¿Se imaginan esto, compañeros? Resulta que un tipo gringo, Avi Loeb, que trabaja en Harvard – pa' que sepan que no es cualquier fulano–, anda diciendo que el cometa 3I/ATLAS, ese que andaba dando vueltas por ahí, quizás no sea un simple trozo de hielo y roca. No, señores, Loeb piensa que podría ser una nave espacial de extraterrestres. ¡Una nave, diay!
Este señor Loeb es famoso por poner en tela de juicio lo que dicen los científicos más tradicionales, siempre buscando cosas raras. Él dirige el Proyecto Galileo, que precisamente busca señales de vida extraterrestre. Entonces, ya se imaginarán que cuando él empieza a hablar, vale la pena prestarle atención, aunque luego nos hagamos unas risas.
Según Loeb, el tamaño y la composición del 3I/ATLAS no tienen sentido si fuera un cometa normal. Dice que pesa como 50 mil millones de toneladas, ¡medio ambiente! Para que se hagan una idea, ‘Oumuamua, otro objetito que pasó por acá hace unos años, pesaba muchísimo menos. Esto es como comparar una canoa con un buque portacontenedores, pura diferencia.
Y eso no es todo. Loeb analiza los chorros de gas que sale del cometa, esos que los astrónomos explican porque el sol calienta el hielo y libera vapor. Pero él cree que esos chorros podrían ser… ¡propulsores! Como los cohetes, pero hechos por aliens, claro. Imaginen la tecnología que tendrían que tener para hacer algo así. Nos dejarían boquiabiertos, chunches.
Nos cuenta que los cohetes normales funcionan a unas velocidades relativamente bajas, digamos, unos pocos kilómetros por segundo. Pero una civilización más avanzada podría tener propulsores mucho más potentes, capaces de alcanzar velocidades siderales. Claramente, Loeb está pensando en escenarios dignos de Star Trek, y no podemos culparlo; es un científico visionario, aunque algunos lo consideren un poquito loco.
El astrofísico llama a esto un “cisne negro”. ¿Pa’ qué les cuento? Significa que es algo raro, inesperado, que puede cambiar toda nuestra forma de ver el universo. Si resulta que este cometa es una nave alienígena, bueno, tendremos que replantearnos todo lo que creíamos saber sobre el cosmos, los mae. Será un cambio radical, como cuando Colón descubrió América, pero multiplicado por mil.
Ahora bien, no se me van a ir corriendo a esconder debajo de la cama, todavía. Los científicos de todo el mundo siguen vigilando al 3I/ATLAS, pero aún no hay pruebas definitivas de que sea una nave. Algunos dicen que Loeb está exagerando, que está buscando sensacionalismo. Otros creen que vale la pena investigar más a fondo, porque la ciencia debe estar abierta a todas las posibilidades, aunque parezcan disparatadas.
Pero díganme, compañeros del Foro: ¿ustedes creen que Loeb podría tener razón? ¿Será posible que estemos siendo visitados por seres de otros mundos? ¿O es solo otra teoría conspirativa que nos quitan las ganas de dormir? ¡Déjenme sus opiniones, quiero leerlas!
Este señor Loeb es famoso por poner en tela de juicio lo que dicen los científicos más tradicionales, siempre buscando cosas raras. Él dirige el Proyecto Galileo, que precisamente busca señales de vida extraterrestre. Entonces, ya se imaginarán que cuando él empieza a hablar, vale la pena prestarle atención, aunque luego nos hagamos unas risas.
Según Loeb, el tamaño y la composición del 3I/ATLAS no tienen sentido si fuera un cometa normal. Dice que pesa como 50 mil millones de toneladas, ¡medio ambiente! Para que se hagan una idea, ‘Oumuamua, otro objetito que pasó por acá hace unos años, pesaba muchísimo menos. Esto es como comparar una canoa con un buque portacontenedores, pura diferencia.
Y eso no es todo. Loeb analiza los chorros de gas que sale del cometa, esos que los astrónomos explican porque el sol calienta el hielo y libera vapor. Pero él cree que esos chorros podrían ser… ¡propulsores! Como los cohetes, pero hechos por aliens, claro. Imaginen la tecnología que tendrían que tener para hacer algo así. Nos dejarían boquiabiertos, chunches.
Nos cuenta que los cohetes normales funcionan a unas velocidades relativamente bajas, digamos, unos pocos kilómetros por segundo. Pero una civilización más avanzada podría tener propulsores mucho más potentes, capaces de alcanzar velocidades siderales. Claramente, Loeb está pensando en escenarios dignos de Star Trek, y no podemos culparlo; es un científico visionario, aunque algunos lo consideren un poquito loco.
El astrofísico llama a esto un “cisne negro”. ¿Pa’ qué les cuento? Significa que es algo raro, inesperado, que puede cambiar toda nuestra forma de ver el universo. Si resulta que este cometa es una nave alienígena, bueno, tendremos que replantearnos todo lo que creíamos saber sobre el cosmos, los mae. Será un cambio radical, como cuando Colón descubrió América, pero multiplicado por mil.
Ahora bien, no se me van a ir corriendo a esconder debajo de la cama, todavía. Los científicos de todo el mundo siguen vigilando al 3I/ATLAS, pero aún no hay pruebas definitivas de que sea una nave. Algunos dicen que Loeb está exagerando, que está buscando sensacionalismo. Otros creen que vale la pena investigar más a fondo, porque la ciencia debe estar abierta a todas las posibilidades, aunque parezcan disparatadas.
Pero díganme, compañeros del Foro: ¿ustedes creen que Loeb podría tener razón? ¿Será posible que estemos siendo visitados por seres de otros mundos? ¿O es solo otra teoría conspirativa que nos quitan las ganas de dormir? ¡Déjenme sus opiniones, quiero leerlas!