¡Ay, Dios mío, chavalones! Ya casi llegó la fecha más esperada del año: el aguinaldo. Este año, la cosa está bien gorda, porque vamos a tener ¢900.000 millones circulando por ahí. Eso sí es darle duro al bolsillo a medio país, ¡qué maquina! Después de tanto sudor y brete, nos merecemos unos cuantos churros y unas gaseosas bien frías.
Pero tranquilos, que esto no es magia. Es plata que le toca a 1.6 millones de trabajadores costarricenses, producto de todo el esfuerzo del año pasado. Como bien saben, el aguinaldo se calcula sobre la suma de todos nuestros salarios, así que si trabajamos duro, ¡nos va a entrar una buena vara!
Y ojo, que el sector privado está cargando con la responsabilidad de ponerle el hombro, movilizando más de ¢700.000 millones. Eso demuestra que las empresas también cumplen, aunque a veces hay que recordarle al gobierno que pague a tiempo, diay. Hacienda, ¡aguanta!, que todavía falta poquito para sacar los fajos.
Ahora bien, la ley es clara: el aguinaldo no tiene retenciones. Ni IVA, ni impuesto sobre la renta, ni nada de eso. Todo el dinerito va directo al bolsillo del trabajador. Es un derecho que nos da la ley, ¡y hay que cuidarlo! Pero atención, mae, si tienes una pensión alimentaria pendiente, ahí sí te van a cortar una parte, porque los nenes siempre tienen la preferencia.
Desde el punto de vista económico, esta inyección de plata es el empujoncito que necesita el país, especialmente el comercio y el turismo. Con tanto gasto, se espera que la economía se reactive y le demos un respiro a los negocios que han estado batallando. ¡Imagínate la plaza central llena de gente comprando regalos y comiendo turrones! Qué lindo sería.
Pero economists, esos listillos, nos dicen que hay que tener cuidado. Que no nos vayamos de cabeza a comprar cosas que no necesitamos, sino que mejor paguemos esas deudas que tenemos acumuladas y guardemos un poco para el futuro. Porque, como dice mi abuela, “con plata en el bolsillo, no te quedas varado”. Tiene razón, doña María.
Y claro, inevitablemente surge la pregunta: ¿dónde diablos va a terminar gastándose toda esa plata? ¿En carro nuevo, en viajes al extranjero o simplemente en llenar la nevera? Uno piensa que muchos aprovecharán para echarse unos buenos festejos navideños, pero también espero que algunos recuerden invertir en su educación o en algún negocio pequeño. ¡Ser responsables nunca falla, chunches!
Entonces, les pregunto, compañeros del Foro: ¿Con qué van a hacer ustedes el aguinaldo este año? ¿Se van a dar el lujo o van a ahorrar para el futuro?
Pero tranquilos, que esto no es magia. Es plata que le toca a 1.6 millones de trabajadores costarricenses, producto de todo el esfuerzo del año pasado. Como bien saben, el aguinaldo se calcula sobre la suma de todos nuestros salarios, así que si trabajamos duro, ¡nos va a entrar una buena vara!
Y ojo, que el sector privado está cargando con la responsabilidad de ponerle el hombro, movilizando más de ¢700.000 millones. Eso demuestra que las empresas también cumplen, aunque a veces hay que recordarle al gobierno que pague a tiempo, diay. Hacienda, ¡aguanta!, que todavía falta poquito para sacar los fajos.
Ahora bien, la ley es clara: el aguinaldo no tiene retenciones. Ni IVA, ni impuesto sobre la renta, ni nada de eso. Todo el dinerito va directo al bolsillo del trabajador. Es un derecho que nos da la ley, ¡y hay que cuidarlo! Pero atención, mae, si tienes una pensión alimentaria pendiente, ahí sí te van a cortar una parte, porque los nenes siempre tienen la preferencia.
Desde el punto de vista económico, esta inyección de plata es el empujoncito que necesita el país, especialmente el comercio y el turismo. Con tanto gasto, se espera que la economía se reactive y le demos un respiro a los negocios que han estado batallando. ¡Imagínate la plaza central llena de gente comprando regalos y comiendo turrones! Qué lindo sería.
Pero economists, esos listillos, nos dicen que hay que tener cuidado. Que no nos vayamos de cabeza a comprar cosas que no necesitamos, sino que mejor paguemos esas deudas que tenemos acumuladas y guardemos un poco para el futuro. Porque, como dice mi abuela, “con plata en el bolsillo, no te quedas varado”. Tiene razón, doña María.
Y claro, inevitablemente surge la pregunta: ¿dónde diablos va a terminar gastándose toda esa plata? ¿En carro nuevo, en viajes al extranjero o simplemente en llenar la nevera? Uno piensa que muchos aprovecharán para echarse unos buenos festejos navideños, pero también espero que algunos recuerden invertir en su educación o en algún negocio pequeño. ¡Ser responsables nunca falla, chunches!
Entonces, les pregunto, compañeros del Foro: ¿Con qué van a hacer ustedes el aguinaldo este año? ¿Se van a dar el lujo o van a ahorrar para el futuro?
