¡Ay, Dios mío! Ya estamos casi en la meta, mi gente. Parece que fue ayer cuando nos metimos en esta maraña electoral y ahora, ponte las pilas, porque la recta final de la campaña ya está encima. Después de un breve respiro navideño, los candidatos van a volver a salir con todo a buscar esos valiosos votos para el 1 de febrero. ¡Que empiece el relajo!
Como bien recordamos todos, allá por el dieciséis de diciembre hubo una especie de 'tregua' electoral, donde los partidos tuvieron que darle un break a toda la movida proselitista. Pero, ¡ojo!, eso terminó hace poco. Desde el dos de enero, ¡despegaron los motores! Se puede ver propaganda en tooodos lados y los candidatos andan correteando buscando espacios para hablar con la gente. Definitivamente, la cosa se va a poner interesante.
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), pa’ evitar cualquier salgo, ha ido tirando las cartas sobre la mesa, recordando los momentos claves que quedan. No vaya a ser que algún partido se confunda y haga algo que le cueste caro. Las reglas están claras, y hay que cumplirlas, ¿me entienden?
Para empezar, desde este viernes, dos de enero, vuelven a sonar los anuncios en la radio y la tele, y los aspirantes pueden organizar eventos en parques y plazas. ¡Ya saben, a aglomerarse, muchachos! Eso sí, con las medidas necesarias, por si acaso. Lo importante es que la gente tenga acceso a escuchar lo que tienen que decir los candidatos, sin que nadie les jale la torta con trabas burocráticas.
Y hablando de trámites, el cinco de enero vence el plazo para que los partidos presenten a sus fiscales. Estos señores son cruciales para vigilar que todo esté limpio en las urnas, así que hay que elegir bien. Imagínate tener un fiscal que no sabe ni qué es una boleta... ¡Sería un chunche inútil! Luego, hasta el siete de enero tienen para pedir permisos para organizar eventos en lugares públicos, así que hay que apurarse si quieren hacer alguna actividad grande.
Además, el ocho de enero es el último día para cambiar a alguien que no pueda ir a trabajar como miembro de las juntas receptoras de votos. Hay que asegurarse de tener gente confiable y dispuesta a pasar horas vigilando el proceso. ¡Eso requiere aguante, diay! Después, entre el dieciséis y el diecisiete de enero, empiezan a moverse todas las papeletas y materiales electorales de un lado a otro, asegurándose de que lleguen a cada junta cantonal a tiempo.
El veinticuatro de enero es un momento clave: ahí tienen que estar todos los materiales listos en cada lugar de votación. Una semana antes de la elección, el veinticinco de enero, se cierra la puerta a los mítines y reuniones en la calle. ¡Se acabó el ruido! Dejen descansar un poquito a la gente antes de que tengan que ir a votar. Y ojo, también termina el período para encuestas y sondeos; ¡que no intenten manipular la opinión pública a última hora, eh!
Así que ya lo saben, mi gente: la recta final de esta campaña promete acción, emoción y, probablemente, algunos momentos de ‘qué torta’. Este brete electoral ya casi llega a su fin, y es momento de analizar bien las propuestas, informarse y tomar una decisión responsable el primero de febrero. Ahora, dime tú, ¿crees que con tanta información volando por todos lados, la gente realmente sabrá para quién votar o vamos a terminar con más confusión que nunca?
Como bien recordamos todos, allá por el dieciséis de diciembre hubo una especie de 'tregua' electoral, donde los partidos tuvieron que darle un break a toda la movida proselitista. Pero, ¡ojo!, eso terminó hace poco. Desde el dos de enero, ¡despegaron los motores! Se puede ver propaganda en tooodos lados y los candidatos andan correteando buscando espacios para hablar con la gente. Definitivamente, la cosa se va a poner interesante.
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), pa’ evitar cualquier salgo, ha ido tirando las cartas sobre la mesa, recordando los momentos claves que quedan. No vaya a ser que algún partido se confunda y haga algo que le cueste caro. Las reglas están claras, y hay que cumplirlas, ¿me entienden?
Para empezar, desde este viernes, dos de enero, vuelven a sonar los anuncios en la radio y la tele, y los aspirantes pueden organizar eventos en parques y plazas. ¡Ya saben, a aglomerarse, muchachos! Eso sí, con las medidas necesarias, por si acaso. Lo importante es que la gente tenga acceso a escuchar lo que tienen que decir los candidatos, sin que nadie les jale la torta con trabas burocráticas.
Y hablando de trámites, el cinco de enero vence el plazo para que los partidos presenten a sus fiscales. Estos señores son cruciales para vigilar que todo esté limpio en las urnas, así que hay que elegir bien. Imagínate tener un fiscal que no sabe ni qué es una boleta... ¡Sería un chunche inútil! Luego, hasta el siete de enero tienen para pedir permisos para organizar eventos en lugares públicos, así que hay que apurarse si quieren hacer alguna actividad grande.
Además, el ocho de enero es el último día para cambiar a alguien que no pueda ir a trabajar como miembro de las juntas receptoras de votos. Hay que asegurarse de tener gente confiable y dispuesta a pasar horas vigilando el proceso. ¡Eso requiere aguante, diay! Después, entre el dieciséis y el diecisiete de enero, empiezan a moverse todas las papeletas y materiales electorales de un lado a otro, asegurándose de que lleguen a cada junta cantonal a tiempo.
El veinticuatro de enero es un momento clave: ahí tienen que estar todos los materiales listos en cada lugar de votación. Una semana antes de la elección, el veinticinco de enero, se cierra la puerta a los mítines y reuniones en la calle. ¡Se acabó el ruido! Dejen descansar un poquito a la gente antes de que tengan que ir a votar. Y ojo, también termina el período para encuestas y sondeos; ¡que no intenten manipular la opinión pública a última hora, eh!
Así que ya lo saben, mi gente: la recta final de esta campaña promete acción, emoción y, probablemente, algunos momentos de ‘qué torta’. Este brete electoral ya casi llega a su fin, y es momento de analizar bien las propuestas, informarse y tomar una decisión responsable el primero de febrero. Ahora, dime tú, ¿crees que con tanta información volando por todos lados, la gente realmente sabrá para quién votar o vamos a terminar con más confusión que nunca?