¡Ay, Dios mío! Esto sí que fue un buen chaparrón, ¿eh? La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) tuvo que activar manitos porque este lunes nos cayó un balde de agua helada y eso dejó a varios rincones del país como islas, especialmente San Ramón, en Alajuela. Parece que el cielo se le vino encima a unos cuantos, ¡qué despiche!
Según la CNE, contabilizamos hasta 79 incidentes por inundaciones desde este lunes. Pero el que lleva la palma, sin duda alguna, es San Ramón. El pobre sistema de drenaje no aguantó ni un poquito y una quebradita decidió hacerse grande y desbordarse, provocando escenas dignas de película en el centro de la ciudad, Alfaro, Piedades Sur, Santiago... ¡casi todos los sectores sufrieron! Imagínate, carros a medio camino, negocios cerrados y casas con agua hasta las rodillas.
Alejandro Picado, el jefe de la CNE, nos explicó que la cosa anduvo bastante movida entre ayer y hoy, con esa combinación de lluvia intensa y río que no cesaba. Las rutas también recibieron su golpe. La 745 cerca del puente Barranca, la 705 rumbo a Piedades Norte, la 702 hacia Bajo Los Rodríguez e incluso la famosa Ruta 1 en el sector de Santiago, todas quedaron parcialmente cerradas. Las autoridades ahí echándole ganas limpiando, pero vaya brete que tienen.
Lo que más preocupa es que esto no parece tener fin. Estamos en alerta amarilla por los aguaceros, y según dicen, octubre siempre ha sido el mes de los mayores problemas. Es como si la naturaleza estuviera mostrando sus dientes, demostrando quién manda. Y hablando claro, nos toca prepararnos porque aún queda tela que cortar, mánguez. Si hubieran visto el parque central de San Ramón… ¡parecía un río revuelto!
Y no es solo San Ramón, ¿eh? Aunque ellos llevaron el peor parte, otras zonas también sintieron el azote de la lluvia torrencial. Desde el pacífico hasta la zona norte, muchos maes tuvieron que buscar refugio temporal. Afortunadamente, hasta ahora no hay que lamentar víctimas humanas, pero la preocupación sí está presente. La gente anda nerviosa, preguntándose cuándo va a parar este aguacero y cómo van a recuperar lo perdido.
Muchos se preguntan qué tan preparados estamos para estos eventos climáticos extremos. ¿Será que nuestras infraestructuras no aguantan la presión? ¿Estamos invirtiendo lo suficiente en sistemas de drenaje y mitigación de riesgos? Hay que analizar bien las causas detrás de todo esto, porque no podemos seguir improvisando cada vez que llueve. Este año, los monzones han sido más intensos que nunca y el impacto económico para los agricultores, que ya andaban apremiados, se siente en carne viva.
Algunos expertos advierten que este fenómeno podría estar relacionado con el cambio climático. Dicen que los patrones de lluvia están cambiando y que debemos adaptarnos a una realidad diferente. Sea cual sea la razón, lo cierto es que necesitamos tomar medidas urgentes para proteger a nuestra población y nuestros recursos naturales. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el agua se lleva todo.
En fin, esta situación nos obliga a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y sobre la importancia de invertir en soluciones sostenibles. ¿Ustedes creen que el gobierno debería priorizar la inversión en infraestructura resiliente ante el cambio climático, o que la responsabilidad recae principalmente en la comunidad para cuidarla y protegerla?
Según la CNE, contabilizamos hasta 79 incidentes por inundaciones desde este lunes. Pero el que lleva la palma, sin duda alguna, es San Ramón. El pobre sistema de drenaje no aguantó ni un poquito y una quebradita decidió hacerse grande y desbordarse, provocando escenas dignas de película en el centro de la ciudad, Alfaro, Piedades Sur, Santiago... ¡casi todos los sectores sufrieron! Imagínate, carros a medio camino, negocios cerrados y casas con agua hasta las rodillas.
Alejandro Picado, el jefe de la CNE, nos explicó que la cosa anduvo bastante movida entre ayer y hoy, con esa combinación de lluvia intensa y río que no cesaba. Las rutas también recibieron su golpe. La 745 cerca del puente Barranca, la 705 rumbo a Piedades Norte, la 702 hacia Bajo Los Rodríguez e incluso la famosa Ruta 1 en el sector de Santiago, todas quedaron parcialmente cerradas. Las autoridades ahí echándole ganas limpiando, pero vaya brete que tienen.
Lo que más preocupa es que esto no parece tener fin. Estamos en alerta amarilla por los aguaceros, y según dicen, octubre siempre ha sido el mes de los mayores problemas. Es como si la naturaleza estuviera mostrando sus dientes, demostrando quién manda. Y hablando claro, nos toca prepararnos porque aún queda tela que cortar, mánguez. Si hubieran visto el parque central de San Ramón… ¡parecía un río revuelto!
Y no es solo San Ramón, ¿eh? Aunque ellos llevaron el peor parte, otras zonas también sintieron el azote de la lluvia torrencial. Desde el pacífico hasta la zona norte, muchos maes tuvieron que buscar refugio temporal. Afortunadamente, hasta ahora no hay que lamentar víctimas humanas, pero la preocupación sí está presente. La gente anda nerviosa, preguntándose cuándo va a parar este aguacero y cómo van a recuperar lo perdido.
Muchos se preguntan qué tan preparados estamos para estos eventos climáticos extremos. ¿Será que nuestras infraestructuras no aguantan la presión? ¿Estamos invirtiendo lo suficiente en sistemas de drenaje y mitigación de riesgos? Hay que analizar bien las causas detrás de todo esto, porque no podemos seguir improvisando cada vez que llueve. Este año, los monzones han sido más intensos que nunca y el impacto económico para los agricultores, que ya andaban apremiados, se siente en carne viva.
Algunos expertos advierten que este fenómeno podría estar relacionado con el cambio climático. Dicen que los patrones de lluvia están cambiando y que debemos adaptarnos a una realidad diferente. Sea cual sea la razón, lo cierto es que necesitamos tomar medidas urgentes para proteger a nuestra población y nuestros recursos naturales. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el agua se lleva todo.
En fin, esta situación nos obliga a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y sobre la importancia de invertir en soluciones sostenibles. ¿Ustedes creen que el gobierno debería priorizar la inversión en infraestructura resiliente ante el cambio climático, o que la responsabilidad recae principalmente en la comunidad para cuidarla y protegerla?