente, la sorprendes con un monólogo sobre ella, en el que debés destacarle todos sus atributos, físicos y como persona –aunque no fueran ciertos, se entiende- para que por un buen rato, no pueda ni pestañear por las cosas lindas que le decís. Y en el momento en que está a punto de emocionarse, le tirás: “Es que sos demasiado perfecta para mí. Yo jamás estaría a tu altura como persona. Lo siento, de verdad, pero prefiero cortar acá, por el bien… tuyo, no mío. Y es una decisión tomada”. Si llora mejor, porque al otro día se sentirá triste, pero aliviada; sola, pero acompañada por su ego, que vos bien hiciste en vestir de frac para que la acompañe mientras te tomás el primer buquebús a Colonia en busca de trolas.
NO AL PROYECTO DE FAMILIA
La cosa está pesada. Se la pasa filtrando frases acerca del futuro en común: irse a vivir juntos, hacer las compras en aquel super chino de la vuelta, meterse ambos en la misma prepaga. Se te complicó, man. Dejaste crecer esa semillita hasta convertirse en un arbolito con aspiraciones de ombú. Hay que cortar de una. Llegó el momento de decirle, en lo posible por mail (puede ser capaz de golpearte si te tiene enfrente), que, copiá, “la relación se convirtió en algo que no querías. Más allá del amor que nos tenemos, tu idea del futuro en común me supera en este momento de mi vida en el que no me imagino con un proyecto de familia, o lo que es peor, en común. Lo siento, de verdad”. Bueno, aunque sea de mentira, vos pone de verdad.
Eso te dará credibilidad. Y no hay nada peor para una mina que un hombre que sea sincero cuando ni en pedo quiera comprarle un kit de cremas antiarrugas o hacerle el bombo en primavera. Caso cerrado.
UN CAMBIO A 180°
Ideal para verseros, retóricos charlatanes. Introvertidos abstenerse. Porque esta tarea es para una persona cuyo lenguaje supere las dificultades de cualquier circunstancia. Ejemplo a seguir: durante un par de semanas hay que ir dejando pistas sobre tus cambios de gustos o puntos de vista. Así que cuando ella te regale un par de entradas para ver un dj en vivo, digamos Hernán Cattáneo, le decís. “Qué pena… ¿Sabés que ahora me cabe Las Pelotas? Vendelas en mercado libre…”. Durísima, pero efectiva. O: al primer “vamos al cine a ver la de Tarantino”, le contraponés: “Ni en pedo, me tiene harto lo que hace el cara de balcón ese. Por qué no vamos a ver… la nueva de Francella”.
Después de unas semanas en que no te cansaste de marcar diferencias, le decís: “En este tiempo me di cuenta que cambié de gustos y de manera de pensar; cambie 180°. Y donde apunto ahora, vos no estás ¿entendes?” no va a entender, sabelo. Pero va a dejar de romperte las pelotas.
DEPRESION
Ahora si, introvertidos, cortos de palabras, tímidos, acá tienen su excusa perfecta. De pronto caíste en un estado de abatimiento e infelicidad que, en tu caso, no sabés si es transitorio o permanente. Básicamente te sentís una mierda, menospreciado por todos –incluida ella-, debilitado afectivamente, desganado, triste… “es uno de los más importantes depredadores de la felicidad humana –le podés decir-. Ya fui a un psiquiatra y me recomendó unas pastillas. Además tengo que empezar un tratamiento terapéutico. Necesito salir de esto SOLO”. Seguro que te va a abrazar y decir un montón de idioteces que se acuerda de cuestión de peso. Dale un beso seco, salí por la puerta en cámara lenta. Cuando llegues a la calle, corré.
SEGUI SIN MI
Poesía pura. Una manera poco digna de abandonarla porque se considera un golpe bajo. Sin embargo, su efecto es inmediato. ¿Qué tenés que hacer? Simple. Uno de esos días que la vez feliz, sonriente, juguetona con vos, le ponés una mueca cosa que ella tenga que preguntarte qué te pasa. Acto seguido, le tirás: “estuve pensando…”. ¡Qué!”…Que…que te veo tan bien que no quiero lastimarte, prefiero que sigas tu vida sin mí. No quiero joderte. De verdad”. Primero intentará convencerte de lo contrario, pero después le va a caer la ficha: ¿y si este tipo es un jodido de mierda al que le gusta cagarle la vida a la gente? ¿Quiero arruinarme la vida, acaso? Si piensa esto, ganaste.
INCOMPATIBILIDAD SEXUAL
Es EL tema. Venían muy bien, pero ella no se conforma con la cama y va por más: convivencia y blablabla. Hay que cortar por lo sano; decirle que en realidad nunca gozaste con ella, que vos tenés otro ideal sexual que ella nunca te lo va a poder dar: sadomasoquismo, penetración anal o cualquier cosa que se te ocurra o que hayas visto en la web. Te va a odiar, man. ¡¡Genial!!
SOY GAY
El ancho de espadas. La bomba neutrónica. El mejor francotirador del cs: una vez que la bala sale del arma, en este caso tu boca, le provocará la muerte inmediata.
No gesticules como Daniel Gómez Rinaldi, no es necesario. Con que le digas que te gusta más Iván de Pineda que Pampita; que te excita ver a dos hombres masturbándose que a ella cuando acaba, (todo gesto maraca que hagas está de más). Ahora si podes decir: GAME OVER, nena