¡Ay, Dios mío! Aquí nos vamos al brete otra vez. Resulta que el viceministro de Hacienda, Luis Antonio Molina, soltó unas verdades, o eso parece, sobre el aguinaldo y el salario escolar. De entrada, puso a temblar a medio país porque dio a entender que podrían meterle renta a esos dineros que tanto necesitamos para sobrevivir diciembre. Imagínate la bronca, pura torta.
Todo empezó en la Comisión de Asuntos Hacendarios, donde estaban discutiendo el presupuesto nacional. Molina, aparentemente queriendo lucirse, empezó a hablar sobre la necesidad de buscar nuevas fuentes de ingreso y cómo ciertas exoneraciones están reventando las arcas públicas. Que si las zonas francas no pagan lo mismo que el resto, que si la canasta básica está exenta... Un discurso técnico, pero que encendió todas las alarmas entre los diputados y el público en general.
El mae se fue de cholo, diríamos nosotros. Porque, claro, así como salió la información, el presidente Chaves tuvo que salir al frente a aclarar la cosa, pero vaya que le tocó regaños a Molina en plena conferencia de prensa. Le dijo que el gobierno no estaba ni pensando en tocar esos beneficios, y que el viceministro simplemente se "embarcó" y se fue de la lengua, buscando impresionar a diestra y siniestra. Lo mandó a pulir, básicamente, diciéndole que eso era un tema interno que iba a resolver él.
Pero la cosa no quedó ahí. La diputada Paulina Ramírez, presidenta de la Comisión de Hacendarios, salió con un “rotundo no” a cualquier intento de gravar el aguinaldo o el salario escolar. Ella, que siempre anda bien atenta, recordó que Liberación Nacional sería el primero en oponerse a semejante medida. Y qué decir del segundo candidato a la vicepresidencia del PLP, Gabriel Zamora, quien calificó la idea como un “castigo” para los trabajadores, asegurando que se trata de un derecho adquirido y no de un simple privilegio. El mae no se anduvo con rodeos.
En fin, entre que el viceministro se quería lucir, que el presidente lo regañó en vivo, y que los diputados están sacando pecho para defender sus posiciones, el tema ha generado un chinchorro tremendo. Las redes sociales explotaron, la gente está que trina, y Hacienda intenta apagar el incendio con comunicados y aclaraciones. Pero la duda sigue flotando en el aire: ¿esto es solo humo, o estamos abriendo la puerta a futuros aumentos de impuestos?
Y ojo, porque Molina no se quedó solamente hablando del aguinaldo y el salario escolar. También mencionó otras exoneraciones que considera problemáticas, como las que disfrutan las zonas francas y la exención de impuestos en la canasta básica. Argumenta que estas medidas benefician principalmente a los sectores de mayores ingresos, dejando de lado a quienes realmente necesitan el apoyo del Estado. Dice que el problema no es la exoneración en sí, sino quiénes se aprovechan de ella.
Muchos analistas señalan que este episodio pone en evidencia las tensiones internas dentro del gobierno, y la dificultad de encontrar un equilibrio entre la necesidad de aumentar los ingresos públicos y la sensibilidad social hacia los impuestos. Algunos incluso sugieren que Molina, con su afán de demostrar su conocimiento, terminó generando más problemas de los que pretendía solucionar. Sea cual sea el caso, el debate está abierto y promete seguir dando tela para cortar durante las próximas semanas. En medio de tanta incertidumbre y especulación, la ciudadanía espera una respuesta clara y contundente por parte de las autoridades, que les garantice que sus ahorros navideños estarán a salvo.
Con tanto debate sobre impuestos y exoneraciones, ¿cree usted que es justo gravar el aguinaldo y el salario escolar? ¿Es posible encontrar un punto intermedio que permita al gobierno financiar sus programas sin afectar significativamente el bolsillo de los ciudadanos? Déjeme sus opiniones aquí abajo, ¡quiero saber qué piensa!
Todo empezó en la Comisión de Asuntos Hacendarios, donde estaban discutiendo el presupuesto nacional. Molina, aparentemente queriendo lucirse, empezó a hablar sobre la necesidad de buscar nuevas fuentes de ingreso y cómo ciertas exoneraciones están reventando las arcas públicas. Que si las zonas francas no pagan lo mismo que el resto, que si la canasta básica está exenta... Un discurso técnico, pero que encendió todas las alarmas entre los diputados y el público en general.
El mae se fue de cholo, diríamos nosotros. Porque, claro, así como salió la información, el presidente Chaves tuvo que salir al frente a aclarar la cosa, pero vaya que le tocó regaños a Molina en plena conferencia de prensa. Le dijo que el gobierno no estaba ni pensando en tocar esos beneficios, y que el viceministro simplemente se "embarcó" y se fue de la lengua, buscando impresionar a diestra y siniestra. Lo mandó a pulir, básicamente, diciéndole que eso era un tema interno que iba a resolver él.
Pero la cosa no quedó ahí. La diputada Paulina Ramírez, presidenta de la Comisión de Hacendarios, salió con un “rotundo no” a cualquier intento de gravar el aguinaldo o el salario escolar. Ella, que siempre anda bien atenta, recordó que Liberación Nacional sería el primero en oponerse a semejante medida. Y qué decir del segundo candidato a la vicepresidencia del PLP, Gabriel Zamora, quien calificó la idea como un “castigo” para los trabajadores, asegurando que se trata de un derecho adquirido y no de un simple privilegio. El mae no se anduvo con rodeos.
En fin, entre que el viceministro se quería lucir, que el presidente lo regañó en vivo, y que los diputados están sacando pecho para defender sus posiciones, el tema ha generado un chinchorro tremendo. Las redes sociales explotaron, la gente está que trina, y Hacienda intenta apagar el incendio con comunicados y aclaraciones. Pero la duda sigue flotando en el aire: ¿esto es solo humo, o estamos abriendo la puerta a futuros aumentos de impuestos?
Y ojo, porque Molina no se quedó solamente hablando del aguinaldo y el salario escolar. También mencionó otras exoneraciones que considera problemáticas, como las que disfrutan las zonas francas y la exención de impuestos en la canasta básica. Argumenta que estas medidas benefician principalmente a los sectores de mayores ingresos, dejando de lado a quienes realmente necesitan el apoyo del Estado. Dice que el problema no es la exoneración en sí, sino quiénes se aprovechan de ella.
Muchos analistas señalan que este episodio pone en evidencia las tensiones internas dentro del gobierno, y la dificultad de encontrar un equilibrio entre la necesidad de aumentar los ingresos públicos y la sensibilidad social hacia los impuestos. Algunos incluso sugieren que Molina, con su afán de demostrar su conocimiento, terminó generando más problemas de los que pretendía solucionar. Sea cual sea el caso, el debate está abierto y promete seguir dando tela para cortar durante las próximas semanas. En medio de tanta incertidumbre y especulación, la ciudadanía espera una respuesta clara y contundente por parte de las autoridades, que les garantice que sus ahorros navideños estarán a salvo.
Con tanto debate sobre impuestos y exoneraciones, ¿cree usted que es justo gravar el aguinaldo y el salario escolar? ¿Es posible encontrar un punto intermedio que permita al gobierno financiar sus programas sin afectar significativamente el bolsillo de los ciudadanos? Déjeme sus opiniones aquí abajo, ¡quiero saber qué piensa!