¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un cimbronazo para Guadalupe de Cartago y para todo el país. Resulta que Google, sí, la mismísima Google, mandó una alerta a las autoridades acá en Costa Rica sobre un señor que estaba guardando cosas horribles en sus dispositivos. Al final, el Ministerio Público (MP) capturó a Gómez Fernández, un tipo ya mayorcito, acusado de tratas de personas –¡y a su propio hijo, qué barbaridad!– y de tener material de abuso sexual infantil, ¡una espina dorsal!
Según las investigaciones de la Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes (FACTRA), todo empezó porque Google detectó el almacenamiento de ese material en cuentas vinculadas al señor Gómez Fernández. Imagínate el proceso: Google, que ve todo lo que hacemos online, da la señal de alerta y nosotros, las autoridades, nos ponemos las pilas. No es cualquier cosa, ¿eh?
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) hizo un allanamiento en una casa en Guadalupe, donde encontraron pruebas contundentes: computadoras, celulares, discos duros... todo eso que sirve para almacenar basura digital, pero en este caso, ¡basura muy pesada y reprochable! Se habla de teléfonos, computadoras y demás aparatos electrónicos que servían como repositorio de esos archivos. Esto no pinta nada bien, vamos.
Lo peor es que las acciones criminales, al parecer, comenzaron allá por el 2018, cuando su hijo tenía apenas siete años. ¡Imagínate el trauma! Según la Fiscalía, el señor Gómez habría cometido agresiones sexuales contra su hijo y, al mismo tiempo, estaría produciendo y guardando material pornográfico. Una doble infamia, sin duda alguna. Luego, en el 2022, continuó utilizando servicios de almacenamiento en la nube para guardar aún más videos, involucrando a otra víctima. ¡Es escalofriante pensar en la magnitud de esto!
El expediente judicial, número 22-022054-0042-PE, está siendo manejado por la FACTRA, quienes ahora tienen que interrogar al señor Gómez Fernández y pedirle al juez que le imponga medidas cautelares. Esperemos que las autoridades hagan lo correcto y que este tipo quede tras las rejas hasta que se demuestre su culpabilidad, si es que hay alguna duda.
Este caso pone de manifiesto la importancia de la colaboración internacional y la necesidad de estar atentos a las señales de alarma en Internet. Empresas como Google pueden detectar actividades ilícitas y alertarnos, pero también depende de nosotros, como sociedad, estar pendientes y denunciar cualquier sospecha. ¡Más conciencia, por favor! Este brete nos toca a todos, y más a los niños.
Y hablando de tecnología, ¿quién se imagina que algo así podía pasar tan cerca de casa? Se supone que vivimos en una época de avances y progreso, pero estos casos nos recuerdan que todavía hay mucho camino por recorrer en temas de protección infantil y prevención de la delincuencia. ¡Un saludo al NCMEC (Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados de Estados Unidos) por su labor! Ellos son clave para desenmascarar estas redes, chunches que hacen daño a los más indefensos.
Bueno, pues ya saben, amigos y amigas. Un caso terrible que nos hace reflexionar sobre cómo protegemos a nuestros hijos y cómo utilizamos la tecnología. ¿Ustedes creen que deberíamos endurecer las penas para estos tipos de delitos, o que la educación y la concientización son suficientes para prevenir estos abusos? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, a ver qué sale de esta vara!
Según las investigaciones de la Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes (FACTRA), todo empezó porque Google detectó el almacenamiento de ese material en cuentas vinculadas al señor Gómez Fernández. Imagínate el proceso: Google, que ve todo lo que hacemos online, da la señal de alerta y nosotros, las autoridades, nos ponemos las pilas. No es cualquier cosa, ¿eh?
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) hizo un allanamiento en una casa en Guadalupe, donde encontraron pruebas contundentes: computadoras, celulares, discos duros... todo eso que sirve para almacenar basura digital, pero en este caso, ¡basura muy pesada y reprochable! Se habla de teléfonos, computadoras y demás aparatos electrónicos que servían como repositorio de esos archivos. Esto no pinta nada bien, vamos.
Lo peor es que las acciones criminales, al parecer, comenzaron allá por el 2018, cuando su hijo tenía apenas siete años. ¡Imagínate el trauma! Según la Fiscalía, el señor Gómez habría cometido agresiones sexuales contra su hijo y, al mismo tiempo, estaría produciendo y guardando material pornográfico. Una doble infamia, sin duda alguna. Luego, en el 2022, continuó utilizando servicios de almacenamiento en la nube para guardar aún más videos, involucrando a otra víctima. ¡Es escalofriante pensar en la magnitud de esto!
El expediente judicial, número 22-022054-0042-PE, está siendo manejado por la FACTRA, quienes ahora tienen que interrogar al señor Gómez Fernández y pedirle al juez que le imponga medidas cautelares. Esperemos que las autoridades hagan lo correcto y que este tipo quede tras las rejas hasta que se demuestre su culpabilidad, si es que hay alguna duda.
Este caso pone de manifiesto la importancia de la colaboración internacional y la necesidad de estar atentos a las señales de alarma en Internet. Empresas como Google pueden detectar actividades ilícitas y alertarnos, pero también depende de nosotros, como sociedad, estar pendientes y denunciar cualquier sospecha. ¡Más conciencia, por favor! Este brete nos toca a todos, y más a los niños.
Y hablando de tecnología, ¿quién se imagina que algo así podía pasar tan cerca de casa? Se supone que vivimos en una época de avances y progreso, pero estos casos nos recuerdan que todavía hay mucho camino por recorrer en temas de protección infantil y prevención de la delincuencia. ¡Un saludo al NCMEC (Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados de Estados Unidos) por su labor! Ellos son clave para desenmascarar estas redes, chunches que hacen daño a los más indefensos.
Bueno, pues ya saben, amigos y amigas. Un caso terrible que nos hace reflexionar sobre cómo protegemos a nuestros hijos y cómo utilizamos la tecnología. ¿Ustedes creen que deberíamos endurecer las penas para estos tipos de delitos, o que la educación y la concientización son suficientes para prevenir estos abusos? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, a ver qué sale de esta vara!
