¡Buenas, gente del Foro! Aquí su reportera favorita echándole ojo a lo que pasa en el carrete de la vida. Resulta que los doctores ahora andan poniendo lupa en unas cositas que pueden indicar que la demencia anda rondando. No se me espanten, mi pana, la idea no es entrarle al pánico, sino saber qué ver y actuar a tiempo.
La onda es que ya no es cuestión de esperar a que te olvide dónde dejaste las llaves para decir “ay, estoy perdiendo la memoria”. Ahora los especialistas dicen que hay dos señales que aparecen antes, tipo avisito de que algo podría andar medio turbio. Y ni hablar, esto afecta a un montón de personas, sobre todo a nuestros abuelitos y abuelas, así que agárrense los pantalones.
Según el Doctor Ramón Cristófol Allue, que es como el rey de estas vainas, el primer aviso es una pérdida de memoria que va empeorando, pero no hablamos de olvidarte el nombre de tu vecino, hablamos de olvidar cosas que haces diario, citas, compromisos, hasta caras de gente que llevas años viendo. Imagínate llegar al mercado y no acordarte qué tenías que comprar... ¡qué sal! Pero en serio, si esto pasa seguido, toca ir al médico.
Pero no todo va a estar perdido, porque resulta que no todas las pérdidas de memoria significan demencia, ¿eh? Puede ser estrés, cansancio, falta de sueño… mil cosas. Lo importante es que la pérdida de memoria sea persistente y vaya de mal en peor, interfiriendo con tu día a día. Si estás siempre preguntando “¿Ya comí?”, “¿Dónde estacioné el carro?” y eso se hace más frecuente, es momento de ponerle atención.
Ahora, la segunda señal es un cambio de humor y comportamiento que te deja pensando: “¿Quién es este mae?”. Hablamos de estar irritable sin razón, sentirse confundido o ansioso, aislarse de la familia y amigos, perder el interés en las cosas que antes te gustaban. Es como si alguien cambiara tu personalidad de repente, ¿me entienden? Esto también es un llamado de alerta que no se puede ignorar. Un chunche así, te cambia la vida entera.
La buena noticia es que no todo está escrito en piedra, mi pana. Los mismos doctores dicen que podemos hacer cosas para protegernos y prevenirlo. Comer sano – dieta mediterránea con frutas, verduras, pescado fresco – mover el cuerpo, aunque sea caminar un ratito todos los días, y darle duro al cerebro con crucigramas, leer, aprender cosas nuevas. Todo eso ayuda a mantener la mente joven y funcionando como relojito suizo.
Además, no se nos olvide consumir alcohol con moderación, evitar las sustancias tóxicas y tratar de ser flexibles y adaptarnos a los cambios, porque la rigidez mental tampoco le hace bien al cerebro. En fin, cuidarse desde jóvenes es la clave para disfrutar de una vejez plena y sin sobresaltos. No vamos a negar que es un brete, pero vale la pena echarle ganas, ¿no?
Entonces, ¿ustedes qué piensan? ¿Han notado alguno de estos síntomas en ustedes mismos o en algún familiar cercano? ¿Creen que realmente la sociedad le da la importancia necesaria a la prevención de enfermedades como la demencia? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
La onda es que ya no es cuestión de esperar a que te olvide dónde dejaste las llaves para decir “ay, estoy perdiendo la memoria”. Ahora los especialistas dicen que hay dos señales que aparecen antes, tipo avisito de que algo podría andar medio turbio. Y ni hablar, esto afecta a un montón de personas, sobre todo a nuestros abuelitos y abuelas, así que agárrense los pantalones.
Según el Doctor Ramón Cristófol Allue, que es como el rey de estas vainas, el primer aviso es una pérdida de memoria que va empeorando, pero no hablamos de olvidarte el nombre de tu vecino, hablamos de olvidar cosas que haces diario, citas, compromisos, hasta caras de gente que llevas años viendo. Imagínate llegar al mercado y no acordarte qué tenías que comprar... ¡qué sal! Pero en serio, si esto pasa seguido, toca ir al médico.
Pero no todo va a estar perdido, porque resulta que no todas las pérdidas de memoria significan demencia, ¿eh? Puede ser estrés, cansancio, falta de sueño… mil cosas. Lo importante es que la pérdida de memoria sea persistente y vaya de mal en peor, interfiriendo con tu día a día. Si estás siempre preguntando “¿Ya comí?”, “¿Dónde estacioné el carro?” y eso se hace más frecuente, es momento de ponerle atención.
Ahora, la segunda señal es un cambio de humor y comportamiento que te deja pensando: “¿Quién es este mae?”. Hablamos de estar irritable sin razón, sentirse confundido o ansioso, aislarse de la familia y amigos, perder el interés en las cosas que antes te gustaban. Es como si alguien cambiara tu personalidad de repente, ¿me entienden? Esto también es un llamado de alerta que no se puede ignorar. Un chunche así, te cambia la vida entera.
La buena noticia es que no todo está escrito en piedra, mi pana. Los mismos doctores dicen que podemos hacer cosas para protegernos y prevenirlo. Comer sano – dieta mediterránea con frutas, verduras, pescado fresco – mover el cuerpo, aunque sea caminar un ratito todos los días, y darle duro al cerebro con crucigramas, leer, aprender cosas nuevas. Todo eso ayuda a mantener la mente joven y funcionando como relojito suizo.
Además, no se nos olvide consumir alcohol con moderación, evitar las sustancias tóxicas y tratar de ser flexibles y adaptarnos a los cambios, porque la rigidez mental tampoco le hace bien al cerebro. En fin, cuidarse desde jóvenes es la clave para disfrutar de una vejez plena y sin sobresaltos. No vamos a negar que es un brete, pero vale la pena echarle ganas, ¿no?
Entonces, ¿ustedes qué piensan? ¿Han notado alguno de estos síntomas en ustedes mismos o en algún familiar cercano? ¿Creen que realmente la sociedad le da la importancia necesaria a la prevención de enfermedades como la demencia? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
