¡Ay, Dios mío, qué brete se armó! Resulta que el presidente Rodrigo Chaves, la diputada Pilar Cisneros y el periodista Douglas Sánchez se encontraron compartiendo mesa en el restaurante Limoncello, en La California. Un dato que, sumado a la novela del caso Randall Zúñiga, levantó más que unas cejas aquí en Costa Rica. De verdad, parece sacado de un culebrón, ¿eh?
Todo esto ocurre justo después de que una señora declarara ante la Fiscalía de Turrialba que en OPA se le presionó para que hiciera una denuncia falsa contra el director del OIJ, Randall Zúñiga. Parece que dos funcionarias del Inamu intentaron sobornarla, ofreciéndole ayuda económica – incluso pagarle sus estudios de Derecho – a cambio de acusar a Zúñiga por delitos sexuales. Una verdadera olla, vamos.
La denunciante relata que las abogadas del Inamu, Blanco y Zúñiga, llegaron a su casa con una denuncia ya redactada, buscando que la firmara. Dice que le dijeron que era para ayudarla económicamente, pero ella se negó rotundamente. ¡Imagínate el papelón! Y ni hablar de cómo luego aparecieron esos documentos en un reporte de OPA... Una pena que las cosas se hayan complicado así, porque el tema del Inamu ya estaba bastante mañoso de por sí.
Lo curioso es que, tras este revuelo, salió a luz la coincidencia del almuerzo entre Chaves, Cisneros y Sánchez. El propio Douglas, sin pelos en la lengua, compartió una foto con su compañero Koki en Instagram, añadiendo un comentario picante: “Para los que andan tomando fotos, les facilitamos el brete. Pidan las cámaras del lugar, no sean vagos”. ¡Puro Douglas!, siempre con el flow… Que dirá la gente.
Al salir del restaurante, el Presidente y la diputada fueron abordados por los periodistas, quienes les preguntaron sobre la investigación del Inamu. Chaves, como suele hacerlo, primero bromeó diciendo: “Yo creí que eran 30 los que me había mandado Randall a seguir.” Luego, negando cualquier reunión con los periodistas de OPA, enfatizó que almuerza con Cisneros todos los viernes y que la comida estaba “exquisita”. ¡Un clásico!
Por su parte, la diputada Cisneros insistió en que fue pura coincidencia encontrarse en el mismo sitio y también pidió: “Pidan los videos del restaurante”. Remarcó que estaban en una zona privada del local y que desconocía quién más estaba allí. Parece que ambos están tratando de restarle importancia al asunto, pero la sospecha sigue rondando, ¿verdad, compañeros?
Este caso del Inamu, con los presuntos sobornos y la implicación de funcionarios públicos, es una vara muy fea para Costa Rica. Se habla de ofrecer ayuda económica a cambio de falsas denuncias… ¡Qué sal! Esto pone en tela de juicio la integridad de las instituciones y la confianza de la ciudadanía. En pleno siglo XXI y seguimos viendo estas cosas, es desesperante. Y encima la politización del tema, con denuncias cruzadas y versiones contradictorias, no ayuda en nada.
Ahora bien, ¿coincidencia o estrategia política? ¿Será que este almuerzo busca enfriar las aguas en medio de la controversia del caso Zúñiga? ¿Creen que el Presidente y la Diputada están involucrados de alguna manera en la trama del Inamu o simplemente fueron víctimas de una casualidad desafortunada? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios: ¿creen que deberíamos pedir todas las cámaras de seguridad del restaurante Limoncello para resolver este misterio?
Todo esto ocurre justo después de que una señora declarara ante la Fiscalía de Turrialba que en OPA se le presionó para que hiciera una denuncia falsa contra el director del OIJ, Randall Zúñiga. Parece que dos funcionarias del Inamu intentaron sobornarla, ofreciéndole ayuda económica – incluso pagarle sus estudios de Derecho – a cambio de acusar a Zúñiga por delitos sexuales. Una verdadera olla, vamos.
La denunciante relata que las abogadas del Inamu, Blanco y Zúñiga, llegaron a su casa con una denuncia ya redactada, buscando que la firmara. Dice que le dijeron que era para ayudarla económicamente, pero ella se negó rotundamente. ¡Imagínate el papelón! Y ni hablar de cómo luego aparecieron esos documentos en un reporte de OPA... Una pena que las cosas se hayan complicado así, porque el tema del Inamu ya estaba bastante mañoso de por sí.
Lo curioso es que, tras este revuelo, salió a luz la coincidencia del almuerzo entre Chaves, Cisneros y Sánchez. El propio Douglas, sin pelos en la lengua, compartió una foto con su compañero Koki en Instagram, añadiendo un comentario picante: “Para los que andan tomando fotos, les facilitamos el brete. Pidan las cámaras del lugar, no sean vagos”. ¡Puro Douglas!, siempre con el flow… Que dirá la gente.
Al salir del restaurante, el Presidente y la diputada fueron abordados por los periodistas, quienes les preguntaron sobre la investigación del Inamu. Chaves, como suele hacerlo, primero bromeó diciendo: “Yo creí que eran 30 los que me había mandado Randall a seguir.” Luego, negando cualquier reunión con los periodistas de OPA, enfatizó que almuerza con Cisneros todos los viernes y que la comida estaba “exquisita”. ¡Un clásico!
Por su parte, la diputada Cisneros insistió en que fue pura coincidencia encontrarse en el mismo sitio y también pidió: “Pidan los videos del restaurante”. Remarcó que estaban en una zona privada del local y que desconocía quién más estaba allí. Parece que ambos están tratando de restarle importancia al asunto, pero la sospecha sigue rondando, ¿verdad, compañeros?
Este caso del Inamu, con los presuntos sobornos y la implicación de funcionarios públicos, es una vara muy fea para Costa Rica. Se habla de ofrecer ayuda económica a cambio de falsas denuncias… ¡Qué sal! Esto pone en tela de juicio la integridad de las instituciones y la confianza de la ciudadanía. En pleno siglo XXI y seguimos viendo estas cosas, es desesperante. Y encima la politización del tema, con denuncias cruzadas y versiones contradictorias, no ayuda en nada.
Ahora bien, ¿coincidencia o estrategia política? ¿Será que este almuerzo busca enfriar las aguas en medio de la controversia del caso Zúñiga? ¿Creen que el Presidente y la Diputada están involucrados de alguna manera en la trama del Inamu o simplemente fueron víctimas de una casualidad desafortunada? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios: ¿creen que deberíamos pedir todas las cámaras de seguridad del restaurante Limoncello para resolver este misterio?