¡Ay, Dios mío! Se armó un buen desmadre en las redes sociales este lunes. De repente, todos hablando de un giro monzónico que iba a dejar a Centroamérica empapada como una mocha. Parecía sacado de una novela, con lluvias torrenciales en Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala y, claro, nosotros, los ticos. La cosa llegó a tal punto que hasta la abuela Doña Lilian me mandó mensaje preguntando si tenía repelente suficiente, ¡y ella vive en Escazú, donde llueve más que en Bagdad!
La información, que corrió como reguero de pólvora en Facebook e Instagram, hablaba de un fenómeno climático que giraba en sentido contrario a las agujas del reloj sobre el Pacífico Centroamericano. Según decían, estos vientos huracanados nos iban a traer 72 horas de aguaceros bíblicos. Imagínate el tráfico en hora pico, qué torta sería. Y encima, justo ahora que estábamos empezando a disfrutar del solcito, porque ya saben, el clima en Costa Rica cambia más rápido que mi ex con sus novias.
Pero tranquilízate, mae, porque Eladio Solano, el jefe del departamento de meteorología del IMN, salió al frente para aclarar la vaina. El señor, con toda la calma del mundo (como debe ser un funcionario público decente), dijo que la información era “completamente falsa”. Vamos, pura paja, como dicen por acá. Nos quiere hacer creer que va a llover a cántaros, cuando la realidad es otra. Y sí, eso de que haya alertas regionales no existe, cada país maneja sus propios avisos, así que mejor prestarle atención al IMN, ¿eh?
Lo curioso del caso es que, aunque la información era falsa, sí mencionaba la posibilidad de lluvias en esas 72 horas. Pero, ¡ojo!, faltaba el dato clave: ¿cuándo exactamente? Porque, ¿de qué sirve decir que va a llover si no sabes ni cuándo vas a necesitar el paraguas? Esto demuestra lo fácil que es difundir información errónea en estas plataformas, y cómo rápidamente la gente se cree cualquier cosa que lee, diay. Un poco de sano juicio nunca viene mal, ¿verdad?
Solano recalcó, con justa razón, que la única fuente oficial de información meteorológica confiable es el IMN. Así que, por favor, déjense de andar creyendo todo lo que ven en internet. En vez de eso, consulten la página web del IMN, sigan sus redes sociales y estén informados. No queremos que nadie se espante innecesariamente ni se prepare para un diluvio que nunca llega. Ya tenemos bastante con los problemas que andamos teniendo, vamos a evitar inventarnos otros, ¿oké?
Además, este episodio nos recuerda la importancia de verificar siempre la información antes de compartirla. En la época de las fake news, la responsabilidad recae en todos nosotros. No sean parte del problema, sean parte de la solución. Piensen dos veces antes de darle like y compartir publicaciones sin contrastarlas. Y recuerden, el IMN es el único que puede decirnos con certeza si realmente vamos a tener que sacar el impermeable de abajo del clóset.
La verdad es que, aunque al principio me asusté un poquito con la idea de un giro monzónico apocalíptico, ahora me río de tanta exageración. Estos rumores falsos demuestran lo rápido que pueden propagarse las mentiras, especialmente cuando se trata de temas que nos afectan directamente como el clima. Nos da una lección importante: no todo lo que brilla es oro, y no todo lo que se comparte en redes sociales es cierto. Así que, mantengan la calma, sigan informándose con fuentes confiables y, sobre todo, no se dejen llevar por el pánico.
Ahora bien, pensando en todo esto, ¿ustedes creen que deberíamos crear una campaña de concientización sobre la importancia de verificar la información meteorológica en redes sociales, o simplemente seguimos esperando a que la próxima alarma falsa nos tome desprevenidos? ¿Qué opinan, compas? Déjenme sus comentarios y veamos si podemos encontrar una solución juntos. ¡Vamos a debatir!
La información, que corrió como reguero de pólvora en Facebook e Instagram, hablaba de un fenómeno climático que giraba en sentido contrario a las agujas del reloj sobre el Pacífico Centroamericano. Según decían, estos vientos huracanados nos iban a traer 72 horas de aguaceros bíblicos. Imagínate el tráfico en hora pico, qué torta sería. Y encima, justo ahora que estábamos empezando a disfrutar del solcito, porque ya saben, el clima en Costa Rica cambia más rápido que mi ex con sus novias.
Pero tranquilízate, mae, porque Eladio Solano, el jefe del departamento de meteorología del IMN, salió al frente para aclarar la vaina. El señor, con toda la calma del mundo (como debe ser un funcionario público decente), dijo que la información era “completamente falsa”. Vamos, pura paja, como dicen por acá. Nos quiere hacer creer que va a llover a cántaros, cuando la realidad es otra. Y sí, eso de que haya alertas regionales no existe, cada país maneja sus propios avisos, así que mejor prestarle atención al IMN, ¿eh?
Lo curioso del caso es que, aunque la información era falsa, sí mencionaba la posibilidad de lluvias en esas 72 horas. Pero, ¡ojo!, faltaba el dato clave: ¿cuándo exactamente? Porque, ¿de qué sirve decir que va a llover si no sabes ni cuándo vas a necesitar el paraguas? Esto demuestra lo fácil que es difundir información errónea en estas plataformas, y cómo rápidamente la gente se cree cualquier cosa que lee, diay. Un poco de sano juicio nunca viene mal, ¿verdad?
Solano recalcó, con justa razón, que la única fuente oficial de información meteorológica confiable es el IMN. Así que, por favor, déjense de andar creyendo todo lo que ven en internet. En vez de eso, consulten la página web del IMN, sigan sus redes sociales y estén informados. No queremos que nadie se espante innecesariamente ni se prepare para un diluvio que nunca llega. Ya tenemos bastante con los problemas que andamos teniendo, vamos a evitar inventarnos otros, ¿oké?
Además, este episodio nos recuerda la importancia de verificar siempre la información antes de compartirla. En la época de las fake news, la responsabilidad recae en todos nosotros. No sean parte del problema, sean parte de la solución. Piensen dos veces antes de darle like y compartir publicaciones sin contrastarlas. Y recuerden, el IMN es el único que puede decirnos con certeza si realmente vamos a tener que sacar el impermeable de abajo del clóset.
La verdad es que, aunque al principio me asusté un poquito con la idea de un giro monzónico apocalíptico, ahora me río de tanta exageración. Estos rumores falsos demuestran lo rápido que pueden propagarse las mentiras, especialmente cuando se trata de temas que nos afectan directamente como el clima. Nos da una lección importante: no todo lo que brilla es oro, y no todo lo que se comparte en redes sociales es cierto. Así que, mantengan la calma, sigan informándose con fuentes confiables y, sobre todo, no se dejen llevar por el pánico.
Ahora bien, pensando en todo esto, ¿ustedes creen que deberíamos crear una campaña de concientización sobre la importancia de verificar la información meteorológica en redes sociales, o simplemente seguimos esperando a que la próxima alarma falsa nos tome desprevenidos? ¿Qué opinan, compas? Déjenme sus comentarios y veamos si podemos encontrar una solución juntos. ¡Vamos a debatir!