¡Aguante, pueblo! Parece que finalmente vamos a sentir un respiro en el bolsillo, porque Recope le dio duro a la Aresep con una propuesta que promete bajar los precios de los combustibles a principios de diciembre. La movida es grande, porque hablamos de niveles que no se veían desde marzo del 2021, así que prepárense para echarle menos billetes al tanque. La bomba andaba bien calentita, pero parece que la cosa se refresca un poco.
La propuesta, presentada el jueves pasado, detalla que la gasolina súper podría pasar de los ¢662 a ¢646 por litro; la regular, de ¢637 a ¢635; y el diésel, de ¢563 a ¢547. ¡Eso sí que es diferencia, chunches! Pero no se quedan atrás ni los que usan gas, porque el cilindro de 25 libras se iría de ¢7.047 a ¢6.828. Un buen descuento para la cocina y calentar agua, ¡y eso siempre viene bien!
Si nos ponemos a hacer cuentas, estos descuentos significan un ahorro decente. La gasolina súper estaría 3,43% más barata, la regular un 3,78%, el diésel 1,61% y el gas, ¡bam!, un 7,50% menos. Esto, especialmente para los que vivimos sacando canasta, significa que tendremos un poquito más para comprar otras cosas, bretes que siembre se salen de presupuesto. Claramente, esto llega en un momento oportuno, justo cuando estamos pensando en Navidad y todos esos gastos extras que vienen con ella.
Pero, ¿qué pasó que ahora sí se puede? Según los expertos, la onda es que el mercado internacional tuvo una rara combinación de cosas: primero, la producción de petróleo aumentó gracias a varios países fuera de la OPEP que le dieron duro a la extracción. Luego, la propia OPEP se animó a subir la producción, lo que hizo que hubiera más crudo disponible. Por otro lado, aunque todavía hay conflictos en varias partes del mundo, la cosa se calmó un poquito, y los mercados ya se acostumbraron a la guerra entre Rusia y Ucrania. Además, China, Estados Unidos y Europa no van tan bien económicamente, así que no necesitan tanto petróleo como antes. Todo esto combinadito bajó el precio internacional del barril.
Ahora la pelota está en manos de la Aresep, quienes tienen que revisar toda la documentación y decidir si le dan luz verde a la propuesta. Si todo sale como dicen, a principios de diciembre estaremos viendo los nuevos precios en las estaciones de servicio. Esperemos que no haya ningún despiste y que la cosa salga adelante, porque este alivio lo necesitamos urgentemente. Ya cargamos con tanta cosita últimamente que cualquier ayuda es bienvenida, ¿verdad, mae?
Y hablando de ayudas, vale la pena recordar que estas bajas en los combustibles llegan después de un período de inflación energética brutal que nos golpeó a todos durante los últimos años. Recuerdo cuando la gasolina superaba los ¢700 por litro, ¡una torta! Ahora podemos respirar tranquilos, al menos por un rato. Imaginen cuánto podremos ahorrar en gasolina si decidimos salir a carretera este fin de semana largo. ¡Un viaje a Jacó suena bastante tentador ahora!
Este escenario pinta prometedor, pero no debemos cantar victoria todavía. Es crucial estar atentos a cómo evoluciona el mercado internacional y seguir presionando para que se mantengan las condiciones favorables. También es importante que el gobierno siga trabajando para diversificar nuestras fuentes de energía y reducir nuestra dependencia del petróleo. Porque, díganlo conmigo, ¡la vaina depende! Siempre hay factores externos que pueden afectar los precios.
En fin, cruzaremos los dedos para que todo salga bien y podamos disfrutar de estos precios más bajos. Pero me pregunto… ¿cree usted que esta rebaja en los combustibles será suficiente para contrarrestar otros aumentos de precios que seguramente vendrán con las fiestas navideñas? ¿O nos seguiremos llevando sorpresas desagradables en el supermercado y en otros gastos esenciales?
La propuesta, presentada el jueves pasado, detalla que la gasolina súper podría pasar de los ¢662 a ¢646 por litro; la regular, de ¢637 a ¢635; y el diésel, de ¢563 a ¢547. ¡Eso sí que es diferencia, chunches! Pero no se quedan atrás ni los que usan gas, porque el cilindro de 25 libras se iría de ¢7.047 a ¢6.828. Un buen descuento para la cocina y calentar agua, ¡y eso siempre viene bien!
Si nos ponemos a hacer cuentas, estos descuentos significan un ahorro decente. La gasolina súper estaría 3,43% más barata, la regular un 3,78%, el diésel 1,61% y el gas, ¡bam!, un 7,50% menos. Esto, especialmente para los que vivimos sacando canasta, significa que tendremos un poquito más para comprar otras cosas, bretes que siembre se salen de presupuesto. Claramente, esto llega en un momento oportuno, justo cuando estamos pensando en Navidad y todos esos gastos extras que vienen con ella.
Pero, ¿qué pasó que ahora sí se puede? Según los expertos, la onda es que el mercado internacional tuvo una rara combinación de cosas: primero, la producción de petróleo aumentó gracias a varios países fuera de la OPEP que le dieron duro a la extracción. Luego, la propia OPEP se animó a subir la producción, lo que hizo que hubiera más crudo disponible. Por otro lado, aunque todavía hay conflictos en varias partes del mundo, la cosa se calmó un poquito, y los mercados ya se acostumbraron a la guerra entre Rusia y Ucrania. Además, China, Estados Unidos y Europa no van tan bien económicamente, así que no necesitan tanto petróleo como antes. Todo esto combinadito bajó el precio internacional del barril.
Ahora la pelota está en manos de la Aresep, quienes tienen que revisar toda la documentación y decidir si le dan luz verde a la propuesta. Si todo sale como dicen, a principios de diciembre estaremos viendo los nuevos precios en las estaciones de servicio. Esperemos que no haya ningún despiste y que la cosa salga adelante, porque este alivio lo necesitamos urgentemente. Ya cargamos con tanta cosita últimamente que cualquier ayuda es bienvenida, ¿verdad, mae?
Y hablando de ayudas, vale la pena recordar que estas bajas en los combustibles llegan después de un período de inflación energética brutal que nos golpeó a todos durante los últimos años. Recuerdo cuando la gasolina superaba los ¢700 por litro, ¡una torta! Ahora podemos respirar tranquilos, al menos por un rato. Imaginen cuánto podremos ahorrar en gasolina si decidimos salir a carretera este fin de semana largo. ¡Un viaje a Jacó suena bastante tentador ahora!
Este escenario pinta prometedor, pero no debemos cantar victoria todavía. Es crucial estar atentos a cómo evoluciona el mercado internacional y seguir presionando para que se mantengan las condiciones favorables. También es importante que el gobierno siga trabajando para diversificar nuestras fuentes de energía y reducir nuestra dependencia del petróleo. Porque, díganlo conmigo, ¡la vaina depende! Siempre hay factores externos que pueden afectar los precios.
En fin, cruzaremos los dedos para que todo salga bien y podamos disfrutar de estos precios más bajos. Pero me pregunto… ¿cree usted que esta rebaja en los combustibles será suficiente para contrarrestar otros aumentos de precios que seguramente vendrán con las fiestas navideñas? ¿O nos seguiremos llevando sorpresas desagradables en el supermercado y en otros gastos esenciales?
