¡Ay, Dios mío! Esto del BCR-SAFI se está poniendo más feo que un curtido de zancudo. Resulta que los ahorradores, esos que le confían su sudor ganado al banco, se han encontrado con una sorpresa desagradísima: la asamblea donde iban a rendir cuentas por el caso del Parque Empresarial del Pacífico, ¡la cancelaron! Uno se queda pensando, ¿qué estarán escondiendo estos señores?
Para refrescarle la memoria a algunos, este rollo empezó hace unos años, allá por el 2020, cuando el banco compró ese parque empresarial en Esparza por unos $70 millones. Ahí ya sonaba raro, porque luego salió a luz que, según una auditoría, el verdadero valor del lugar rondaba los $35 millones. ¡Un juguito de diferencia considerable!
Y ahí es donde entran los inversionistas, que empezaron a sospechar que algo turbio pasaba. Se dieron cuenta de que durante tres años ni cacho de rendición de cuentas sobre cómo estaban manejando el Fondo de Inversión No Diversificado (FIIND). Así, poquito a poco, la cosa se fue poniendo más salada y ahora están reclamando respuestas.
Rodrigo Carazo, el vocero del grupo afectado, no se anda con rodeos: dice que esto es una falta de respeto y una amenaza a la credibilidad del BCR. Y vaya que tiene razón. Un banco estatal debería ser ejemplo de transparencia y compromiso social, pero parece que en este caso están tratando de meter la cabeza bajo el agua como lagarto.
La Superintendencia General de Valores (Sugeval), viendo la cosa bizca, les dijo al banco y a la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI) que pusieran los $70 millones de vuelta al Fondo Inmobiliario para aliviar la situación de los inversionistas. Pero el BCR, lejos de aceptar, apeló la decisión. ¡Imagínate el descaro! Quieren llevar el caso a los tribunales y jugar con el dinero de la gente.
Ahora, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) le puso punto final al recurso del banco, declarándolo sin lugar. Pero eso no detiene a la institución, que sigue insistiendo en que si tienen que cumplir con esa medida, se irían al traste más de $70 millones de fondos públicos. Un brete, vamos, un maje pite rodeo.
Todo este lío nos lleva a preguntarnos: ¿hasta cuándo los bancos van a andar jugando con el ahorro de la gente? Parece que olvidan que esos dineros no son suyos, sino de los trabajadores, los pequeños emprendedores y las familias que luchan por construir un futuro mejor. Y que encima, se escuden en tecnicismos legales para evadir su responsabilidad... ¡Qué torta!
Esta maraña legal y financiera nos deja con una gran inquietud: ¿Cómo podemos confiar en las instituciones financieras si estas priorizan sus intereses económicos sobre la seguridad y confianza de los ahorradores? ¿Usted qué opina, compa? Deberíamos exigir más transparencia y rendición de cuentas de parte del BCR-SAFI, o estamos condenados a ver cómo nuestro dinero se va al garete?
Para refrescarle la memoria a algunos, este rollo empezó hace unos años, allá por el 2020, cuando el banco compró ese parque empresarial en Esparza por unos $70 millones. Ahí ya sonaba raro, porque luego salió a luz que, según una auditoría, el verdadero valor del lugar rondaba los $35 millones. ¡Un juguito de diferencia considerable!
Y ahí es donde entran los inversionistas, que empezaron a sospechar que algo turbio pasaba. Se dieron cuenta de que durante tres años ni cacho de rendición de cuentas sobre cómo estaban manejando el Fondo de Inversión No Diversificado (FIIND). Así, poquito a poco, la cosa se fue poniendo más salada y ahora están reclamando respuestas.
Rodrigo Carazo, el vocero del grupo afectado, no se anda con rodeos: dice que esto es una falta de respeto y una amenaza a la credibilidad del BCR. Y vaya que tiene razón. Un banco estatal debería ser ejemplo de transparencia y compromiso social, pero parece que en este caso están tratando de meter la cabeza bajo el agua como lagarto.
La Superintendencia General de Valores (Sugeval), viendo la cosa bizca, les dijo al banco y a la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI) que pusieran los $70 millones de vuelta al Fondo Inmobiliario para aliviar la situación de los inversionistas. Pero el BCR, lejos de aceptar, apeló la decisión. ¡Imagínate el descaro! Quieren llevar el caso a los tribunales y jugar con el dinero de la gente.
Ahora, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) le puso punto final al recurso del banco, declarándolo sin lugar. Pero eso no detiene a la institución, que sigue insistiendo en que si tienen que cumplir con esa medida, se irían al traste más de $70 millones de fondos públicos. Un brete, vamos, un maje pite rodeo.
Todo este lío nos lleva a preguntarnos: ¿hasta cuándo los bancos van a andar jugando con el ahorro de la gente? Parece que olvidan que esos dineros no son suyos, sino de los trabajadores, los pequeños emprendedores y las familias que luchan por construir un futuro mejor. Y que encima, se escuden en tecnicismos legales para evadir su responsabilidad... ¡Qué torta!
Esta maraña legal y financiera nos deja con una gran inquietud: ¿Cómo podemos confiar en las instituciones financieras si estas priorizan sus intereses económicos sobre la seguridad y confianza de los ahorradores? ¿Usted qué opina, compa? Deberíamos exigir más transparencia y rendición de cuentas de parte del BCR-SAFI, o estamos condenados a ver cómo nuestro dinero se va al garete?
