¡Ay, Dios mío! Esto sí que se puso feo. La CNE tuvo que salir corriendo a lidiar con casi 150 eventos de inundación en Puntarenas tras esos aguaceros del jueves. Parece que el cielo se nos vino abajo, mae. La pura verdura.
Desde tempranas horas de la tarde, varios sectores de la provincia sureña amanecieron bajo agua. Fray Casiano, El Progreso, El Roble... todo un desastre. Pero no solo ahí, porque hasta el Pacífico Central y Norte sintieron el chaparrón a full. Un panorama bien cargado, la verdad. La gente así, preocupadísima por sus pertenencias y la seguridad de sus familias.
Según Sigifredo Pérez, el jefe de operaciones de la CNE, la situación era tan seria que tuvieron que habilitar la Escuela de Riojalandia como albergue. Imagínate, casi 250 personas tuvieron que dejar sus hogares buscando refugio. Eso sí da tristeza, ver cómo la gente pierde todo así, de repente. Una verdadera calamidad.
Y ni hablar de Santa Cruz de Guanacaste, donde el río Paraíso decidió desbordarse con ganas. Ahí, otras 14 personas no pudieron regresar a sus casas. El brete de tener que vivir así, sin poder volver a lo tuyo, no tiene comparación. La gente anda hecha polvo, buscando dónde meter la cabeza.
Las autoridades no anduvieron dormidas, claro. Se dedicaron a limpiar canales, quitar toda la basura que estaba obstruyendo el paso del agua. ¡Un esfuerzo tremendo!, pero parece que no alcanzó con eso para controlar la magnitud de la situación. Qué torta, que siempre terminamos pagando por la falta de planificación.
La Alerta Amarilla sigue prendida en todo el país, y es importante que todos estemos pendientes. Los ríos y quebradas van crecidos, y hay que extremar las precauciones. Que nadie se confíe, porque la naturaleza puede sorprender en cualquier momento. Este clima así, impredecible, nos tiene a todos con el corazón en la boca.
Muchos se preguntan qué pasó realmente. ¿Fue el cambio climático? ¿Una falla en la infraestructura? Sea cual sea la razón, esto nos obliga a reflexionar sobre cómo estamos cuidando nuestro planeta y nuestras comunidades. Hay que ponerle pausa a este descuido, porque las consecuencias ya las estamos viendo en carne propia. Además, la falta de mantenimiento de los sistemas de drenaje tampoco ayuda, ¡qué sal!
En fin, vamos a seguir monitoreando la situación, esperando que pronto vuelva la calma. Pero dime, ¿crees tú que el gobierno debería invertir más en prevención de riesgos y mejorar la infraestructura hidrológica para evitar estas tragedias recurrentes? Dale, comparte tu opinión en el foro, ¡queremos saber qué piensas tú!
Desde tempranas horas de la tarde, varios sectores de la provincia sureña amanecieron bajo agua. Fray Casiano, El Progreso, El Roble... todo un desastre. Pero no solo ahí, porque hasta el Pacífico Central y Norte sintieron el chaparrón a full. Un panorama bien cargado, la verdad. La gente así, preocupadísima por sus pertenencias y la seguridad de sus familias.
Según Sigifredo Pérez, el jefe de operaciones de la CNE, la situación era tan seria que tuvieron que habilitar la Escuela de Riojalandia como albergue. Imagínate, casi 250 personas tuvieron que dejar sus hogares buscando refugio. Eso sí da tristeza, ver cómo la gente pierde todo así, de repente. Una verdadera calamidad.
Y ni hablar de Santa Cruz de Guanacaste, donde el río Paraíso decidió desbordarse con ganas. Ahí, otras 14 personas no pudieron regresar a sus casas. El brete de tener que vivir así, sin poder volver a lo tuyo, no tiene comparación. La gente anda hecha polvo, buscando dónde meter la cabeza.
Las autoridades no anduvieron dormidas, claro. Se dedicaron a limpiar canales, quitar toda la basura que estaba obstruyendo el paso del agua. ¡Un esfuerzo tremendo!, pero parece que no alcanzó con eso para controlar la magnitud de la situación. Qué torta, que siempre terminamos pagando por la falta de planificación.
La Alerta Amarilla sigue prendida en todo el país, y es importante que todos estemos pendientes. Los ríos y quebradas van crecidos, y hay que extremar las precauciones. Que nadie se confíe, porque la naturaleza puede sorprender en cualquier momento. Este clima así, impredecible, nos tiene a todos con el corazón en la boca.
Muchos se preguntan qué pasó realmente. ¿Fue el cambio climático? ¿Una falla en la infraestructura? Sea cual sea la razón, esto nos obliga a reflexionar sobre cómo estamos cuidando nuestro planeta y nuestras comunidades. Hay que ponerle pausa a este descuido, porque las consecuencias ya las estamos viendo en carne propia. Además, la falta de mantenimiento de los sistemas de drenaje tampoco ayuda, ¡qué sal!
En fin, vamos a seguir monitoreando la situación, esperando que pronto vuelva la calma. Pero dime, ¿crees tú que el gobierno debería invertir más en prevención de riesgos y mejorar la infraestructura hidrológica para evitar estas tragedias recurrentes? Dale, comparte tu opinión en el foro, ¡queremos saber qué piensas tú!
