¡Buenas, buenas, mi gente del Foro! Aquí su reportera favorita echándole ojo a lo que pasa por Costa Rica y, díganle a mis vecinos, que hoy vamos a platicar de un tema serio pero que también tiene soluciones a la mano: la diabetes. Y no, no les voy a dar sermones aburridos, sino que les voy a contar cómo evitar que esta ‘vara’ se nos complique y nos vaya directo al traste.
Como ya saben, el Día Mundial de la Diabetes llegó este 14 de noviembre, y la verdad es que nos pone el dedo en la nariz a todos. Según datos recientes, ¡casi el 15% de los adultos acá en Costa Rica tienen prediabetes! Eso significa que estamos caminando peligrosamente hacia el diagnóstico, y créanme, nadie quiere tener que lidiar con las complicaciones que trae consigo. Imaginen, problemas en los pies, visión borrosa, cansancio constante… ¡ni pensar!
Pero calma, no hay motivos para alarmarse, porque la buena noticia es que la mayoría de estos casos se pueden revertir o controlar con algunos cambios sencillos en nuestro día a día. No se trata de hacer dietas extremas ni de volverse atletas de la noche a la mañana, sino de adoptar hábitos saludables que podamos mantener a largo plazo. Y ahí es donde entran nuestros queridos “A, B, C, D” de la prevención, como nos lo explica la nutrióloga Jeannette Zúñiga Quesada, toda una experta en el tema. Ella me explicó que esto no es solo sobre lo que comes, es una cuestión de equilibrio general.
Empecemos por la comida, que es el terreno fértil donde nace la diabetes. Olvídense de esos ‘chunches’ procesados llenos de azúcar y grasas saturadas. Mejor apuesten por frutas frescas, verduras de temporada, legumbres que dan energía, granos enteros que sacian y proteínas magras como el pollo y el pescado. Recuerden que comer bien no significa pasar hambre, sino darle a su cuerpo justo lo que necesita para funcionar óptimamente. ¿Se imaginan qué alivio sentir, sin esas ganas repentinas de echarse unos dulces?
Luego viene el movimiento, ese brete que muchos evitamos pero que es tan importante. No necesitan inscribirse en un gimnasio caro; basta con caminar media hora al día, bailar aguacero, subir y bajar escaleras… ¡hasta limpiar la casa cuenta! Lo fundamental es activar el cuerpo y ponerlo en marcha. Además, el ejercicio libera endorfinas, esas hormonas que nos hacen sentir felices y reducen el estrés, otro factor clave en el desarrollo de la diabetes. Yo, personalmente, prefiero ir a correr por la tarde por Parque Metropolitano, despejarme y quemar unas calorias extras, ¡qué tuanis!
Ahora, hablemos de lo médico. No sean tercos y pospongan sus chekeos. Una vez al año, vayan al médico y pídanle que le revisen la glucosa, la presión arterial y el colesterol. Si ya tienen diagnóstico de diabetes, sigan al pie de la letra las indicaciones de su doctor y no se salten ninguna cita. Recuerden que la prevención y el control temprano son fundamentales para evitar complicaciones graves y disfrutar de una vida plena. Cosas claras, ¡el cuidado personal no es lujo, es necesidad!
Finalmente, no podemos olvidar el aspecto emocional. Dormir bien, desconectarnos del celular, compartir tiempo con la familia y amigos, practicar yoga, meditación o cualquier actividad que nos relaje… todo suma para mantener la glucosa estable y fortalecer nuestra salud mental. En fin, encontrar ese equilibrio emocional es crucial, porque cuando uno está estresado, la vida se complica a todas luces. No se agüiten, busquen momentos para reír y disfrutar, porque la alegría también es medicina.
Así que ya lo saben, mi gente: cuidar la alimentación, moverse más, hacerse chequeos regulares y mantener una actitud positiva son pasos sencillos que pueden transformar su salud y evitar que la diabetes se convierta en una ‘torta’ para ustedes. Ahora, dime tú... ¿Cuál de estas recomendaciones te parece más fácil de implementar en tu rutina diaria y por qué?
Como ya saben, el Día Mundial de la Diabetes llegó este 14 de noviembre, y la verdad es que nos pone el dedo en la nariz a todos. Según datos recientes, ¡casi el 15% de los adultos acá en Costa Rica tienen prediabetes! Eso significa que estamos caminando peligrosamente hacia el diagnóstico, y créanme, nadie quiere tener que lidiar con las complicaciones que trae consigo. Imaginen, problemas en los pies, visión borrosa, cansancio constante… ¡ni pensar!
Pero calma, no hay motivos para alarmarse, porque la buena noticia es que la mayoría de estos casos se pueden revertir o controlar con algunos cambios sencillos en nuestro día a día. No se trata de hacer dietas extremas ni de volverse atletas de la noche a la mañana, sino de adoptar hábitos saludables que podamos mantener a largo plazo. Y ahí es donde entran nuestros queridos “A, B, C, D” de la prevención, como nos lo explica la nutrióloga Jeannette Zúñiga Quesada, toda una experta en el tema. Ella me explicó que esto no es solo sobre lo que comes, es una cuestión de equilibrio general.
Empecemos por la comida, que es el terreno fértil donde nace la diabetes. Olvídense de esos ‘chunches’ procesados llenos de azúcar y grasas saturadas. Mejor apuesten por frutas frescas, verduras de temporada, legumbres que dan energía, granos enteros que sacian y proteínas magras como el pollo y el pescado. Recuerden que comer bien no significa pasar hambre, sino darle a su cuerpo justo lo que necesita para funcionar óptimamente. ¿Se imaginan qué alivio sentir, sin esas ganas repentinas de echarse unos dulces?
Luego viene el movimiento, ese brete que muchos evitamos pero que es tan importante. No necesitan inscribirse en un gimnasio caro; basta con caminar media hora al día, bailar aguacero, subir y bajar escaleras… ¡hasta limpiar la casa cuenta! Lo fundamental es activar el cuerpo y ponerlo en marcha. Además, el ejercicio libera endorfinas, esas hormonas que nos hacen sentir felices y reducen el estrés, otro factor clave en el desarrollo de la diabetes. Yo, personalmente, prefiero ir a correr por la tarde por Parque Metropolitano, despejarme y quemar unas calorias extras, ¡qué tuanis!
Ahora, hablemos de lo médico. No sean tercos y pospongan sus chekeos. Una vez al año, vayan al médico y pídanle que le revisen la glucosa, la presión arterial y el colesterol. Si ya tienen diagnóstico de diabetes, sigan al pie de la letra las indicaciones de su doctor y no se salten ninguna cita. Recuerden que la prevención y el control temprano son fundamentales para evitar complicaciones graves y disfrutar de una vida plena. Cosas claras, ¡el cuidado personal no es lujo, es necesidad!
Finalmente, no podemos olvidar el aspecto emocional. Dormir bien, desconectarnos del celular, compartir tiempo con la familia y amigos, practicar yoga, meditación o cualquier actividad que nos relaje… todo suma para mantener la glucosa estable y fortalecer nuestra salud mental. En fin, encontrar ese equilibrio emocional es crucial, porque cuando uno está estresado, la vida se complica a todas luces. No se agüiten, busquen momentos para reír y disfrutar, porque la alegría también es medicina.
Así que ya lo saben, mi gente: cuidar la alimentación, moverse más, hacerse chequeos regulares y mantener una actitud positiva son pasos sencillos que pueden transformar su salud y evitar que la diabetes se convierta en una ‘torta’ para ustedes. Ahora, dime tú... ¿Cuál de estas recomendaciones te parece más fácil de implementar en tu rutina diaria y por qué?
